Menos desplazamientos en coche y más rapidez para entrar y salir del aeropuerto de Palma, la receta para evitar el colapso en Mallorca
La reflexión sobre la movilidad –interna y externa– de las islas ha llegado después de la pausa que ha dividido en dos mitades la jornada 'Economía balear. Turismo y mucho más', organizada por la delegación balear de elDiario.es. En una mesa moderada por su directora, Angy Galvín, se han sentado José Luis Mateo, conseller de Mobilitat del Govern, Macarena Rodríguez, socia y directora de operaciones de Ético, Antonio Ginard, director de la Autoritat Portuària de Balears, y Tomás Melgar, director del aeropuerto de Palma.
“Nosotros tenemos que asumir el debate [de la movilidad], no podemos evadirlo. La presidenta Pohens, en sede parlamentaria, defendió la necesidad de crear una mesa de trabajo porque es imprescindible la colaboración de todos”, explicó el conseller, que puso la lupa no tanto en la cifra de turistas sino en la de residentes… y en la oferta ilegal: “Si contamos con los mismos accesos a Palma que hace treinta años y la población sigue aumentando, cae por su propio peso. La persecución implacable contra la oferta ilegal es importante porque perturba el funcionamiento normal de nuestras islas”.
¿Cómo se puede reducir el tráfico en los puntos más calientes de las carreteras baleares? El nuevo paseo marítimo de Palma podría ser, en un futuro próximo, el ejemplo a seguir. “Caminamos hacia un modelo de ciudad verde”, ha dicho Ginard, “el proyecto de reordenación del puerto va en esa dirección”.
El director de la APB ha incidido en que esta gran reforma duplicará el número de pasos de zebra que conectan el casco urbano con la zona portuaria, aumentarán el espacio para las bicicletas en detrimento de coches y motos, y llenarán de vegetación el paseo marítimo (habrá el doble de árboles y el triple de parterres).
“Los muelles serán más accesibles” para una ciudad que vivirá más aún de cara al mar. De hecho, ha explicado Ginard, los usos industriales y mecánicos del puerto se desplazarán hacia los extremos y, en el centro, el Moll Vell acogerá varias instalaciones que llenarán de vida la zona: el museo marítimo, la escuela náutica municipal y el centro de formación marítimo-pesquero.
De todas maneras, eliminar los atascos, la imagen de colapso, no es sólo una cuestión administrativa. Rodríguez ha apuntado también a la responsabilidad individual. “Hay que ser más conscientes de cómo nos movemos para ir al trabajo”, ha dicho la responsable de Ético. Y, también, la empresarial: “Dar la posibilidad de trabajar algunos días a la semana, o dejar entrar más tarde o más pronto en la oficina, son acciones que ayudan a descongestionar bastante las vías”.
Pero el punto clave de la mesa de movilidad ha sido, quizás, el tren. El AVE que podría eliminar conexiones entre Madrid y Barcelona y otras ciudades españolas, perjudicando a los baleares que vuelan con escala (“no deberíamos preocuparnos”, ha dicho Melgar, “porque Palma está conectada por aire con más de una veintena de aeropuertos nacionales”), el que demandan los municipios del Llevant mallorquín desde hace décadas, para tener una conexión más directa con Palma, y el que está proyectando el Govern para conectar el centro de la capital con el aeropuerto y construirlo… en el próximo mandato.
“No se trata de un proyecto de legislatura sino de legislaturas. Una de las cosas que reclamamos al Estado es un convenio ferroviario. Cualquier cuestión que afecte a la conectividad de estas islas nos tendrá enfrente”, ha precisado el conseller Mateo. Melgar aplaude la iniciativa: “Nosotros hemos apostado por contar con un tranvía o un tren excelente. Una de las cuestiones más importantes del aeropuerto es el lado tierra, cómo distribuimos a los pasajeros dentro de la isla. El apoyo de un tren rápido sería formidable. En verano hay días en los que estamos muy al límite porque recibimos casi la misma cantidad de pasajeros que los aeropuertos de Madrid o Barcelona”.
El representante de AENA ha aprovechado para reivindicar la importancia de la reforma de son Sant Joan, que está justo ahora en su punto intermedio. Empezó el año pasado y acaba el próximo. La terminal data de 1997 y “necesitaba una actualización”.
“Vamos a crecer en zona de llegadas (en horas punta tenemos varios vuelos en la misma cinta y es incómodo) y en mostradores; podremos distribuir mejor a los pasajeros. Nuestro filtro de seguridad será el más grande de España y de Europa. Con los nuevos escáneres ya no es necesario sacar líquido ni ordenadores. También hemos creado una salida directa para los vuelos interislas; si no llevas maleta facturada sales muy rápido. Y, además, se está trabajando en una gran terraza, que será muy interesante, sobre todo para los turistas, que suelen pasar más tiempo dentro del aeropuerto. Le estamos dando una vuelta completa a la terminal”.
¿Y qué influencia tienen los cruceros en el día a día de los habitantes que viven junto a los grandes puertos de Balears? Según el conseller de Mobilitat, el director de la APB y la responsable de Ético, el memorando que firmaron el Govern y la principal asociación de navieras –y que no permite que coincidan más de tres ciudades flotantes en el mismo puerto– ha surtido efecto.
“Se tiene que renovar en 2025, pero ya podemos decir que ha sido un éxito. Nos decían que era imposible porque las navieras deberían modificar sus rutas, pero se hizo. El resultado es que no ha bajado el número de cruceristas; al regularla, se ha esparcido. Desembarcan 8.500 al día, una cifra tomada a partir de una media semanal”, ha explicado Antonio Ginard.
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