De casa del inquisidor a hotel-boutique de lujo: el Gobierno de Cantabria acelera la privatización del patrimonio histórico
Un canónigo inquisidor, un palacio en ruinas y un hotel-boutique: este es el pasado, presente y futuro de un bien patrimonial de Cantabria que espera el sueño de los justos hasta que el Gobierno de Cantabria apruebe un Proyecto Singular de Interés Regional (PSIR) para la creación de un hotel de cinco estrellas en el límite territorial entre Suances y Santillana del Mar.
El Gobierno que preside María José Sáenz de Buruaga (PP) está acelerando así el proceso de recuperación del patrimonio histórico incorporando inversión privada que lo rentabilice, con la aquiescencia de los ayuntamientos implicados y los grupos parlamentarios de la oposición, que no solo no cuestionan la colaboración público-privada, sino que urgen que sea cuanto antes.
El último caso es el del Palacio de los Gómez del Corro, un complejo patrimonial que actualmente se encuentra en ruinas que ni siquiera ha merecido hasta ahora un nivel de protección como declararlo Bien de Interés Cultural (BIC). Los 18 millones de euros que Palacio de Yuso S.L. va a invertir para recuperar lo recuperable y convertirlo todo en un hotel-boutique de cinco estrellas ha sido el dinamizador de un proceso que quema etapas a ritmo vertiginoso.
Así, el Gobierno de Cantabria ya ha declarado el “interés general” del proyecto, informado al Consejo de Ordenación del Territorio y Urbanismo (COTU), explicado el proyecto en detalle a los grupos parlamentarios y consultado a los dos ayuntamientos, que han avalado las gestiones. En año y medio pueden iniciarse las obras y en 2027 levantarse un hotel en la que fuera casa familiar de un canónigo-inquisidor y un teólogo protestante en los tiempos de Felipe II.
El palacio está vinculado a la familia Gómez del Corro, hidalgos provenientes de la villa de Santillana descendientes de los Corro de San Vicente de la Barquera, entre cuyos miembros se encontraba Antonio del Corro, canónigo e inquisidor de Sevilla al igual que su sobrino, del mismo nombre, con trayectoria más sorprendente: ministro protestante en Aquitania y en Amberes y catedrático de Teología en Oxford que a punto estuvo de ser nombrado obispo de la iglesia anglicana.
El Palacio de los Gómez del Corro y el paraje Las Torres son exponentes de la riqueza arquitectónica de los siglos XVI, XVII y XVIII que forma parte del patrimonio histórico y cultural de Cantabria, si bien durante muchos años ha estado abandonado, “por lo que ahora se propone recuperarlo desde la iniciativa privada con el fin de convertirlo en un complejo hotelero de referencia internacional”, ha asegurado el Ejecutivo autonómico en una nota pública.
“Es un edificio que da pena. Yo, el primer día que fui a verlo, lo primero que me encontré fueron los plumeros a la puerta. Un edificio donde están todos los animales por dentro y que tiene vestigios de haber sido una joya. Y que hoy por hoy, por estar en manos privadas, porque nunca se catalogó, por 50.000 cosas, da pena verlo”, ha declarado el consejero de Fomento, Roberto Media (PP), en sede parlamentaria.
PP, PSOE, PRC y Vox están encantados de la recuperación de este bien patrimonial por cuenta del capital privado. A cambio se le permitirá rentabilizar el turismo de lujo ofreciendo 55 habitaciones en una primera fase al cierre de la legislatura y otras 25 sobre el horizonte de 2037. Es un caso parecido al del, hace ya años, Palacio de Soñanes y, más recientemente, con el de los Acevedo en Hoznayo. Por lo tanto no es algo nuevo, aunque sí sorprende la rapidez vertiginosa con que se ejecuta: nunca un PSIR será declarado en tan breve plazo de tiempo.
Tampoco es la primera vez que el Gobierno echa mano de la planificación urbanística o de las figuras de protección para reforzar el papel de la propiedad privada. La Torre de Alvarado, en Heras, es un reclamo patrimonial para una urbanización de 30 chalets; la Torre y Palacio de los Bustamante en Quijas ha merecido un BIC exprés en cuanto surgió un litigio entre el propietario y la Confederación Hidrográfica del Cantábrico; el Palacio de Soñanes en Villacarriedo, reconvertido en hotel de lujo, está abierto a los clientes pero sin régimen de visitas. El caso más reciente es el del Palacio de los Acevedo en Hoznayo, recuperado en 2022 y convertido en hotel.
Ni siquiera el Gobierno de Cantabria ha recuperado una línea anterior del Partido Popular cuando intentaba dar nueva vida al patrimonio inmobiliario cediéndoselo al Estado para su explotación. Esto fue lo que pasó durante el mandato de José Joaquín Martínez Sieso, cuyo gobierno adquirió el Palacio de Eguilior (1903), en Limpias, en 1999, para cedérselo después a la SEPI e integrarlo en la red de paradores nacionales.
Oposición de Cantabristas
La única voz discrepante ante tanta euforia por la recuperación del patrimonio a costa de su privatización ha sido la de Cantabristas, que a través de un comunicado ha considerado “de máxima gravedad” que con la actuación que se tramita para el también conocido como Palacio Quirós, “se haya abierto la veda en la declaración de interés regional de proyectos promovidos por una empresa particular” y ha denunciado que “esta mala práctica urbanística tiene como único objetivo saltarse toda la normativa en materia de protección ambiental y patrimonial escudándose en un falso beneficio para toda la población cántabra”.
Cantabristas duda de que el interés de todos los cántabros prevalezca en la decisión del Gobierno de Cantabria y ha destacado que de la empresa madrileña que ha adquirido lo que queda del inmueble “no se conoce ninguna actividad previa”, salvo que en 2022 solicitó al Gobierno anterior una subvención pública que le fue denegada. Ha valorado también como “incompatible la opacidad sobre el proyecto y sus promotores y el declarado interés regional”.
En ese sentido, el portavoz de la formación, Paulu Lobete, ha señalado que el Gobierno del PP “confunde el interés de Cantabria con el interés particular, utilizando de forma torticera una figura jurídica, la del PSIR, que no debería emplearse para proyectos particulares ni para ponerle la alfombra roja a ninguna empresa en concreto”.
Desde el partido cantabrista se ha criticado la situación de desprotección del palacio y han señalado que “ni los ayuntamientos ni la Consejería han incoado nunca un expediente de protección sobre el mismo, y ahora nos venden que van a protegerlo dejando que una empresa privada haga lo que quiera con él sin ni siquiera exigirle respeto a la normativa en materia de protección ambiental y patrimonial”. De hecho, Cantabristas ha querido recalcar que precisamente se está utilizando la figura del PSIR porque “el proyecto supera la edificabilidad que permite la ley, se levanta sobre suelo rústico de especial protección, se salta el planeamiento, y supone incluso la cesión de suelo público para el aparcamiento del hotel”.
Los partidos
Ubicado el edificio entre los barrios de Yuso y Puente Avíos, el proyecto de complejo turístico de altos vuelos fue saludado con entusiasmo por el resto de la oposición al PP en el Parlamento de Cantabria, que solo se ha interesado por abreviar los plazos de ejecución. “La verdad que estas son de las comparecencias que a uno le gusta hacer en el Parlamento”, había valorado el consejero de Fomento al término de su comparecencia parlamentaria hace unos días.
El portavoz regionalista, Pedro Hernando, manifestó en esa misma comisión que “cualquier Gobierno de Cantabria, ante una iniciativa privada que prevé invertir, lo que tiene que hacer es ponerse a su disposición e impulsar que esto siga adelante. A día de hoy, el Palacio de los Gómez del Corro es una ruina. Entonces, lo lógico es invertir en que eso se convierta en una realidad de recuperación de patrimonio, de recuperación cultural y, evidentemente, de recuperación económica. Creo que hemos visto hace poco una recuperación, también por iniciativa privada, como el Palacio de los Acevedo, en Hoznayo, donde se ha producido un cambio sustancial de un bien cultural que estaba en la lista roja y ha pasado mediante una iniciativa privada a convertirse en un foco económico para el municipio de Entrambasaguas”, subrayó.
Por su parte, el diputado del PP, Rafael de la Gándara, calificó el proyecto de “actuación francamente soberbia”, dicho lo cual contextualizó lo que se quiere hacer “con lo que ocurre en toda Europa”. “Si ustedes van a la Toscana italiana verán grandes edificios, grandes casonas medievales que se han recuperado con el cambio de uso y se están manteniendo patrimonialmente. Esto es una forma de gestionar en un convenio público-privado y también con la iniciativa privada, y creo que es una medida acertada”.
La socialista Norak Cruz, tras escuchar al consejero, consideró que se está ante “un proyecto muy, muy bien, muy bien desarrollado”, mostrando interés por el parecer de los ayuntamientos afectados, que ya han sido consultados por el Gobierno y dado su beneplácito. Tanto es así que, antes de que tuvieran noticia de los planes de las empresas, ambas administraciones se encontraban atadas por su planeamiento para tramitarlos. Precisamente, el PSIR, que es un instrumento urbanístico supramunicipal, ha solventado este escollo para satisfacción de las corporaciones.
El proyecto
Según consta en el informe del PSIR, el complejo palaciego se compone de dos casonas acompañadas de capilla y edificios anexos, en total cinco, dentro de un recinto amurallado que se conserva en su práctica totalidad y cuyo origen parece remontarse al siglo XVI.
El proyecto hotelero tiene como objetivo la rehabilitación integral del inmueble histórico y la incorporación de nuevas edificaciones. Abarca también la creación de una zona pública en la que se integre un Centro de Interpretación de la Torre de Avíos y del yacimiento arqueológico del castro prerromano de El Cincho, y un aparcamiento de 1.000 metros cuadrados en suelo cedido a la Administración. También está previsto acondicionar el Camino Real o Camino a Santillana del Mar, lo que encaja con el Plan Especial de la Red de Sendas y Caminos del Litoral.
La capilla del Palacio tiene planta cuadrada y se encuentra adosada a la casona barroca, conservando una valiosa bóveda de crucería estrellada, que será restaurada como elemento emblemático e identificativo del hotel.
Tras haber superado la fase previa de adquisición de los terrenos, lo primero que está previsto es acometer la ejecución de obras de consolidación estructural de los restos de las edificaciones existentes para luego continuar con la obtención de los permisos, licencias y autorizaciones. La edificabilidad prevista es de 8.000 metros cuadrados construidos, un volumen edificatorio que se ha dimensionado “como respuesta a los estándares que actualmente demandan los hoteles de esta tipología”, ha valorado el Gobierno de Cantabria.
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