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Cantabria reivindica sus 37 años de autonomía como “el periodo de mayor bienestar social”

La presidenta del Parlamento de Cantabria, Dolores Gorostiaga, durante su intervención.

Laro García

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El acto de conmemoración del 37 aniversario del Estatuto de Autonomía de Cantabria, que se ha celebrado este viernes 1 de febrero en el patio central del antiguo Hospital de San Rafael, se ha convertido en una reivindicación del periodo de la Transición democrática en España en el que se diseñó y aprobó una norma que “ha supuesto para esta comunidad el periodo de mayor bienestar de su historia, y no solo de bienestar económico, sino también de estabilidad política y de derechos democráticos de los cántabros y cántabras”.

Así de rotunda se ha manifestado durante su discurso la presidenta del Parlamento de Cantabria, Dolores Gorostiaga (PSOE), ante un auditorio compuesto por la plana mayor del Ejecutivo autonómico, encabezado por Miguel Ángel Revilla (PRC), así como por representantes políticos, económicos y sociales de la comunidad autónoma, que han presenciado también las interpretaciones musicales del Coro Ronda Garcilaso y del cantante Nando Agüeros.

Gorostiaga ha aprovechado su intervención para hacer balance de la legislatura y ajustar cuentas con algunas de las actitudes que se han reproducido durante los últimos cuatro años en la Cámara regional a cargo de los nuevos grupos políticos con representación, además de para reivindicar el bipartidismo y criticar a aquellos que quieren hacer una enmienda a la totalidad de estos casi cuatro años de autonomía.

“El Estatuto no solo nos ha facilitado y reconocido una amplia autonomía de gestión. También ha ofrecido un marco estable desde donde construir una Cantabria más justa, más solidaria, más confortable, más libre. Una comunidad con presente y futuro. Esta es la esencia de nuestro Estatuto, que además sigue vigente a pesar de sus 37 años de vida”, ha manifestado la presidenta del Parlamento.

Para Gorostiaga, “la política democrática debe ser una constante búsqueda de herramientas y sistemas que atiendan los problemas más acuciantes de la ciudadanía, después de escuchar a los verdaderos poseedores de la soberanía, es decir, a los propios ciudadanos”.

Por eso, ha recordado cómo ahora hace aproximadamente un lustro, amplias capas sociales “se revolvieron” contra una crisis económica, inédita por su profundidad, que recortó de forma “sangrante” un estatus de bienestar social considerado inamovible. “El malestar se expresó en la calle y en la desafección hacia la política y los políticos, especialmente contra aquellos que formábamos parte del bipartidismo”, ha reconocido la dirigente socialista.

“El mantra contra el bipartidismo sirvió, y aún continúa sirviendo, como cabeza de turco, olvidando que aquella alternancia entre los dos grandes partidos no era producto de una conspiración del gobierno mundial en la sombra, sino producto de la voluntad popular expresada en las urnas”, ha reivindicado.

A su juicio, de aquel caldo de cultivo surgieron nuevas opciones políticas que venían a limpiar la casa del polvo acumulado desde la transición política. “Aquellas actitudes, en ocasiones injustas, han quedado muy debilitadas por algunos hechos poco reconfortantes y, al final, los paganos somos los ciudadanos y la propia reputación de la política democrática como el mejor sistema conocido para preservar la convivencia pacífica”.

Gorostiaga ha sido muy dura en su ataque velado a partidos como Podemos o Ciudadanos, que en estos cuatro años de legislatura en Cantabria han vivido duras guerras internas, con expulsiones, tránsfugas y enfrentamientos personales entre compañeros, hasta el punto de cambiar la organización y el día a día de una institución como el Parlamento de Cantabria.

Balance legislativo

Ante este escenario, la presidenta del Parlamento ha insistido en que, a pesar las críticas, “razonables algunas y oportunistas otras”, y del comportamiento “poco ejemplar” de algunos de los diputados, “la Cámara Legislativa ha venido desarrollando en estos cuatro años la labor que le confiere el Estatuto”.

Como ejemplo, Gorostiaga ha recordado que desde que se inició la presente legislatura han pasado por ese proceso y se han aprobado un total de 30 leyes, que, bajo su criterio, “inciden en la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos”.

Además, y a pesar de las polémicas recientes por el embudo legislativo que está sufriendo el Parlamento, ha considerado que aún quedan unos meses para incrementar esta lista de normas importantes aprobadas. “No me resisto a citar alguna que creo muy necesaria, como la Ley relativa al colectivo LGTBI y la que propugna el imprescindible pacto ambiental o la urgente Ley de Igualdad”.

“Es decir, no debemos permitir que, en la moda de restar toda la credibilidad a las instituciones que tan lejos nos han traído, se haga un balance negativo del papel y la eficiencia de esta Cámara Legislativa”, ha insistido en su último discurso como presidenta.

Cambios en el Estatuto

Gorostiaga también ha señalado que en España, “para envidia de medio mundo”, primero con la Constitución y después con los Estatutos, nos hemos dado unos “anclajes basados en el respeto, los derechos humanos, la solidaridad, la libertad de pensamiento y de expresión”, así como mecanismos democráticos que permiten elegir a nuestros representantes y, si no nos gustan, cambiarlos por otros.

“Estos últimos años he reclamado como presidenta, en esta misma efeméride, la oportunidad de retocar, y digo retocar y no desmontar, aquellos elementos, tanto en la Constitución como en el Estatuto, que se hayan quedado obsoletos ante los nuevos retos. Parece claro que, por las causas antes indicadas, no ha habido ni la suficiente tranquilidad ni el consenso para siquiera acordar que elementos debemos reforzar”, ha sentenciado.

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