López Marcano, el lugarteniente de Revilla que regresa con plenos poderes tras superar un “calvario” judicial
“Me siento tranquilo, sereno, equilibrado y confiado”. Así contestaba Francisco Javier López Marcano (Torrelavega, 1955) ante cada nueva imputación judicial. Y no han sido pocas las ocasiones en las que ha tenido que responder ante los tribunales: hasta media docena de piezas separadas que ponían en jaque su gestión como consejero de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria en el primer bipartito PRC-PSOE. Inalterable ante cada varapalo. Del 'caso Racing' al 'caso Vestas', 'El Soplao' o 'la Casa de Los Gorilas de Cabárceno'... Una vez tras otra, la letanía se repetía: “Tranquilo, sereno, equilibrado y confiado”. Daba igual la pregunta, daba igual el caso por el que se le juzgara. Su respuesta siempre fue la misma, su reacción no variaba ni una coma. Tampoco ahora, cuando después de este “calvario”, como lo califica, y de salir absuelto de todas las acusaciones que pesaban contra él, regresa a la primera línea política “tranquilo, sereno, equilibrado y confiado” y por la puerta grande, con plenos poderes en el Ejecutivo autonómico que preside Miguel Ángel Revilla.
Este próximo martes, cuando tome posesión como nuevo consejero de Industria y Turismo precisamente el día que cumple 66 años, el veterano dirigente regionalista conseguirá su tan ansiada “rehabilitación”, por la que tanto ha luchado durante los últimos seis años. Incluso la que tanto ha exigido, aunque no sea común hacerlo de forma tan explícita. “Esto sí que es una confesión: vivo consciente de que alguien me debe una rehabilitación, de que algunos intentaron acabar conmigo política y vitalmente y esa deuda la tienen que saldar. Es una cuestión de honor. Confío y estoy seguro de que Miguel Ángel va a mantener su palabra. Estaré donde él quiera y me pida. Necesito esa redención, mis gentes y la gente de los colectivos que me han apoyado y que me han organizado tantos homenajes, esas personas que han confiado en mí tanto, necesitan una redención”, aseguraba públicamente al final de la legislatura pasada.
Su marcha en el año 2015, producto de sus problemas judiciales, no fue voluntaria. Fue una exigencia de Podemos a cambio de facilitar la investidura de Miguel Ángel Revilla. Acató las órdenes, entregó su acta de diputado y se despidió de sus posibilidades de volver a ser consejero y mano derecha del líder del PRC en el Ejecutivo. Regresó a las aulas del Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega, donde este licenciado en Filosofía y Letras, rama Hispánicas, tenía su plaza en excedencia como profesor de Latín. Pero fue una retirada solo de la primera línea, de los focos, porque conservó su actividad en el plano orgánico y mantuvo las riendas del partido en su ciudad y en la comarca del Besaya, granero de votos y “cuna del regionalismo”, como le gusta recordar a él. Su influencia a nivel interno no se resintió ni un ápice. Su hijo es el actual alcalde de Torrelavega, donde recogió su testigo. Ya hay una saga. Sigue siendo vicesecretario general del PRC y es uno de los primeros espadas que siguen en activo, con más de 30 años de trayectoria dentro de la formación política. “No se puede ser militante a medias, como no se puede dimitir al 99,9%”, contaba en elDiario.es, en una de las pocas entrevistas que ha concedido durante su etapa en el dique seco.
Marcano vuelve con todas las consecuencias. Y con un cuchillo entre los dientes, porque no niega sus ganas de revancha. Principalmente, contra aquellos que intentaron “enterrarlo en vida”. La referencia velada –o no tan velada– es hacia los miembros del Partido Popular que, tras alcanzar el poder en 2011 con la mayoría absoluta de Ignacio Diego, lo sentaron primero en una comisión de investigación en el Parlamento de Cantabria que tachó de “cacería” y después en el banquillo de los acusados en las múltiples causas que se abrieron en su contra tras un rosario de querellas no sin dejarle alguna herida. Aunque ha salido aparentemente indemne, sus detractores recuerdan que los autos judiciales reflejan prácticas “muy cuestionables” para un gestor público. Prevaricación, malversación, fraude, cohecho, falsedad documental... La lista de delitos que se le han atribuido es larga y los millones de euros “distraídos” que se achaca a su hoja de servicios y a la de sus cargos de confianza son cuantiosos, pero actualmente sus cuentas con la justicia están saldadas.
Dice regresar con más ganas que nunca: “Lo que no me mata me hace fuerte y hay que tener más fe que yo, o la misma; más entusiasmo que yo, o el mismo; más energía que yo, o la misma, para matarme”, decía en marzo de 2017 en un acto de “desagravio” que organizaron sus amigos en la Feria de Muestras de Torrelavega y que reunió a cerca de 1.700 personas que pagaron religiosamente su entrada, con actuaciones musicales, folklore, comida y discursos, dando muestra del tirón popular que aún mantiene entre los suyos. Allí, en medio de aquel baño de masas, Revilla escenificó su rehabilitación política a Marcano tras las investigaciones judiciales: “Estás limpio”, zanjó el presidente cántabro. “Todos los que te conocemos sabemos que eres honrado. Muchas veces en estos años me he puesto en tu piel y tengo que decir que en política no debe valer todo”.
La experiencia política de Marcano es larga. Milita en el PRC desde 1987 y con anterioridad había formado parte de la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC). Ha sido consejero del Gobierno de Cantabria en dos etapas (1995-1999 y 2003-2011), en coalición tanto con el PP como con el PSOE, además de alcalde de Torrelavega durante la legislatura 1999-2003. Ha ejercido como concejal, como director general, como diputado y como vicepresidente del Parlamento autonómico. También fue candidato de su partido al Senado en las elecciones generales de 2011, en aquella ocasión con poco éxito. “Hay tres ingredientes que a mí me parecen fundamentales para ser un buen político: las cualidades de una buena persona, la palabra de tratante y la memoria de elefante”, resume. Su estilo tiene poco que ver con el fondo y las formas que se imponen ahora. Es de boleras, de jugar la partida en los bares, de salpicar con latinismos todos sus discursos.
También de acumular tantos amigos como enemigos. Sus años en la primera línea han deparado grandes éxitos, como la recuperación de la cueva de El Soplao como un atractivo turístico que ahora visitan miles de personas al año; el despegue del aeropuerto de Parayas a través de los convenios con la aerolínea de bajo coste Ryanair, que conectó Santander con una decena de destinos nacionales e internacionales; o la celebración de un Año Jubilar “histórico”, que permitió disfrutar en directo de artistas de la talla de Bruce Springsteen, Ennio Morricone, Scorpions o Shakira, por ejemplo. También se le atribuye un eslogan, el de 'Cantabria Infinita', que se ha impuesto en el imaginario popular más allá de campañas publicitarias. Revilla siempre dice de él que ha sido “el mejor consejero que he tenido nunca”. Unos logros, sin embargo, que sus detractores rebajan, al tiempo que cuestionan los métodos “expeditivos” y “bordeando la legalidad” con los que se consiguieron.
“Ingenuo no soy. ”Mi carácter hace que la gente que me quiere me quiera mucho y la que no me quiere directamente me odie. No hay tibiezas, creo, a la hora de juzgarme“, declaraba a este periódico el propio Marcano hace unos meses. Y entre esos críticos no hay solo miembros de otros partidos, también se encuentran compañeros de filas, que observan con preocupación la vuelta con plenos poderes del que durante tantos años ha sido el lugarteniente de Revilla. Estará al frente de una 'macroconsejería' con competencias en Industria, Turismo, Comercio, Innovación o Transportes y que agrupará a las dos principales empresas públicas del Gobierno de Cantabria, Sodercan y Cantur, que algunos han visto siempre como la fórmula más eficaz de tejer una red clientelar que trabaje para el líder. Y regresa precisamente en el momento preciso, en la recta final de la legislatura en la que, supuestamente, Miguel Ángel Revilla anunciará su retirada. La situación es inédita y puede desatar una dura batalla interna. ”Estoy para servir a mi partido y a mi gente. Estaré donde tenga que estar“. Marcano, al menos, no se descarta.
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