Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
La línea del tiempo, creadora del paisaje
En estas últimas semanas, varios han sido los episodios que han afectado a hitos singulares del maravilloso paisaje cántabro. El desmoronamiento parcial de la cascada del Tobazo y la caída de la Aguja de las Gaviotas han sido imágenes que han sacudido la actualidad mediática con más o menos intensidad en los últimos días. Días en los que las redes sociales o la información casi en directo puede ser consultada por la aldea global y han servido para mostrarnos los efectos de factores y agentes que han modelado a lo largo de los siglos nuestro territorio hasta tener lo que ahora tenemos en la actualidad.
Estos agentes y factores han moldeado, moldean y moldearán este planeta dinámico, como demuestra el hecho de que mientras estoy escribiendo este texto, otro monumento natural se ha derrumbado por un temporal. Esta vez ha sido la icónica ventana azul de Malta… así que más me vale no seguir dilatando en el tiempo el envío de este artículo, porque si no esto puede convertirse en un archivo de sucesos.
Estamos en un tablero en el que entran en juego fragmentaciones, expansiones de los océanos, colisiones de placas… la dinámica terrestre. Y un lugar privilegiado para ser público de este espectáculo evolutivo es nuestra región cantábrica, balcón de lujo dentro de la compleja evolución de la placa Ibérica, y con ella la configuración de las montañas Cantábricas o el Golfo de Vizcaya. Un proceso que se inicia allá por el Cretácico Inferior (Aptiense), cuando comienza la apertura del Atlántico y el Golfo de Vizcaya mediante sendos rifts (fosas tectónicas… ¿u os pensábais que los ZZ Top tenían algo que ver con esto?) que empujan la placa Ibérica hacia el sureste unos 200 kilómetros hasta el Cretácico superior (Campaniense).
La vena de geógrafo (sí, soy de esos que os pensáis que debemos sabernos todas las capitales del mundo mundial…) aflora, pero no os voy a volver locos. Esto es como si metiéramos el pico de una cuña gigante en el Golfo de Vizcaya y separásemos España de Francia.
Luego vendría la formación de Pirineos, la convergencia de ambas placas, la subducción de la litosfera oceánica bajo la continental ibérica en el Golfo de Vizcaya, el desplazamiento hacia el Norte hasta el Eoceno…
De todo ello se ocupa la geomorfología estructural, que estudia el relieve de la superficie terrestre. Constituye, en palabras de Martínez de Pisón, la arquitectura del relieve, sobre la que intervienen los agentes del modelado. Como dice el profesor, “intervienen agentes del modelado”... quienes siempre están en continuo funcionamiento y van configurando relieves que van alterándose con mayor o menor frecuencia.
Para ver estas alteraciones, les propongo un juego. ¿Se acuerdan de la cascada del Tobazo y la Aguja de las Gaviotas de las que antes hablábamos?
Pues bien, les propongo que tracen una línea entre los dos lugares, entre Liencres y Villaescusa de Ebro. En esa línea imaginaria se encuentra el municipio de Camargo, dónde se localiza el yacimiento arqueológico de la cueva de El Pendo. Esta cueva descubierta por Sanz de Sautuola se ha ido abriendo gracias a los desprendimientos de techos y paredes a partir de los estratos horizontales en los que se formó la cueva y que se fueron desplomando. Una historia que según su yacimiento arqueológico se inicia al menos hace 82.000 a.C.
Si no la conocen, no dejen de hacerlo. Una maravilla, como todo nuestro patrimonio arqueológico rupestre. Con esto quiero decir que en este caso los derrumbes provocaron que se accediera de manera tendida a la cueva. En unas ocasiones, la caída de una piedra caballera ha supuesto el que se pudiese vadear un río; en otras la erosión ha creado la curiosa imagen de dos camellos besándose y formando el famoso mapa de África en Orbaneja del Castillo. Los ejemplos son numerosos.
Hay muchos casos para ver cómo se han ido modelando los paisajes y para comprobar cómo nuestro planeta está compuesto de territorios vivos, en continuos cambios evolutivos. Otro debate sería la incidencia que tienen los cada vez más frecuentes fenómenos excepcionales relacionados con el cambio climático, pero eso serían simplemente factores que aumentan la repercusión que tienen los agentes que diseñan nuestros paisajes.
Por cierto, ¿sabían que la cueva de El Pendo se localiza en la sierra del Peñajorao y forma junto a Los Covachos del Pendo un gran sistema kárstico que alberga gran cantidad de dolinas, cuevas y sumideros?
Peñajorao y Covachos. ¿Dónde podemos encontrar esa toponimia también? ¿Lo saben? Pues en la misma línea de costa que la desaparecida Aguja de las Gaviotas, dónde se puede disfrutar del famoso tómbolo de Covachos y ya no se puede hacerlo del Puente Jorao (Puente del Diablo), desaparecido arco natural desde 2010 por los impactos de los temporales sobre la erosiva roca caliza.
El tiempo es quién va creando nuestros paisajes, unos paisajes que no se destruyen, se transforman. Unos paisajes que debemos cuidar, valorar y saber apreciar como lo hacía Marcelo en sus paseos siguiendo a Don Sabas desde la Tablanca de Pereda en 'Peñas Arriba'. Un espectáculo cuando señalaba que “jamás había visto yo porción tan grande de mundo a mis pies, ni me había hallado tan cerca de su Creador, ni la contemplación de su obra me había causado tan hondas y placenteras impresiones”.
Como Marcelo, disfrutemos de nuestros paisajes y contemplemos su belleza, en algunos casos tan efímera.
Sobre este blog
Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.