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Entrevista
Santiago Martínez, comisario de exposiciones

“Una sociedad que no valora su arte pierde la posibilidad de ser más sensible, más culta y más respetuosa”

Santiago Martínez, comisario de Arte.

Javier Fernández Rubio

13 de marzo de 2021 19:52 h

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Santiago Martínez (Cantabria, 1963) nació en Suances y vive en Oviedo, una ubicación que como todas en el fondo es circunstancial porque “la vida te va llevando y trabajar en ámbito de las enseñanzas artísticas en Cantabria es complicado”. Este profesor de Artes Plásticas y Diseño ha trabajado en Pamplona y posteriormente dirigido la Escuela de Arte de Teruel para acabar, al menos temporalmente, en la capital asturiana. Pero Martínez en cierto modo ha vuelto a sus orígenes geográficos porque acaba de inaugurar la muestra comisariada por él en la Biblioteca Central. 'Sin límites', que es su nombre, reúne trabajos recientes y significativos de María Gimeno, Cristina del Campo, Carmen González, Natalia Pastor, Marina Vargas y Arancha Goyeneche.

¿Cómo ha vivido este año de pandemia?

Complejo, especialmente en el ámbito de la enseñanza, tanto la semipresencialidad actual como la no presencialidad han resultado complicadas. Ha servido para delatar algunos déficits profesionales en mí, especialmente los ligados al uso de las herramientas de comunicación y trasmisión de conocimientos. El alumnado no tiene problemas, ha nacido con dichas herramientas, pero en mi caso, al menos, está siendo difícil adaptarme a los medios necesarios para aplicar correctamente el proceso enseñanza-aprendizaje. En el ámbito de la gestión artística, las radicales restricciones hacia la Cultura me han parecido, especialmente las referidas a las artes plásticas, desproporcionadas, delatando la escasa sensibilidad hacia un mundo tan necesitado como es el cultural. Los protocolos para acceder a museos, galerías o exposiciones resultarían fácilmente aplicables sin tener que cerrarlos.

Durante los días más duros de la pandemia, en marzo, abril y mayo de 2020, trabajé en un proyecto colectivo a través de las redes: 'El arte construye'. 70 artistas se sumaron al proyecto manifestando cómo el arte está siempre presente. En los vídeos que iba colgando día a día se observa el taller de los artistas, su manera de trabajar y sus propuestas plásticas, el proyecto rápidamente encontró empatía entre el público. Este proyecto 'virtual' tomó forma posteriormente en una muestra en el Colegio de Arquitectos de Asturias, en Oviedo, donde quise dejar patente que el arte, más allá de ser un adorno o un deleite para la vista, que también lo puede ser, es un compromiso. Una sociedad que no valora su arte entiendo que pierde la posibilidad de ser más sensible, más culta y más respetuosa.

Acaba de inaugurar una muestra colectiva en Santander como resultado de una convocatoria pública de la Consejería de Cultura, 'Comisariado 2021'. ¿Qué le parece esta fórmula?

Me parece perfecta y espero que se consolide. Es lo que transmití el pasado 8 de marzo, día de la inauguración, a los responsables de ello. La iniciativa procede de la Mesa de Artes Plásticas y Visuales del Consejo Cántabro de Cultura, apoyada desde la Dirección General de Acción Cultural. He estado constantemente apoyado y asesorado por Emma Meruelo y Wendy Navarro, que forman parte de dicha plataforma. Les he transmitido mi enhorabuena. Es una fórmula que espero se consolide.

Siempre he pensado que en Cantabria es preciso dinamizar y apoyar las artes plásticas. Existen excelentes artistas, galerías importantes a nivel nacional, la Feria de Arte de Santander se está convirtiendo en referente nacional e internacional, pero desarrollar programas de apoyo y apuesta desde abajo, como es 'Comisariado 2021' es clave, muy necesario. Hay que tener en cuenta que Cantabria carece de Facultad de Bellas Artes, algo que cuando existe, imprime un carácter especial a una ciudad, a una región; está la Escuela de Arte en Puente San Miguel que requiere de una potenciación y refuerzo, algo de lo que carece hoy en día. La educación artística es fundamental. 

En la presentación de la exposición hablaba como concepto de la misma el cruce de dos perspectivas complementarias. ¿Cuáles son?

Sí, creo que esta oportunidad que se me ha brindado para desarrollar un proyecto expositivo personal en un lugar tan emblemático como la sala Concepción Arenal de la Biblioteca Central ha permitido plantear una propuesta de manera cercana y didáctica, apoyándome en trabajos de creadoras potentes, plástica y conceptualmente, y centrándome en dos aspectos claves en el arte actual. Una tiene que ver con la reflexión sobre lo que realmente son las artes plásticas en la actualidad, cuando pensamos en Arte solemos hablar de pintura, escultura, fotografía... es decir, mantenemos clasificaciones convencionales muy cerradas cuando, en realidad, las interferencias entre disciplinas en la actualidad hacen que este tipo de clasificación sea caduca. Cuando la crítica de arte Rosalind Krauss hizo referencia hace años a la expresión “campo expandido” estaba adelantando esta ruptura de fronteras entre las disciplinas. Por otro lado, en la exposición se evidencia un asunto fundamental: la necesidad del arte, los porqués del arte. Para reflexionar sobre ello era importante incluir artistas arriesgadas que, como Arancha Goyeneche, Cristina del Campo o Carmen González, trabajan desde una constante investigación en las nuevas posibilidades de la creación, formal y conceptualmente y, por otro lado, artistas como María Gimeno, Marina Vargas y Natalia Pastor, que profundizan en ámbitos ligados directamente a un compromiso con aspectos fundamentales de nuestra existencia, con la igualdad o con una concienciación del deterioro del entorno.

'Sin límites. Sobre Mujeres artistas' reúne obra de seis mujeres. ¿Por qué estas seis y no otras?

Cuando planteé la propuesta, quise que estas seis creadoras pudieran aportan una panorámica de la creación plástica actual; representando ámbitos muy distintos, pero complementarios. Sus obras no compiten unas con otras, se enriquecen y potencian. La sala Concepción Arenal también me ayudó a planificar los espacios. Su estructura es bastante flexible y se puede respetar los discursos individuales buscando un encuentro y fluidez 'sin límites' entre unas y otras, de tal manera que cualquier visitante de la exposición puede obtener de manera clara una visión del panorama artístico actual. Para ello era también necesario aportar la información suficiente para convertirla en una exposición didáctica, con paneles, cartelas explicativas y códigos QR que enlazan con las páginas web y biografías. Como complemento didáctico, he planificado visitas guiadas para los sábados por la tarde y domingos por la mañana de este mes de marzo.

¿Puede dar una breve pincelada de cada una de las artistas?

Si hay una palabra que las puede definir a todas es generosidad. Cuando me puse en contacto con ellas no dudaron en sumarse al proyecto. Realmente, tengo que reconocer que el éxito de este proyecto se encuentra en ellas. Son artistas referentes a nivel regional, nacional e internacional sobre las que he venido estudiando y profundizando durante tiempo. Con María Gimeno, Cristina del Campo, Carmen González o Natalia Pastor he colaborado en proyectos interdisciplinares. Son artistas comprometidas con el arte, con trabajos reflexivos. Cada obra seleccionada posee posibilidades y lecturas que abren nuestra mente y también nuestro espíritu. En Marina Vargas advertí la gran coherencia de sus propuestas con las que evidencia una necesaria revisión de cánones y patrones establecidos. Que Arancha Goyeneche se sumara a este proyecto es un lujo también. Su obra muestra las infinitas posibilidades de la creación plástica, cómo desde la nada se puede aportar tanto. En ella advierto esos ingredientes sensibles e intelectuales necesarios en toda creación y que de alguna manera explican su Premio de Artes Plásticas 2020 concedido desde la Consejería de Cultura.

En los últimos trabajos, su trayectoria personal ha girado en torno a mujeres artistas. ¿Por qué este predominio de la mujer más allá de cuotas y discriminaciones positivas?

Mis vínculos con el movimiento feminista siempre han estado presentes. Feminismo y humanismo se cruzan y, quizá por mi formación en Historia del Arte, pero sobre todo por mi trabajo como profesor de Arte, desde esos ámbitos académicos se percibe con claridad esa escasa presencia de las mujeres en los manuales de historia o en las programaciones de las materias. Hay casos tremendos en la Historia, como Sofonisba Anguissola, Artemisia Gentileschi... ¿Cómo es posible que en los contenidos de las asignaturas, tanto universitarias como en niveles más básicos de la formación, no se estudie a Leonora Carrington, a Dorothea Tanning o a Remedios Varo... y sí a Dalí, Miró o Buñuel? Es tan evidente este desplazamiento, que obliga a una revisión de la historiografía y su actualización pero, sobre todo, es necesario llegar a entender los porqués de tal situación. Más allá de recuperar y 'resarcir' a todas esas mujeres silenciadas en la Historia, está el análisis de los engranajes que lo provocaron.

Mi relación con AFA, la Asociación Feminista de Asturias 'Clara Campoamor' me ha permitido confirmar que esa falta de visibilidad de las creadoras sigue vigente hoy en día. Estamos desarrollando un proyecto importante, 'Contra el canon', desde el que no solo se cuestionan los cánones establecidos, sino que se documenta a artistas que por unas causas u otras han quedado en un segundo plano, como Mabel Lavandera, Chelo Sanjurjo o María Álvarez. Cuando indagué sobre sus respectivas trayectorias, apenas encontré referentes, no había documentación, construyendo su trayectoria desde cero, era como si apenas hubieran existido.

¿Cree, como decía Jenny Holzer, que “son las mujeres las que están haciendo el arte más desafiante en las últimas décadas”? Si es así, ¿puede decirme por qué?

De hecho esa frase encabeza mi propuesta 'Sin Límites'. Cuando la artista norteamericana afirma esto, se refería a los asuntos que plantean e introducen las artistas en sus discursos, se refiere a cómo, desde un punto de vista psicológico, su trabajo es más extremo. No hay duda de que los cánones clásicos han homogeneizado durante tiempo las propuestas plásticas y las corrientes estéticas, expresionismo abstractos, informalismos, minimalismos... han seguido patrones marcados por la visión masculina. Son las mujeres las que han cuestionado dichos patrones, desde Ana Mendieta a Louise Bourgeois, desde Esther Ferrer a Doris Salcedo. Poco a poco, han conseguido hacerse un hueco en el panorama artístico con una renovada mirada.

¿Considera que sigue siendo necesario primar la visibilidad de la mujer para compensar el déficit histórico de las mujeres artistas?

Si, por supuesto, para que no ocurra nunca más lo que aún ocurre en nuestros Museos de Bellas Artes, por ejemplo. Si visitas el Museo de Bellas Artes de Santander, o visitas el de Asturias, en Oviedo, sobre todo en sus salas dedicadas a la pintura más 'clásica', parece que ninguna mujer existió en esas épocas y eso no es cierto. Las reivindicaciones que en los años 80 llevaron a cabo las activistas de Guerrilla Girls, sobre la presencia de mujeres en los museos norteamericanos, siguen hoy tal cual. Ellas afirmaron que sí que hay muchas mujeres en los museos, pero no lo están representadas con sus obras en las paredes, sino que lo están con sus cuerpos desnudos pintados por varones. Mientras estas cosas no cambien, es necesario seguir reivindicando, seguir mostrando el alto nivel de estas creadoras que deben estar presentes en colecciones para que su lectura sea verdadera y justa.

¿Qué pujanza ve en el arte femenino cántabro?

Recuerdo en la casa de mi madre, en Suances, en la pequeña colección de mi hermana Amparo, un bellísimo paisaje de Gloria Torner. Me gusta mucho esa pintora, es capaz de equilibrar su extrema sensibilidad al color con la revisión de temas clásicos como bodegones y paisajes. En la exposición anterior, en la sala Concepción Arenal, 'Al aire... una flecha que silba en el oído', un proyecto comisariado por Wendy Navarro y Emma Meruelo, observé la gran calidad y pujanza de creadoras cántabras como Majo G. Polanco o Tania García. La labor de estas comisarias es admirable, existe un ámbito de gestión cultural que es importante aquí. Junto a ellas, Marta Mantecón, por ejemplo, está realizando un trabajo de dinamización y difusión de la plástica actual necesario.

¿Qué ha aprendido como persona y como profesional de las mujeres artistas?

En el ámbito profesional, su implicación y cualificación. Hay algo de esa generosidad que comentaba anteriormente que puede estar latente en cualquier persona, pero que en estas artistas se manifiesta de forma natural. Las mujeres artistas no muestran, en general, lo que los varones ponemos siempre encima de la mesa, y que tiene que ver con la actitud y con una cierta soberbia, que nos suele perder. Las creadoras en el ámbito de las artes tocan esos temas universales que nos afectan, mediante sus respectivas disciplinas, activan resortes dormidos que suelen estar muy encerrados y silenciados dentro de cada uno de nosotros. El arte de estas creadoras llega a revolvernos por dentro, intelectual y emocionalmente, por una especie de 'decantación' de lo esencial, y eso esencial es la vida.

¿Qué le parecen los cambios que la pandemia está operando también en el mundo de la exhibición artística? ¿Es comparable un acceso online a una muestra con la experiencia presencial?

Al igual que he comentado con respecto a la educación y sus engranajes, es evidente que todo ha cambiado y que debemos adaptarnos a esos cambios. Sigo creyendo que visitar museos o exposiciones hoy, manteniendo el rigor de los protocolos de sanidad, es viable y permite vivir la experiencia en directo de la creación que es necesaria. En la muestra 'Sin límites', por ejemplo, hay trabajos performáticos en monitores de María Gimeno y Natalia Pastor. Estas piezas pueden visualizarse en la pantalla del ordenador, pero 'in situ', toman otra vida, otro sentido, integrándose en un discurso global ligado a las piezas que se ubican en su entorno. Vivir la experiencia del arte es necesaria, la obra de arte, tanto formal como conceptualmente, siempre está ligada a la vida, es reflejo de ella. En la actualidad los canales y códigos de comunicación están cambiando, los materiales y soportes también, pero sin embargo, los temas que estas creadoras tocan conectan con cada uno de nosotros, son temas universales y vivir la experiencia en directo resulta muy aconsejable.

¿Cree que estos cambios han llegado para quedarse?

Si, poco a poco, se advierten estas nuevas derivas técnicas y estéticas y no hay duda que la forma de vivir y sentir el arte sigue un camino que se imbrica con las actividades vitales de nuestra existencia.

¿Cómo afectará la pandemia a su trabajo?

Ya ha afectado. Como en el resto de ámbitos de nuestras vidas, cuando llegó la pandemia estaba implicado en varios proyectos expositivos como la muestra 'Contra viento y marea' de la artista María Álvarez (dentro del programa de AFA en la Universidad de Oviedo) o 'Solas', exposición de la pintora Chelo Sanjurjo en La Caridad, en el occidente asturiano. Me di cuenta de que esos proyectos en los que había tanto y tanto trabajo por parte de sus creadoras iban a quedar sin visibilidad como consecuencia de los cierres. Recurrí a las redes sociales como alternativa, para que dichas exposiciones tuvieran visibilidad. Las herramientas informáticas están aquí para utilizarlas, para adaptarlas a nuestras necesidades... fue así como nació el 'Arte construye', el proyecto que desarrollé a lo largo de esos tremendos meses.

Creo recordar que usted defiende una mayor presencia del arte en el sistema educativo. ¿Considera que la deriva de la sociedad requiere cada vez más un bagaje cultural del individuo, vinculado a las Humanidades y el Arte?

Has tocado un tema fundamental: la Educación. Comenté en la inauguración de la muestra la frase de Concepción Arenal: “Abrid Escuelas y cerraréis cárceles”,. La formación humanística es clave en el ser humano. Revisando la historia de la humanidad advertimos que los momentos de avance se han fraguado cuando la presencia de las Humanidades ha tenido protagonismo. Me preocupa el desplazamiento que en los sistemas educativos actuales están sufriendo las Humanidades y muy especialmente la formación musical y plástica. La clave para acercarnos al Arte está en la educación, porque la expresión plástica existe en cada uno de nosotros, solo hay que favorecer su desarrollo, pero un sistema educativo que margina la formación artística, está marginando la capacidad creativa del ser humano, la sensibilidad se ve coartada y, entre otras cosas, esto explica que cada vez la sociedad vea la creación como algo ajeno y distante. 

¿Si no fuera especialista en Arte qué sería?

Realmente más que al Arte, me dedico a la gestión cultural del Arte y a la formación teórica en Arte, desde una perspectiva, digamos 'personal', poco convencional. Creo que desde la pedagogía, con instrumentos didácticos adecuados, se pueden desvelar, analizar y entender aspectos de la creación plástica unidos a asuntos complejos de la existencia. Esa es una de las virtudes del arte: poseer la capacidad de profundizar en ámbitos callados. Es posible que si mi vida no hubiera derivado hacia el mundo de la Historia del Arte, lo habría hecho hacia la Antropología, de hecho, es otra manera de acercarnos a la comprensión del mundo, a su riqueza cultural y social. Arte y Antropología son caminos paralelos y complementarios, permiten entender nuestra evolución y nuestras diferencias, esa maravillosa pluralidad que debería permitir que viéramos un mundo abierto, sin límites, de convivencia igualitaria y justa. Por lo demás, recuerdo la tierra de las huertas de La Gerra, el barrio de Suances donde nací, ahora yerma por cosas del tiempo y sus estragos: volver a ella podría ser una buena alternativa de futuro.

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