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Las auxiliares de ayuda a domicilio denuncian falta de material: “Nuestros dependientes están desprotegidos”

Trabajadora de asistencia a domicilio con una persona mayor. | ARCHIVO

Rubén Alonso

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Las trabajadoras de asistencia a domicilio, uno de los colectivos laborales más precarizados, denuncian “falta de material y de un protocolo serio” para hacer frente a la crisis sanitaria del coronavirus. Y es que las conocidas como 'Kellys' de la dependencia realizan hasta ocho desplazamientos diarios a las casas de las personas que requieren de una auxiliar por su condición de dependientes, lo que las expone a convertirse en transmisoras del virus a uno de los grupos más vulnerables.

Es por ello que reclaman batas desechables, gafas antisalpicaduras, guantes resistentes a fluidos, mascarillas homologadas e hidrogel desinfectante para sus visitas, así como “reducir los servicios a los dependientes severos y a aquellos que carezcan de familiar que se ocupe de su alimentación”.

“No podemos proteger de infecciones a nuestros mayores y dependientes con una bata de tela que llevamos de domicilio en domicilio toda la semana”, denuncia Rosa María Martínez, auxiliar de ayuda a domicilio del Sistema de Atención a la Dependencia (SAD) del Gobierno de Cantabria. “Nos limitan al lavado de manos”, lamenta.

Martínez es delegada de prevención y salud, así como presidenta del comité de empresa en Urgatzi S.L en Santander, empresa adjudicataria del SAD en los lotes 1 (Santander) y 3 (zona oriental de la comunidad). En conversación con eldiario.es asegura que lleva semanas pidiendo a la empresa “un protocolo serio” frente a esta alerta sanitaria, y que no ha obtenido respuesta, tampoco cuando el Gobierno ha decretado el estado de alarma.

“Queremos una protección adecuada porque así nuestros dependientes están totalmente desprotegidos”, subraya, haciendo hincapié en que “no se cumple con la normativa en relación a los Equipos de Prevención Individual (EPI) que tienen que llevar las trabajadoras”.

“Nuestros dependientes tienen edades comprendidas dentro del grupo de población de riesgo y con muchas patologías”, recalca Martínez para evidenciar la gravedad de la situación y la importancia de lo que reclaman. Además, pone de manifiesto que algunas trabajadoras tienen diabetes o hipertensión, por lo que también están dentro del grupo de riesgo. “Es muy importante que no seamos foco de infección porque en el periodo asintomático del virus se contagia”, resalta.

Esta auxiliar asegura que el panorama es el mismo en el resto de empresas de la comunidad que cubren otras zonas, así como en el resto de España. “Estamos todas igual”, ha lamentado. Martínez ha explicado que se ha puesto en contacto con María Antonia Mora, directora del Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS), quien le ha trasladado que el material que llegue se destinará a sanidad. “Es lo lógico, el ICASS no nos lo tiene que suministrar, la adjudicataria es una empresa privada”, ha apuntado.

“Es inaudito que desde el Gobierno de España se estén dando una serie de medidas a seguir y que seamos las auxiliares de ayuda a domicilio, que recorremos toda Cantabria, las que pudiéramos ser propagadoras del virus a los mas vulnerables por el incumplimiento de prevención de riesgo grave e inminente de estas empresas”, ha concluido.

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