Una balsa de lodo bajo el Palacio Municipal obliga a modificar las obras de estabilización
Las obras de estabilización del Palacio Municipal de Torrelavega, que comenzaron a finales del mes de mayo, han tenido que cambiar de estrategia tras encontrarse una balsa de lodo bajo el edificio que impedía continuar con la solución por la que se optó en un primer momento, que consistía en la colocación de micropilotes para asegurar la estructura.
Este es el método “más habitual” utilizado en este tipo de situaciones para estabilizar edificios con riesgo de derrumbe, como amenazaba el Palacio, pero en este caso no dio el resultado esperado al encontrar una capa “muy sensible” de lodo y agua y también unos muros con una estructura “muy endeble” que no iban a poder resistir el cosido posterior que se planteaba hacer con los nuevos elementos.
Así, se ha optado por una solución sería ahora la más “óptima” y que consiste en un procedimiento de inyección de hormigón para, en resumen, “convertir esos lodos en un material existente”. Además, no encarecerá el presupuesto -ronda los 700.000 euros, como la primera- y apenas retrasará la obra, pues se inició a finales de marzo con un plazo de seis u ocho meses y ahora se estima que finalice en “febrero o marzo”.
Así lo ha explicado el consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa, que ha visitado este martes el Palacio Municipal junto al alcalde y al primer teniente de alcalde y concejal de Obras, Javier López Estrada y José Manuel Cruz Viadero, respectivamente.
Según han indicado, los problemas surgieron “al poco tiempo” de empezar la actuación, por lo que “rápidamente” se paró y se ha estado dos meses estudiando una nueva solución, que se ha empezado a poner en marcha la semana pasada y se ha comprobado que es la correcta.
Y es que cuando se empezó a colocar los micropilotes previstos inicialmente apareció una zona de lodo y con grandes rocas que dificultaban la perforación y en la que cualquier actuación “provocaba movimientos en el entorno” y fisuras en el edificio.
Así, la nueva solución, que es la que se utilizó en su momento en el metro de París, consiste en inyectar hormigón mediante unos tubos a una presión suficiente para poder llegar al terreno circundante y estabilizarlo. Es decir, “convertir esos lodos en un material resistente para que la estructura tenga capacidad de aguantar sobre una superficie que se estaba tambaleando”, ha explicado Gochicoa, remarcando que se está actuando con un control “milimétrico” para detectar si existe “cualquier mínimo desvío” en la estructura.
El problema se ha localizado fundamentalmente en la zona principal, el hall del Palacio, mientras que en las partes laterales el terreno es diferente, sin presencia de esos lodos, y ahí “probablemente” los trabajos irán “mucho más rápido”.
El alcalde ha agradecido el “esfuerzo” de la Consejería en la gestión de esta obra, tanto al principio con la redacción del proyecto y la adjudicación por vía de urgencia ante el riesgo de derrumbe como ahora para afrontar esta “adversidad” encontrada.
Además, para el Ayuntamiento la solución se cumplirá en una fecha “admisible”, ha dicho, pues en el primer semestre de 2023 se tendrá el edificio “perfectamente consolidado”. Y mientras tanto, están “tranquilos” porque la estabilidad del Palacio está “perfectamente asegurada” gracias al apuntalamiento.
Según han avanzado el alcalde y el concejal de Obras, todo apunta a que una vez reparado el inmueble se le vuelva a dar el uso de sede municipal que tuvo anteriormente.
Sin embargo, queda “mucho tiempo”, al menos cuatro años para poder volver a poder utilizarlo, por lo que será la próxima Corporación la que avance en el proyecto, que incluirá la anexión a las instalaciones del Cine Pereda, adquirido por el Consistorio en 2019.
Igualmente, será más adelante cuando se decida sobre la utilidad que se dará al edificio de la plaza Baldomero Iglesias, en el que se encuentran ahora las dependencias municipales tras el traslado que se hizo desde el Palacio.
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