Castilla-La Mancha blinda con una orden la campaña de la aceituna para garantizar la seguridad y evitar brotes de la COVID-19
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha publicado una orden de medidas y obligaciones para aportar seguridad durante la campaña de la recogida de la aceituna debido a la situación extraordinaria por la pandemia sanitaria, como ya hizo con la vendimia.
El Diario Oficial de Castilla-La Mancha recoge hoy una normativa conjunta de las consejerías de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural; Economía, Empresas y Empleo y Sanidad, que establece las medidas de prevención aplicables a la actividad que se realiza en el ámbito de las explotaciones agrícolas por las personas trabajadoras en la recogida del fruto, en una región que se sitúa como la segunda productora a nivel nacional, con cerca de 450.000 hectáreas de olivar, 83.000 olivicultores y alrededor de 260 almazaras y donde se prevén 120.000 toneladas de aceite para esta campaña. Esta orden entrará en vigor mañana.
El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha resaltado la ausencia de brotes durante la vendimia, “una gran satisfacción dentro de momentos de dificultad”, reseñando que el cumplimiento de la normativa ha sido “excelente” por parte de todas las partes implicadas. De esta manera, con la de la aceituna, vuelve a hacer un llamamiento a la prudencia para que se desarrolle con normalidad pese a ser excepcional por la COVID.
De forma preventiva, esta orden incluye medidas de prevención personal encaminadas al cumplimiento por parte de cada persona trabajadora de las medidas de protección generales, como la distancia de seguridad, el uso de mascarilla, higiene respiratoria o desinfección de manos. También, la limitación de contactos, para reducir la posibilidad de transmisión del virus dentro del colectivo de personas trabajadoras, limitando las posibles cadenas de transmisión, en el caso de constatarse un positivo. De la misma forma, la limpieza y ventilación de los espacios de trabajo cerrados, como las propias almazaras, para reducir las posibilidades de transmisión del virus.
En los casos en los que el alojamiento de los asalariados sea responsabilidad de las empresas empleadoras o usuarias, en aplicación de las normas legales establecidas, estas deberán habilitar dependencias que permitan el aislamiento de las personas trabajadoras contagiadas o sospechosas de haber contraído la enfermedad. Si no se pudiera garantizar, se colaborará con las entidades locales para facilitar la disponibilidad de recursos para tal efecto.
Listado de trabajadores y contactos
Las empresas empleadoras y empresas usuarias, en el caso de contratos de puesta a disposición de trabajadores de las empresas de trabajo temporal, realizarán un Plan de contingencia en el que deben definirse una serie de actuaciones para prevenir y, en su caso, iniciar el proceso de detección, aislamiento y control sin demora en el caso de que una persona trabajadora presente síntomas compatibles con la COVID-19, para su contención.
Como parte de este Plan, incluirán la existencia de un registro como ya sucediera con la campaña de la vendimia, con la relación de personas trabajadoras contratadas y sus números de teléfono de contacto, así como a la cuadrilla a la cual pertenece y la unidad de alojamiento. El objetivo, como ha recordado el consejero Martínez Arroyo, no es otro que en caso de producirse un caso positivo por COVID “se pueda facilitar su rastreo” de manera temprana, para que pueda aislarse. El año pasado, para esta campaña se contrataron a cerca de 2.400 trabajadores en Castilla-La Mancha.
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