Cifran entre 24 y 26 millones de euros las pérdidas de los ganaderos por la crisis de la viruela ovina en Castilla-La Mancha
Entre 24 y 26 millones de euros calcula ASAJA de Castilla-La Mancha las indemnizaciones que debería recibir el sector de ganado ovino y caprino de la región para enjugar las pérdidas que les está suponiendo las medidas que se están tomando para controlar los brotes de viruela ovina, que conllevan sacrificios de animales allá donde hay focos e inmovilización en toda la región a excepción de la provincia de Guadalajara. Por ello, piden al Ministerio de Agricultura una línea de ayudas que palíe “esas tremendas perdidas que están teniendo los ganaderos”.
En una rueda de prensa que ha ofrecido el secretario regional de la organización, José María Fresneda, en Toledo, ha ofrecido las cifras reales de lo que le está suponiendo al sector la situación, aunque ha dejado claro que estas medidas eran necesarias e incluso que deberían haberse tomado antes, dado que el primer foco de la viruela se detectó en el mes de septiembre de 2022 en Cuenca.
Según estos datos, en estos meses se han sacrificado ya en la región 43.000 animales, “las indemnizaciones del Ministerio suponen 4 millones de euros, y las pérdidas reales por el sacrificio 24 millones de euros”.
ASAJA ha desgranado cada uno de los gastos. Así, por una oveja de raza manchega se paga una indemnización de 110 euros, cuando el coste es de 380 euros, por lo que la pérdida es de 270 euros. Se han sacrificado 15.798 ovejas de raza manchega cuyo valor llega a los 6 millones de euros.
También se han sacrificado ovejas Lacaunes, con un valor de 217 euros por animal. El ganadero recibe 100 euros por oveja sacrificada, lo que supone una pérdida de 117 euros. Se han sacrificado hasta el momento 7.354 animales por unvalro de 1,6 millones de euros.
Por lo que se refiere a corderos, se han sacrificado 19.760 animales valorados en 1,2 millones de euros.
La leche que se ha dejado de producir ha sido de 2,7 millones de litros con un valor de 5,5 millones de euros.
Además, ha señalado que los costes salariales suponen pérdidas de 4 millones de euros y las pérdida de renta por reposición hasta el primera parte es de 320 euros por oveja, lo que hace un total de 5,6 millones de euros.
“Los que han sacrificado el ganado han recibido un pequeño porcentaje de las perdidas reales, a los que les han inmovilizado el ganado se preguntan por qué tiene que asumir el coste adicional del cebo, el coste de la desinfección, incluso hay ganadero que tres semanas después de sacrificar al ganado no han cobrado ni un euro”, ha asegurado el secretario regional.
Según ha anunciado, el presidente nacional de la organización Pedro Barato se va a dirigir al secretario general de Agricultura y Alimentación del Ministerio para solicitar una línea de ayuda que compense a los ganaderos afectados porque “están viviendo un verdadero drama”.
Críticas a la actuación de la Consejería
Fresneda ha valorado muy duramente la actuación de la Consejería durante esta crisis, no porque no se tuvieran que tomar las medidas que se ha tomado sino por cómo se ha gestionado la situación. “Yo, por los profesionales de la Consejería rompo las lanza que haga falta, por cómo se ha manejado políticamente, no puedo” y ha señalado que “han dicho que se han puesto encima de la mesa ayudas sin precedentes cuando se han anunciado cuatro millones de euros, que no son de la Junta, son del Gobierno central”, y a día de hoy no los han cobrado los ganaderos, “eso no es jugar limpio”.
Además, se ha preguntado “por qué ha costado tanto tomar la medida de cerrar los cebaderos y decirle a los tratantes que no va haber circulación de ganado” y ha denunciado la falta de información a los ganaderos por parte de la Consejería de Agricultura, ya que no se ha editado aún el documento que anunciaron resolviendo dudas y los “ganaderos dicen que han escrito al correo facilitado por la Consejería y no responden”, además de que los afectados no saben qué productos tienen que usar para desinfectar ni han recibido instrucciones.
José María Fresneda no ha querido analizar por qué no se tomaron medidas antes, pero ha señalado que no comprende por qué se “prioriza una campaña de imagen de las bondades de la Consejería cuando el drama todavía está ahí”.
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