Cinco pueblos, uno en cada una de las provincias de una Castilla-La Mancha tan extensa como diversa. Todos con encantos para perderse en un entorno rural que muchos ni imaginan entre naturaleza virgen y auténticas joyas del patrimonio en pequeños y a veces remotos pueblos que hay que aprovechar para conocer este verano. Estas son solo algunas de las cientos de propuestas que podríamos hacer.
¿Sabías que en 1986 Alcalá del Júcar recibió un premio ocupando el lugar, después de la Torre Eiffel y la Gran Mezquita de Estambul, por la mejor iluminación artística? Es uno de los méritos -pero ni mucho menos el único- que le han permitido a este pueblo de Albacete entrar en la lista de los pueblos más bonitos de España.
Es uno de los lugares más pintorescos de la provincia de Albacete, refugio ideal para el verano, no solo por su singularidad arquitectónica entre los cañones del río Júcar sino por las posibilidades que ofrece para el turismo de naturaleza.
Veamos. Es conjunto histórico-artístico, hay que visitar su castillo, su puente (al que algunos atribuyen origen romano) y, desde luego, sus casas-cueva. También es un buen lugar de veraneo para los amantes de la multiaventura o simplemente un lugar en el que relajarse en plena naturaleza.
A unos 80 metros bajo tierra se encuentra la cueva del Diablo con bar, restaurante o discoteca. Y luego están las cuevas de Masagó, de origen almohade, recrean la típica casa local y en su interior cuentan con dos museos de fósiles y de numismática. También hay cuevas en las que se puede dormir.
Por cierto su plaza de toros, una de las más antiguas de España es diferente a cualquiera que hayamos visto y está en desnivel. No desvelamos más.
En los alrededores podemos disfrutar del senderismo, visitar el parque natural de la Hoz del Júcar donde se puede practicar barranquismo o el paraje natural del Tranco del Lobo con rutas para bicis. Y ya que aprovechamos la salida, hay magníficos miradores que nos desvelan la belleza de Alcalá del Júcar como el que encontramos en la carretera de Jorquera o hacia la pedanía de Las Eras.
Si se quiere disfrutar de su gastronomía, el atascaburras, los gazpachos manchegos, las migas ruleras o el lomo de orza y las costillas son lagunas de las delicatessen que puedes degustar.
La info puedes encontrarla en su web de turismo, haciendo click en este enlace.
En la provincia de Guadalajara, uno de los pueblos más bonitos es Atienza. Al igual que Alcalá del Júcar, es conjunto histórico-artístico. No en vano llegó a contar con catorce iglesias además de un castillo, murallas y torres defensivas.
Es un cruce de las rutas turísticas del Camino del Cid, la de la Lana y la del Románico Rural en el norte de la provincia. Si hay algo que caracterice a este pueblo es su castillo que primero fue celtíbero, después árabe y finalmente cristiano (uno de los que cita el Cantar del Mío Cid).
Hoy también es conocido porque fue una de las localidades elegidas por la serie televisiva ‘Juego de Tronos’ en la que HBO ubicó uno de los seis tronos de hierro dispuestos por todo el mundo para promocionar el final de la serie. En su castillo ‘situaron’ la Torre de la Alegría, el lugar clave donde nació ‘John Nieve’.
Sus casas blasonadas o el arco de Arrebatacapas, sus edificios religiosos, sus murallas y plazas como la del Trigo transportan al viajero a otros tiempos. También posee una interesante colección de fósiles. En lo gastronómico, no debes dejar de probar el cabrito asado, los guisos con trucha o los torreznos.
Puedes encontrar más información, también sobre los alojamientos y restaurantes en su web para el viajero, www.turismoatienza.es y si quieres conocer los alrededores no debes perderte la cercana Sigüenza, la ciudad medieval que aspira a convertirse en Patrimonio de la Humanidad junto a sus 28 pedanías (merece la pena visitar Palazuelos o las salinas de Imón).
La villa de Uclés, en Cuenca, es conocida como ‘El Escorial de La Mancha’ y lo cierto es que esta población de casas solariegas ubicada en una suave pendiente tiene como referencia para el viajero a su espectacular monasterio. Una joya del patrimonio que, por si sola, ya merece una visita a la localidad.
Pero Uclés ofrece otras muchas razones para pasar allí nuestro tiempo de ocio y desconectar del mundo. Por ejemplo, el castillo de Albar Llana que llegó a tener siete torres de las que hoy se conservan tres. Junto a dos de ellas se encuentran los restos de las caballerizas del monasterio, en cuya puerta de acceso hay unos sillares procedentes de la cercana ciudad romana de Segóbriga en Saelices, a apenas 20 minutos en coche, que te recomendamos visitar.
Sin salir del municipio se puede realizar un recorrido por su conjunto urbano, también para disfrutar de la iluminación nocturna de sus monumentos: la Puerta del Agua, su casa-palacio hoy convertida en alojamiento, su fuente de los cinco caños… Pero también hay interesantes opciones para el paseo en los alrededores: caminar por la Dehesa o quizás por el camino santiaguista de Uclés que está señalizado para los peregrinos.
Por cierto, Uclés da nombre a una de las denominaciones de origen del vino de Castilla-La Mancha, así que no debes dejar de probar sus excelentes vinos y si viajas en caravana, encontrarás un área en el municipio.
En la provincia de Toledo, nos salimos de otros circuitos más habituales para los visitantes. La propuesta pasa por conocer el pueblo de Hontanar, en la comarca de los Montes de Toledo y su territorio forma parte del Parque Nacional de Cabañeros.
Hontanar no es un pueblo monumental, pero hay mucho para disfrutar, sobre todo de su riqueza patrimonial y natural. Damos algunas pistas.
En todo el entorno hay estupendos alojamientos rurales y después de acomodarnos lo primero puede ser concertar una visita al Centro de Interpretación de Malamoneda. Fue un antiguo poblado vigilado por un castillo (lo que queda de él) junto al que hay que visitar el yacimiento donde encontraremos restos del poblado, su necrópolis y estructuras militares de época hispanorromana, visigoda, musulmana y medieval. Vamos, un paseo por los siglos sin desplazarse. En la necrópolis se han llegado a descubrir hasta 103 tumbas excavadas en la roca.
En la zona las opciones de turismo de naturaleza son muchas, así que sugerimos pasar en la zona unos cuantos días. Por ejemplo, acercarse hasta el Parque Nacional de Cabañeros.
Además, cerca de Hontanar está La Chorrera de las Lanchas (algunas empresas de multiaventura organizan visitas), en la Garganta del mismo nombre. El acceso a este paraje natural, si se quiere hacer por libre, arranca en la carretera TO-7531-V, a la altura del cementerio de Las Hunfrías. Hay que dejar el coche en la zona y caminar unos 3 kilómetros hasta el inicio de la Microrreserva.
Otra opción en plena naturaleza es conocer la Cascada del Chorro, en Los Navalucillos. Hay que llegar al pueblo y desde allí se encuentran las indicaciones para llegar.
A media hora en coche se encuentra el yacimiento visitable de Santa María de Melque. Es el conjunto monástico más antiguo que se conserva en la Península Ibérica, construido en torno a una antigua villa romana.
No hay que desaprovechar la ocasión para degustar un buen guiso de caza, por ejemplo una perdiz a la toledana o el conejo de monte y desde luego hay que probar los quesos artesanos Sierra de Hontanar a base de leche de cabra.
Si se elige la provincia de Ciudad Real, nuestra propuesta es pasar unos días en Fuencaliente. Su lema es ‘Un paraíso a tu alcance’ y hay unas cuantas razones.
El pueblo se encuentra en pleno Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona que ha sido certificado como destino ‘Starlight’ por sus cielos limpios y perfectos para la observación de las estrellas, una buena actividad sin duda para el verano.
Una vez alojados en Fuencaliente o en su entorno podemos dirigirnos a la Oficina de Turismo, que además alberga el Centro de Interpretación de la localidad, para hacernos una idea de lo que podemos visitar.
Si hay algo que destaca en este pueblo son sus dos yacimientos arqueológicos al aire libre de arte rupestre, Peña Escrita y la Batanera. Sus pinturas son Monumento Histórico Artístico desde 1924 y están a unos cuatro kilómetros del pueblo. De hecho, hay hasta 11 yacimientos de este tipo, pero solo seis son visitables y en el caso de estos dos puede hacerse por libre.
Hay todo un listado de rutas senderistas en la zona (haz click aquí). Por ejemplo, una visita a la chorrera de los Batanes, un bello paraje natural junto a una caída de agua del río Cereceda. Allí sitúa Cervantes el episodio tan famoso de la aventura de los batanes en el Quijote. O quizá una ruta hacia la chorrera de las Sierpes.
Por cierto, a diez kilómetros de Fuencaliente se encuentra poblado romano de Valderrepisa cuyos restos arqueológicos datan del siglo II- I A.c. Se recomienda la visita con un guía y en todo caso es necesario recoger la llave de entrada al mismo en la Oficina de Turismo.
En la zona la gastronomía la marca la carne de caza y hay que preguntar por los aceites del Valle de Alcudia.
(*) CONTENIDO PATROCINADO POR LA JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA
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