Se cumplen 530 años de uno de los primeros documentos escritos que prueba el descubrimiento de América
Hoy se cumplen 530 años de que don Luis de la Cerda, I duque de Medinaceli escribió a su tío, el cardenal Mendoza, una carta cuya importancia radica en ser uno de los primeros documentos escritos que se conservan confirmando el descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón.
La carta está fechada en la villa de Cogolludo (Guadalajara), el día 19 de marzo de 1493. Actualmente se encuentra en el Archivo Nacional de Simancas (Valladolid), si bien el Ayuntamiento de Cogolludo cuenta con un facsímil que se expone en el Palacio Ducal, junto a su traducción literal.
Por este motivo, y para valorizar un hecho tan significativo e histórico, el Ayuntamiento de Cogolludo ha colgado, de su balconada, una lona con una gran reproducción del documento. Además, en todas las visitas turísticas que se están llevando a cabo a lo largo del fin de semana, los guías cogolludenses muestran reproducciones de la misma, y dan lectura a su texto. “Los turistas nos preguntan por el documento cuando lo ven en la plaza Mayor. Y nosotros les contamos la historia y lo reivindicamos”, señala Sandra Martín, informadora turística de Cogolludo.
Además, en colaboración con la Ludoteca de Cogolludo, esta semana, los niños han coloreado su propia versión de las carabelas de Colón. “También a los más pequeños les hemos hecho partícipes de la historia”, sigue la informadora.
Cuando el almirante Cristóbal Colón Almirante volvía de su primer viaje a Las Indias, al mando de La Niña, el 13 y el 14 de febrero sufrió una tempestad muy fuerte, tanto, que llegó a romper el velamen de nave y a separarla de La Pinta, al mando de Pinzón, que regresaba junto a ella. Superada ésta, a La Niña le esperaba otra aún más cruenta, en el Cabo da Roca, ya muy cerquita de la costa. De milagro, La Niña llegó a Lisboa el 4 de marzo de 1493.
Desde allí, Colón escribe tres cartas para contar que había vuelto de Las Indias con éxito. Envió dos de ellas a Barcelona, porque la corte era itinerante, y en aquel momento los reyes católicos se encontraban allí. La tercera, la envía a Cogolludo, que es donde estaba su mentor, don Luis de la Cerda, el duque de Medinacelli, que fue quien hizo posible que Colón se entrevistara con la reina Isabel. Por cercanía, un correo a caballo tuvo que recorrer los 573 kilómetros, de Lisboa a Cogolludo, mucho antes que los 1007 que separan la ciudad portuguesa de Barcelona. La carta que llega a Cogolludo está desaparecida, pero nada más recibirla, el duque le escribe a su tío, el 'gran cardenal' Pedro González de Mendoza, otra misiva, que es la que sí se conserva, en la que le da la noticia y deja constancia de la anterior.
La carta dice que el duque, don Luis de la Cerda, ha alojado a Cristóbal Colón dos años en su casa, que partió hace 8 meses hacia las Indias, que ha regresado a Lisboa y que ha hallado todo lo que buscaba, siendo este uno de los primeros documentos escritos que confirma el descubrimiento de América.
Colón y Cogolludo
Como es bien conocido, hay una teoría, que defiende el estudioso Alfonso Sanz, continuando la línea de investigación iniciada por su padre, que defiende el origen castellano de Colón. Según la teoría de Sanz, la madre del descubridor podría ser doña Aldonza de Mendoza, duquesa de Arjona y señora de Cogolludo. Sus años de trabajo le han llevado a afirmar que una parte de los restos del almirante podrían estar enterrados en la Iglesia de Santa María de Cogolludo, algo para lo que hay en marcha un gran estudio en el que se han tomado pruebas de ADN, y cuyos resultados se sabrán muy pronto, según ha dado a conocer el Ayuntamiento de esta localidad.
Lo que se busca en Cogolludo es el ADN de doña Aldonza de Mendoza, su madre, para compararlo con los restos de Cristóbal Colón, en su mausoleo de la Catedral de Sevilla. De ser coincidentes, se demostraría que Colón es hijo de doña Aldonza de Mendoza. Si, además, hay algún otro resto de un varón, en Cogolludo, que coincidiese con el ADN de doña Aldonza y de los restos de Sevilla, estaríamos hablando que corresponden a Cristóbal Colón. En este sentido, en aquella época los cuerpos se descarnaban y era frecuente enterrarlos en lugares diferentes.
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