Espacio de divulgación científica y tecnológica patrocinado por la Universidad de Alcalá (UAH), con el objetivo de acercar el conocimiento y la investigación a la ciudadanía y generar cultura de ciencia
Cuando el 3D ayuda a recuperar la historia: ¿cómo era el primer palacio renacentista de España?
Está considerado como uno de los primeros edificios renacentistas de España. El palacio de los duques de Medinaceli o palacio ducal de Cogolludo, en Guadalajara, fue construido a finales del siglo XV. Las obras se finalizaron en 1492, el mismo año en el que Cristóbal Colón descubrió América pero el abandono y el expolio estuvieron a punto provocar que desapareciera para siempre.
El edificio perteneció a la Casa de Medinaceli, cuyo primer título de condado fue otorgado en 1368 por el rey Enrique II de Castilla, al matrimonio formado por Isabel de la Cerda, descendiente directa del rey Alfonso X el Sabio y su esposo Bernardo de Bearne, hijo bastardo de Gastón III, conde de Foix.
Posteriormente en 1479 los Reyes Católicos concederían a su descendiente Luis de la Cerda y de la Vega el título de I duque de Medinaceli. Fue quién mandó construir este palacio, diseñado por Lorenzo Vázquez de Segovia. Hoy ocupa un amplio espacio de la plaza Mayor porticada de esta localidad.
Ahora los arquitectos del Grupo de Investigación de la Universidad de Alcalá, ‘Patrimonio arquitectónico y arquitectura sostenible’, Nicolás Gutiérrez y Manuel de Miguel, coordinan un proyecto para reconstruir virtualmente el edificio.
“Es un edificio que ha sufrido mucho y está muy transformado, pero es muy interesante. Fue construido en un momento en el que se estaban absorbiendo muchas influencias nuevas. Las arquitecturas más conocidas fueron las de las iglesias, pero los palacios renacentistas españoles tienen personalidad propia, con una mezcla del pasado de Castilla o el andalusí”, apunta Manuel de Miguel.
Una de las características más conocidas del palacete de Cogolludo es la fachada principal con sillería almohadillada de tipo florentino. Se trata de un edificio con dos alturas organizado en torno a un patio central del que se conserva la planta baja. En él aparecen arcos rebajados sobre columnas con capiteles alcarreños de influencia italiana.
“Fue un momento en el que la familia Mendoza estaba planteando una estrategia de poder, una nueva forma de política y de arte. Creemos que fueron ellos los que introdujeron los rasgos de la arquitectura renacentista en los edificios que no eran eclesiásticos. Estos palacios eran una forma de organizar el territorio”.
El proyecto de la Universidad de Alcalá concluye a final de año, aunque el trabajo se prolongará al menos hasta mediados de 2023. Se realiza en colaboración con las Cortes de Castilla-La Mancha y el respaldo del Ayuntamiento de Cogolludo y permitirá disponer de modelos tridimensionales de reconstrucción gráfica que, posteriormente, permitan recrear virtualmente el Palacio de Cogolludo.
“Tenemos datos suficientes para recrearlo y ponerlo en valor, pese a que la situación actual de la comarca, muy desconectada de los principales lugares de paso o de poder, no es la de entonces”, comenta el arquitecto, que recuerda cómo en el siglo XV “toda la provincia de Guadalajara y la de Toledo o el norte de Cuenca eran zonas fundamentales para la economía de toda Castilla. Eso se nota en la forma de establecer los centros de poder”.
El palacio ducal de Cogolludo fue declarado Bien de Interés Cultural en 1931. En 2006-2007 el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) realizó una intervención arqueológica y de estudios previos que permitieron sacar a la luz los restos del segundo patio del inmueble, documentado en las fuentes históricas pero desconocido físicamente hasta entonces, así como abundante material arqueológico.
En 2010 se inició una segunda fase de actuación para recuperar y consolidar elementos como su fachada monumental, el patio principal, las dependencias anejas descubiertas en la fase de intervención arqueológica anterior, los jardines y la tapia-muralla de todo el conjunto. En su interior puede apreciarse, por ejemplo, el llamado Salón Rico y su chimenea con reminiscencias andalusíes. Actualmente el palacio está solo abierto al público conjuntamente con la Iglesia de Santa María, a través de las visitas guiadas organizadas desde la Oficina de Turismo.
Ahora un equipo multidisciplinar de ocho personas trabaja para integrar las hipótesis arquitectónicas propuestas con anterioridad por los historiadores con “otros matices propios”, basándose en documentos históricos. “Estamos generando hipótesis muy sólidas que proponen nuevas visiones para contextualizar la obra. Sabemos que los maestros de obra, canteros y carpinteros de la época no estaban vinculados solo a una obra, así que podemos comparar el palacio con otros que han sobrevivido mejor”.
Uno de los modelos es el palacio ducal de Pastrana, también en la provincia de Guadalajara, que se construyó 50 años después con características similares, por encargo de la misma familia. “Ambos están muy relacionados, aunque su aspecto exterior sea muy diferente”.
Para ello se utilizan técnicas digitales de toma de datos, como el escáner láser y la fotogrametría automatizada para crear unos modelos digitales del estado actual del inmueble. Después se realizan modelados 3D que posteriormente son texturizados e iluminados para generar una visualización didáctica que permitirá a los visitantes del palacio comprender su configuración histórica.
En los últimos 20 años la situación del patrimonio histórico español ha cambiado mucho, sobre todo a nivel teórico. Y ahora ya no se ve tanto como un gasto innecesario
“La idea es profundizar más en la historia que se conoce porque buena parte del edificio fue expoliado. Aunque tiene lagunas e incluso en su reconstrucción cada pieza no ha vuelto a su lugar original, disponemos de abundante documentación. Es una propuesta atrevida”, comenta Manuel de Miguel. “No entraremos en cuestiones como el mobiliario o los tapices, pero sí vamos a definir las estructuras arquitectónicas o los artesonados que estaban en su mayor esplendor en una época de transición entre el Gótico y el Renacimiento”.
El proyecto arrancó el pasado mes de mayo y la publicación de los primeros resultados se espera para mediados de 2023. “Ahora estamos en labor de oficina, realizando programas de modelado 3D. Esperamos poder explicar y difundir toda la investigación científica, así como el propio monumento. Tiene mucho valor pero no saber cómo era a veces les convierte en incomprendidos. Se está haciendo un gran esfuerzo para revertirlo. En los últimos 20 años la situación del patrimonio histórico español ha cambiado mucho, sobre todo a nivel teórico. Ahora también comienza a cambiar la concienciación social. Ya no se ve tanto como un gasto innecesario, sino como inversión”.
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