Sala de los Moros, el nuevo Bien de Interés Cultural de Castilla-La Mancha del que ya hablaba un cardenal de Toledo hace siglos
Un lugar “único” en su clase en Castilla-La Mancha: así es la Sala de los Moros, el nuevo Bien de Interés Cultural (BIC) declarado en la región, que se encuentra en el término municipal de Argamasilla de Calatrava de Ciudad Real, encima del cerro del Turruchel. Se trata de un “excepcional” yacimiento arqueológico, constituido por una estructura principal, realizada con grandes bloques de sillarejo y con una cámara interior en forma de T. Ahora gozará de la máxima protección patrimonial de la región.
Aunque puede que la ciudadanía castellanomanchega, en general, no conociese la existencia de este excepcional lugar, que muestra aspectos tanto de la Edad del Bronce (prehistórica) y también de la Edad del Hierro, en su periodo ibérico-oretano, la realidad es que incluso el cardenal Francisco de Lorenzana ya hablaba de él en el siglo XVIII, tal y como se explica en el informe académico que ha favorecido la declaración de interés cultural del yacimiento.
Lorenzana hablaba de una “mazmorra” a la que el “común de las gentes” llamaba la Sala de los Moros, ya por entonces. Además, era una de los cuatro vestigios de “fortalezas, castillos o atalayas”, como el del Castillón. Durante la historia también se le ha atribuido otros adjetivos como “ciclópeo”. Así lo describía Manuel Corchado Soriano en 1961 en la 'La Mancha. Revista de Estudios Regionales'.
Situación estratégica
El emplazamiento al que hacía referencia el cardenal Lorenzana es algo más que destacable, puesto que la situación estratégica de la Sala de los Moros permite observar con claridad “largas distancias”. En concreto, desde el cerro se pueden controlar los accesos al llamado Carcuvium, una suerte de mansión romana que controlaba el acceso al valle del Guadiana. No era el único lugar que se podía divisar fácilmente desde la Sala de los Moros: también se avistaba la llanura del río Tirteafuera, a través del cual se podía llegar a una cuenca minera de gran importancia. Además, se encontraba entre diversos 'oppidum' de época oretana, anterior a la romana: Oretum, Sisapo y Lacurris.
Se trata de esta manera de un monumento que se ha interpretado como una referencia “visual histórica sobresaliente” en un vasto territorio.
En la declaración de BIC se señala también que el yacimiento tiene un estado de conservación más bien “regular”, principalmente debido a las excavaciones que se llevaron a cabo en la década de los 60', además de los expolios “sistemáticos” de excavadores clandestinos. Incluso, se señala que hay grafitis de visitas recientes y no es el único caso en Ciudad Real. Finalmente, su propia localización ha provocado que el deterioro por la acción ambiental también sea importante.
Un monumento “vaciado” históricamente
Pero ahora que se trata de un Bien de Interés Cultural, la Sala de los Moros contará con el mayor nivel de protección administrativa que contempla la legislación actual. Y no sólo eso, explica el experto Luis Benítez de Lugo, docente universitario encargado del informe favorable para esta declaración, sino que también permite el acceso a financiación para mantener en buen estado el patrimonio. Amén de ventajas fiscales para los propietarios, ya que las inversiones realizadas en el sitio se podrán deducir en la declaración de la renta.
También se deberá llegar a un acuerdo para el régimen de visitas del sitio. “Lo mejor sería juntar los días para realizar una campaña de excavación arqueológica”, reflexiona Benítez de Lugo. Todavía falta mucho por investigar en el lugar, señala. “Ha sido un monumento vaciado históricamente, pero con métodos modernos de investigación arqueológica sería posible extraer más información”, apunta.
Un enterramiento “anómalo” en Castilla-La Mancha
El profesor explica que lo que se observa en la Sala de los Moros, de enterramiento en cámaras, es “anómalo por completo”. “Esto sucede en algunos casos, como en el de la Dama de Baza. Pero en ningún caso en un enterramiento de Ciudad Real ni de Castilla-La Mancha”, afirma. Se trata, explica, de un ritual funerario que se reserva a las élites. “El hecho relevante es que hay una persona enterrada en una cámara principesca, en un sitio dominante en el nacimiento del río Tirteafuera. ”Su situación estratégica implica que tiene mucha trascendencia e importancia“.
Benítez de Lugo señala también que desde el punto de vista arquitectónico, se trata de un monumento de “primer nivel” en cuanto a su factura y a las orientaciones astronómicas que se han podido observar. Esto, en cuanto revela información sobre la ritualidad de los íberos. “Por eso es muy importante realizar una campaña de estudios, porque no se conoce todo sobre el lugar”, señala.
“Es muy positivo haber declarado la Sala de Moros como BIC. Es un elemento relevante y singular de nuestro patrimonio cultural. Nos hubiera gustado que se hiciera antes, pero esto tiene su demora y su tiempo”.
¿Qué pasa con las motillas?
Mientras expresa su satisfacción por esta declaración, también lamenta que la comunidad académica y arqueológica lleva ya dos legislaturas esperando que las motillas sean declaradas como Bien de Interés Cultural. Se trata de un tipo arqueología única en Europa, y que sólo se encuentra en Castilla-La Mancha, donde hay más de 40 ejemplos de esta arquitectura ancestral. La Junta lo ha anunciado ya en varias ocasiones: en enero de 2022 y en agosto de 2021. “Es la primera cultura propiamente dicha de Castilla-La Mancha y son los primeros monumentos que tenemos desde el punto de vista de la arquitectura”, recalca. “Sólo hay motillas en Castilla-La Mancha”, advierte. Por eso, insta a la administración a que “realmente proteja” estos elementos singulares del patrimonio.
Casi 700 Bienes de Interés Cultural
El último balance de los BIC del Gobierno regional señalaba que había 669 bienes de este tipo, tras la suma del Carnaval de Tarazona y las alfombras de nudo español de Alcaraz. La Sala de los Moros ha sido protegida posteriormente. Durante esta legislatura se han aprobado 23 declaraciones y otras 22 tienes abierto un expediente, en diferentes fases previas a su posible protección. “Vamos a superar la cifra de las 700, lo que demuestra la riqueza de Castilla-La Mancha en lo que se refiere a la cultura, a las tradiciones y al patrimonio”, resaltaba Blanca Fernández, consejera portavoz del Gobierno.
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