Banderas a media asta en un Día de Castilla-La Mancha, el próximo 31 de mayo, que será una jornada “de luto” en la región en homenaje a las víctimas de la pandemia y sus familiares y también para aquellas personas que vienen trabajando en los servicios esenciales durante la crisis sanitaria.
El acto institucional que este año estaba previsto en Guadalajara, en un auditorio en el que se hubiera reunido a un millar de personas, tendrá lugar en el Palacio de Fuensalida y con un reducidísimo formato de apenas una veintena de personas. “Ni siquiera estará todo el Gobierno en este acto que será muy sencillo y austero”, ha comentado la consejera portavoz, Blanca Fernández.
“En estos tiempos los fastos no proceden”, añadía, y se trata de realizar un “agradecimiento es colectivo a todos aquellos que han demostrado ser esenciales. Será un acto muy intenso y muy sentido”, ha dicho, a todas aquellas personas que han estado en primera línea “con vocación de servicio público, con entrega y con mucho compromiso humano”, señalaba. El homenaje “era de justicia”.