La ecología es uno de nuestros principales intereses y es el centro de este blog: cambio climático, medio natural, desarrollo sostenible, gestión de residuos, flora y fauna, contaminación y consumo responsable, desde el punto de vista de periodistas, expertos, investigadores, especialistas y cargos públicos. También editamos la revista 'Castilla-La Mancha Ecológica'.
La calidad del vino sí depende de la geografía
Castilla-La Mancha es tierra, por excelencia, de buenos productos y mejor materia prima. Miel de la Alcarria, queso manchego, ajo morado de Las Pedroñeras... pero, sobre todo, buen vino, y es que muchas son las variedades de uva y denominaciones de origen que podemos encontrar en nuestra región, que hacen que los vinos de Castilla-La Mancha sean uno de los mejores valorados del mundo.
¡Que comience la vendimia!
Arranca la temporada de vendimia en Castilla-La Mancha y, según Vinos de Castilla-La Mancha, la calidad de la cosecha podría ser, a priori, buena. Una previsión para esta temporada 2020 donde los estados fenológicos apuntan a que el año está siendo bueno y hace que el optimismo se apodere de esta nueva campaña, la cual puede ser superior al 2019, ya que se prevé un incremento de hasta el 16% de la producción.
Y es que, para conseguir un buen vino, muchos son los factores geográficos que pueden ser cruciales a la hora de desarrollarse la cosecha: el suelo, la vid, pero, sobre todo, el clima. Un equilibrio entre temperatura, humedad, precipitaciones y viento que, unido a la ubicación geográfica, pueden hacer que la uva posea un color blanco o morado, una piel más o menos gruesa, una pepita más o menos amarga y un dulzor más o menos acentuado. Una influencia geográfica que da lugar a diferentes variedades de uva y, por ende, a las diferentes denominaciones de origen de la región.
La geografía también marca el sabor del vino
Lo que más define a un buen vino es su calidad. La calidad de su sabor, de su textura, de su grado justo de alcohol. La calidad de la uva que lo ha creado, y es que para que la uva sea de buena calidad, la geografía juega un papel esencial en el proceso. Cuando hablamos de geografía, hablamos de altitud.
La altitud es uno de los factores más importantes en el desarrollo de la vid, pues a mayor altitud, menor temperatura, y es que cada 100 metros de altura, la temperatura desciende 1 ºC, lo que hace que el clima sea más fresco y, en consecuencia, los vinos sean más frescos y fluidos, además de más ácidos y longevos. Las temperaturas cuanto más bajas, más lenta hace que sea la maduración de las uvas, mientras que las cálidas noches estivales permiten un mejor equilibrio entre el azúcar y la acidez de la uva.
La altura conlleva, por tanto, las variaciones de temperatura correspondientes para asegurar una maduración correcta -pero constante- de la vid, la cual necesita todo vino de calidad. Además de que, a mayor altitud, mayor incidencia del viento, lo que mejora el estado de salud de la viña, dificultando el desarrollo de hongos y bacterias que provoquen enfermedades a la cosecha.
Por otra parte, otro factor que permite que la uva conserve una correcta acidez hasta su entrada en bodega es la amplitud térmica, es decir, la diferencia de temperatura entre el día y la noche. Donde a mayor amplitud térmica, las uvas obtienen una mayor calidad, ya que la uva madura más lentamente sin degradar su grado de acidez. La luz solar es otro factor de notable importancia, ya que condiciona el grosor del hollejo -la delgada piel que recubre la pulpa y el pepita-, donde se concentran los aromas y el color de las uvas.
Se busca terreno para trasplantar viñedos. Razón: Cambio climático
El cambio climático también ha dejado su huella en este sentido, y es que desde hace un tiempo el mapa de la producción vitivinícola en España está cambiando, ya que muchas bodegas han visto cómo han tenido que buscar viñas en mayores alturas, con el fin de buscar las mismas condiciones climáticas que, lamentablemente, han visto cómo iban cambiando. Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid ya lo comentó, apuntando a que la producción de vino de la Península Ibérica será una de las más afectadas por el cambio climático a nivel mundial.
La graduación alcohólica también se está viendo afectada, pues debido al incremento de las temperaturas, la maduración de la uva está cambiando y la graduación está subiendo progresivamente, alterando con ello los sabores de muchos vinos. Así como el crecimiento y desarrollo de las viñas que, por el cambio de patrón de las precipitaciones, muchas están perdiendo calidad y no llegan al óptimo de maduración y características propias de las cosechas, de las que muchas denominaciones de origen dependen.
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La ecología es uno de nuestros principales intereses y es el centro de este blog: cambio climático, medio natural, desarrollo sostenible, gestión de residuos, flora y fauna, contaminación y consumo responsable, desde el punto de vista de periodistas, expertos, investigadores, especialistas y cargos públicos. También editamos la revista 'Castilla-La Mancha Ecológica'.
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