Consideran “indecente” que Labrador justifique la violencia verbal contra profesores
¿Puede justificarse la violencia verbal de los padres hacia los profesores? El caso conocido ayer de una candidata del PP, la atleta toledana Vanessa Veiga, condenada por amenazar con “arrancar los ojos” a la profesora de su hija, ha planteado un doble debate: si alguien con semejante comportamiento, sea cual sea el motivo, debe permanecer en la lista para ostentar un cargo público, y si se puede justificar la violencia verbal contra los docentes. Este último fue el caso del candidato del PP a a la Alcaldía de Toledo, Jesús Labrador, en cuya lista Veiga concurre de número 12. El que fuera delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha hasta hace dos semanas aseguró no encontrar ningún motivo para expulsarla de la candidatura al entender que “defendía” a su hija.
Estas declaraciones de Labrador no han dejado indiferente a la comunidad educativa, no solo por lo que justifican e implican sino porque se trata de una cuestión muy delicada y con muchos matices que el candidato del PP ha pasado por alto. Desde el Observatorio de la Educación Pública, el profesor José Manuel Perujo comenta que justificar el comportamiento de Veiga hace que esta cuestión “retrate” la propia concepción que el PP tiene de los docentes.
“Justificar la acción de esta mujer es totalmente indecente. La violencia verbal no puede justificarse ni con un profesor, ni con nadie, hay que saber resolver los conflictos de otra manera, y esto solo denota una falta de respeto hacia toda la comunidad educativa”, señala Perujo. El tema aún va más allá. El Observatorio ha incidido en numerosas ocasiones en la falta de sensibilidad del Gobierno con la figura del docente, con una “insuficiente” Ley de Autoridad del Profesorado que “no ha servido para nada”. Defender ahora actitudes de amenazas resulta por tanto “hipócrita y contradictorio”.
Más variables importantes en esta polémica. La agresión verbal o física a los profesores se debe en la mayoría de los casos a situaciones “muy complicadas” que el PP, con sus recortes en educación, “también han provocado”. Perujo explica que unas condiciones de trabajo “deplorables”, el aumento de la ratio en las aulas, y el incremento de horas de trabajo, han generado “una situación insostenible y un ambiente enrarecido que hace que los conflictos aumenten”.
“Hay veces que los profesores hacemos una labor casi social con familias que arrastran situaciones sociales muy malas, trascendemos muchas veces en nuestra labor”, añade. No cree que este sea el caso de Vanessa Veiga, pero su consecuencia, “que se justifique amenazar a un profesor”, supone “el desprecio total a toda esa labor docente y al profesorado en general”. “No podemos dejar de defender la labor del docente, su día a día en las aulas, y su magnífica contribución a la sociedad”, alega.
Dos conceptos de 'autoridad'
A Perujo también le resulta interesante la precisión que la jueza realiza en el texto de la sentencia por amenazas a la candidata del PP. En el mismo, diferencia entre el concepto de autoridad entendido como ‘dominación’ y el que tiene más que ver con ‘liderazgo’. Esta reflexión es “muy interesante” y merecería una “reflexión” de gobernantes y docentes a la hora de aprobar leyes que manejen este término, de acuerdo también con la realidad social y política de la región.
Por otra parte, la reacción desde el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza (STE) también ha sido muy contundente. Piden la “expulsión inmediata” de Veiga de la lista al Ayuntamiento de Toledo. “Este comportamiento agresivo, intimidatorio y vejatorio hacia la maestra de su hija nos parece inaceptable” y “no logramos entender cómo alguien que aspira a ser representante público puede mostrar tanto desprecio, tanta acritud y tanta falta de respeto a una docente, y menos, que lo haga en presencia de su hija”.
Aparte, consideran también “vergonzosa” la actitud de Labrador y su “menosprecio” a los docentes. “¿Qué puedes esperar de alguien que siendo delegado del Gobierno realizó una política de sanciones hacia todo aquel que quisiera expresarse en libertad?”, se pregunta Matilde Castilla. Aunque considera que esta actitud del PP “no es nada nuevo”, señala que resulta “especialmente lamentable y bochornoso” que “ni siquiera en campaña electoral guarden las formas”. “Es el colmo, es insostenible, es que sencillamente no puede ser”, concluye.