De enero a mayo de este año se han contabilizado 100 aves electrocutadas en la provincia de Albacete, entre las que están dos águilas imperiales y una perdicera. Ante este riesgo ambiental, el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM) publica este martes, 31 de julio, la Orden de ayudas de 2,3 millones de euros para la financiación de la adaptación de las líneas eléctricas de alta tensión. El objetivo: reducir el riesgo de electrocución o colisión con el cableado de especies amenazadas, como el águila perdicera o el águila imperial.
Desde la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural se trabaja con el sector privado, y con la colaboración de entidades medioambientales, para ampliar la protección de aves en peligro de extinción y cumplir los objetivos del Plan de Conservación del Medio Natural en la región, en lo que respecta a la protección de las 230 especies de avifauna.
Las ayudas podrán ser solicitadas por personas jurídicas, públicas o privadas y titulares de líneas eléctricas de alta tensión que lleven a cabo la corrección de apoyos, adecuación y sustitución de crucetas existentes que entrañen un peligro claro para estas especies, o el aislamiento de conductores y otros elementos de tensión mediante funda plástica, así como la instalación de ‘salvapájaros’ o señaladores visuales.
Las ayudas recogidas en la orden, tienen como objetivo eliminar la mortalidad de aves causada por líneas eléctricas aéreas, compatibilizando la conservación con el necesario desarrollo del medio rural y de sus habitantes en el que el empleo de la electricidad es de vital importancia, compensando los costes derivados de la corrección de las líneas eléctricas aéreas de alta tensión, que tienen un mayor historial de electrocuciones y colisiones, con la finalidad última de la conservación de la biodiversidad.
De esta forma, la corrección y adaptación se llevará a cabo en aquellas líneas eléctricas de alta tensión ubicadas en las Zonas de Protección de la Avifauna, las zonas más sensibles a la electrocución o colisión de avifauna, como espacios Red Natura 2000, Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), Zonas Especiales de Conservación (ZEC) o Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Unas cifras muy elevadas en la provincia de Albacete
En los últimos años casi 400 aves han perecido electrocutadas en la provincia de Albacete. Son datos que aporta la Sociedad Albacetense de Ornitología (SAO) que lleva un registro detallado de estas muertes. Tal y como ha explicado Julia Giménez, el número ha ido en aumento desde el 2016 cuando se tiene constancia de 175 electrocuciones. El dato más dramático es el de las especies que sucumben a las líneas de alta tensión. Ese año, el 2016, fueron tres águilas imperiales, dos perdiceras y cuatro milanos reales, todas ellas en peligro de extinción. Les acompañaron en este trágico final ocho águilar reales y 32 búhos reales, entre otros.
Pero las cifras crecieron en 2017, cuando la SAO registró 200 electrocuciones, cinco de ellas de águilas imperiales, una perdicera y cuatro milanos reales. “Es una tragedia ambiental”, asegura Giménez, que insiste que la SAO lleva años reclamando que se tomene medidas al respecto. Es por ello que ven con buenos ojos estas ayudas que se publicarán mañana en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha y esperan que no caigan en saco roto “como el Decreto del año 2008”. Además, insiste, “lo que hace falta es que se exija a las eléctricas que adapten las líneas de alta tensión”.
Precisamente la justicia acaba de condenar a una de esas compañías eléctricas, Iberdrola, por no adaptar los tendidos eléctricos y evitar las muertes de especies portegidas. Dos sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha del pasado mayo condenan a Iberdrola a abonar casi 400.000 euros por la electrocución de dos águilas imperiales y otra perdicera. “Estamos muy contentos por estas sentencias”, explica. “Nos dan la razón a nosotros que estamos apoyando esas propuestas de sanción y viene a decir que quien contamina paga”, añade Giménez, que asegura que la compañía siempre se ha “excusado” en que sus tendidos cuentan con todos los permisos ambientales del momento de su instalación, algo a lo que Julia Giménez contesta: “Si la instalación hace daño, está obligada a corregirlo y subsanar los daños”.