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Este blog se dedicará a hablar de uno de los fenómenos más incipientes de la actualidad: el mundo seriéfilo. Recomendará, analizará y traerá curiosidades de series de televisión estadounidenses, británicas, europeas y de otros países del mundo.

 

‘Horace and Pete’: tras la barra del bar, una vida se va

Foto: polygon.com

Mario Cerdeño

Si recordáis ‘Dogville’ del director danés Lars Von Trier, sin duda, os vendrá a la memoria esa escenografía tan peculiar: apenas mobiliario y los edificios delimitados solamente con rayas blancas en el suelo -sin paredes-. El concepto era sencillo, a la vez de efectivo, para tratar de dar universalidad al relato sin las acotaciones culturales y sociales que supondría emplazarlo en un sitio determinado. La serie de la que hablaré en esta ocasión no lleva este concepto al extremo como hace el maestro danés pero sí se podría decir que hay una cierta analogía narrativa. Me refiero al drama con toques de comedia: ‘Horace and Pete’.

Louis C.K., el brillante cómico estadounidense, es el creador, escritor, productor, director y protagonista de esta maravillosa tragicomedia. Un cinco en uno que da como resultado un producto sin ningún tipo de intermediario y con absoluta libertad creativa. Un “experimento” muy arriesgado para Louis ya que supone poner todo el dinero de su bolsillo. La única forma de ver ‘Horace and Pete’ es a través de su web oficial, donde se compra por capítulos. El cómico tuvo que promocionarla a través de las televisiones 'yankees' para intentar recuperar el máximo dinero invertido. Al final, la ficción se quedó con una sola temporada de diez capítulos.

‘Horace & Pete’ es un bar regentado por Horace (Louis C.K.) y Pete (Steve Buscemi) que lleva abierto más de cien años en pleno corazón de Brooklyn. Una taberna austera y anclada en el tiempo que ha pasado de padres a hijos dentro de una estricta tradición familiar. Un relato melancólico sobre la más franca y mundana cotidianidad con tintes desesperanzadores.

La sinceridad y franqueza del texto es equiparable a un grandísimo reparto, lleno de galones: Louis C.K. y Steve Buscemi (Horace y Pete, respectivamente), interpretan brillantemente a los dos hermanos que regentan en la actualidad el bar. Al primero muy distinto a su padre -un maltratador- le pesan sus errores en la vida y el segundo, tiene una enfermedad mental que lo tiene maniatado; la excelente Edie Falco, interpreta a Sylvia, la otra hermana; Alan Alda, interpreta a el tío Pete, un personaje tosco y sin pelos en la lengua que odia a las nuevas generaciones; y, Jessica Lange, da vida a Marsha, la querida del padre de Horace, mujer fuerte y deslenguada pero a la que el paso de la vida le ha dejado muchas heridas. También habría que hacer mención especial, entre los varios cameos que hay, el de la actriz Laurie Metcalf, interpretando a la ex esposa de Horace, que deja un monólogo extraordinario.

La escenografía y puesta en escena tiene esa evocación teatral y clásica que recuerda a series de décadas atrás. Una bar “ecléctico” que se podría situar en cualquier ciudad o pueblo del mundo y, de ahí, esa analogía con ‘Dogville’ -salvando las distancias- que propuse al principio del texto. Por ‘Horace & Pete’ pasan generaciones de clientes que hacen de él una vía de escape para sus inquietudes mentales y espirituales, donde los dueños actúan de pequeños terapeutas. Los parroquianos hablan y montan debates sobre temas actuales: política, religión, machismo o drogas, entre otros; eso sí, siempre desde una crítica y acidez voraz.

Louis C.K. aprovecha el drama de la cotidianidad para expresar a través de todos sus personajes, la gran mayoría juguetes rotos, inquietudes y problemas del hombre moderno; además, como apuntaba en el texto de la semana pasada, el cómico estadounidense es un experto en describir de manera tan veraz todo tipo de relaciones interpersonales. Estas -las de la serie- tienen un punto tragicómico y, a la vez, un tono desesperanzador; donde, a través de las miradas y de diálogos excelentes muestra las durezas del paso del tiempo en un bar que, contrariamente, se encuentra anclado en él.

Quien haya visto Louie, serie creada por Louis C.K., conoce a la perfección su forma de escribir, en ‘Horace and Pete’, con absoluta libertad creativa, vuelve a sorprender con diálogos y monólogos llenos de matices sarcásticos, ácidos e hirientes; aunque, esta vez el drama descarnado se antepone a la comedia que, en este caso, solo sirve para descargar la narración. Sin embargo, lo más mágico de la ficción es la maestría en el uso del silencio, a veces, tan desgarrador o más que una simple frase.

El cameo de Laurie Metcalf es el momento más brillante de los diez capítulos. Un monólogo conmovedor y apasionado que evoca a los relatos del autor estadounidense John Cheever. La intensidad de todas las historias no son la misma y esto puede llevar a un pequeño desequilibrio. Eso sí, sea una simple anécdota o un relato más complejo, tienen algo de rupturista y especial; además, todos los personajes siempre tendrán un halo amargo.

La dirección, muy ligada a lo teatral, deja a los actores disfrutar delante de la cámara, de hecho, según he podido leer, hubo bastante creatividad e improvisación por parte del reparto. Como curiosidad, el tema principal está compuesto por el autor Paul Simon.

‘Horace and Pete’ seguramente no es una serie para todo el mundo pero, no deja de ser un pequeño diamante en medio de todo el océano seriéfilo. En su web, solo se encuentra en inglés pero por internet se encuentra plenamente subtitulada en español.

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