Con dolor hasta 2016... Y esperando noticias del SESCAM

Hace algo más de un mes, conocimos el caso de Antonio Ruiz Muñoz, un vecino de Argamasilla de Calatrava que recibió una citación para marzo de 2016 después de que el cirujano que había realizado su tercera operación de cervicales, le enviara a la Unidad del Dolor del Hospital General de Ciudad Real para tratar de buscar una solución al fuerte dolor que padece como consecuencia de la intervención.

Después de la sorpresa experimentada por el paciente, decidió presentar una reclamación al SESCAM (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha), denunciando la situación que padecía y reclamando que se adelantara su citación lo antes posible. Un trámite que, según la orden de la Consejería de Sanidad de febrero de 2003, tendría la repuesta por parte de las autoridades sanitarias de la región en un plazo nunca superior a los 30 días. Pero, a pesar de los dolores “insoportables” con los que tiene que vivir Antonio y transcurrido más de un mes desde que envió su reclamación, continúa sin recibir respuesta del SESCAM.

“Quizás sea el castigo que me ponen por denunciar mi situación”, comenta Antonio, porque su caso traspasó las fronteras de la provincia y fueron varios los medios nacionales que se hicieron eco de su historia. Una historia que coincidió en el tiempo y compartió titulares en su momento con la acelerada operación de la mujer del consejero de Educación en un hospital público de Albacete que, con tan solo 24 horas de plazo, pasó por delante de una lista de espera en la que 20 personas tenían su misma patología.

Este revuelo mediático suscitado por el caso de Antonio también provocó la respuesta del centro sanitario. La propia subdirectora del Hospital de Ciudad Real le telefoneó personalmente para comunicarle que debía de haber un error administrativo y que en los próximos días recibiría una nueva citación. “Querían callarme la boca para que no siguiera protestando, pero a día de hoy no me han dado cita ni he vuelto a saber nada”, nos confiesa.

Más de un mes después de que su caso se hiciera público, su citación sigue fechada en el 1 de marzo del 2016, mientras que el dolor de su espalda se mantiene constante o “quizás peor”, nos asegura, “porque cada vez me cuesta más moverme y los relajantes musculares que me recetaron cada vez me hacen menos efecto”.

Antonio, que se encuentra ahora prejubilado por invalidez, nos ha explicado que en su momento, la empresa en la que trabajaba, ofrecía por un pequeño coste la posibilidad de acceder a un seguro médico privado. Pero lejos de arrepentirse ahora por no poder acceder a este tipo de sanidad, sigue defendiendo la misma “filosofía” que le llevó a rechazarlo: defender el derecho a una sanidad pública. “Por eso prefiero seguir reclamando y luchando para que este tipo de cosas no puedan suceder”.