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Hoy es el Día Internacional de la Juventud, un día dedicado a fomentar la participación de jóvenes en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para que nadie se quede atrás. Sin embargo, las personas jóvenes de Castilla-La Mancha seguimos atrás, muy atrás, con respecto a las de la mayoría de regiones de España. Esto no es por nuestra falta de implicación o de compromiso, ni tampoco por decisión propia. Otro año más llegamos a esta fecha sin la constitución del Consejo de la Juventud regional, un espacio de participación que nos arrebató de forma fulminante el PP de Cospedal y que Emiliano García-Page nos ha seguido negando sistemáticamente. A pesar de todo, aunque se nieguen a escucharnos, vamos a seguir reivindicando que nuestra voz tiene valor y debe ser tenida en cuenta.
Lo cierto es que tenemos el convencimiento de que las mejores políticas juveniles nacen de las propias personas jóvenes, así como de sus colectivos y organizaciones. Y en Castilla-La Mancha, tristemente, se ha venido demostrando que la juventud no es ninguna prioridad para el ejecutivo regional, con los recortes sistemáticos de presupuesto para políticas jóvenes. Tampoco ha sido una prioridad el fomento de la participación ciudadana esta legislatura, con la única excepción de la Ley LGTBI castellanomanchega. ¿Y por qué es tan importante que se escuche nuestra voz? Básicamente, porque hay una carencia inmensa de leyes y de políticas para favorecer nuestra emancipación y nuestro futuro.
Si no encontramos en nuestra región las condiciones mínimas para poder desarrollar nuestro proyecto de vida, el hecho de marcharnos o quedarnos deja de ser una opción para convertirse en prácticamente una obligación. Hablamos también de políticas de empleo, de movilidad, de estudios, de vivienda, de ocio y un largo etcétera de materias que deberían ser abordadas conjuntamente entre el gobierno regional y el Consejo de la Juventud, compuesto por organizaciones, sindicatos y partidos políticos juveniles. Page, en cambio, prefiere que las pocas políticas destinadas a la juventud salgan de su gobierno, paradójicamente, sin contar con la gente joven. Esa suerte de “todo para el pueblo pero sin el pueblo” no funciona, no es útil, ni soluciona nuestros problemas o necesidades. Y muchísimo menos el modelo de los recortes sangrantes al que nos sometió el PP regional y que queremos evitar que se repita de nuevo.
Desde el Área Joven de Podemos y desde el conjunto de nuestra organización pensamos que la mejor forma de que la juventud se implique es a través de la participación en todos y cada uno de los espacios posibles. En este sentido, no solamente el Consejo de la Juventud tiene un papel importante en la toma de decisiones y en el fomento de la participación joven, sino que también en los municipios es importante que se facilite e incentive la creación de asociaciones juveniles en pueblos y barrios, permitiendo así la creación de un espacio de unión y donde se puedan plantear actividades y formas de ocio cofinanciadas por ayuntamientos y el gobierno regional.
Por ejemplo, ahora que nos encontramos en plena ebullición de fiestas en todos los rincones de Castilla-La Mancha, a menudo observamos que faltan alternativas de ocio juvenil. Y si el ocio es un factor importante para la sociedad en general, es particularmente relevante para las personas más jóvenes. En nuestra comunidad autónoma el ocio juvenil ha sido prácticamente abandonado por muchos ayuntamientos y por el gobierno regional, hasta el punto de que en muchos municipios no hay ni siquiera un espacio donde la gente joven pueda reunirse. Ante esta situación, desde el Área Joven de Podemos Castilla-La Mancha creemos que la cesión de espacios por parte de los ayuntamientos, para que sean gestionados por la juventud a través de asociaciones juveniles, puede ser un buen punto de partida para favorecer la participación juvenil en nuestros pueblos. Asimismo, también creemos que es importante y necesario que se conceda financiación a dichas asociaciones, para que puedan proponer y llevar a cabo actividades formativas y de ocio diseñadas por gente joven y dirigidas a la gente joven.
Habrá que preguntarse de qué tenemos más miedo: ¿de que la juventud pueda decidir por sí misma o de que la gente joven se vea en la obligación de abandonar Castilla-La Mancha? Seguramente, una amplia mayoría coincidiremos en la respuesta. No obstante, si no sentamos las bases del cambio social que necesitamos y empezamos a hacerlo desde ya, se nos va a ir acabando progresivamente el margen de decisión. Tanto el PP regional como Page han demostrado que no son capaces de oírnos ni escucharnos (aures habent et non audient). Desde Podemos, junto a otras organizaciones de la sociedad civil y junto a otras formaciones del espacio progresista, seguiremos trabajando para que a partir de 2023 se vuelva a escuchar la voz de la gente joven en las instituciones de nuestra región.
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