Prostitución y confinamiento: frente al estigma y la “ocultación”, impera la solidaridad y el cuidado entre mujeres

Si la prostitución siempre ha estado escondida, ahora está prácticamente “ocultada y tapada”. Pero que no se mencione no significa que no exista. Y tampoco las mujeres en esta situación. Al margen del debate entre abolicionismo-regularización, el estado de alarma y el confinamiento decretado por la pandemia del coronavirus ha puesto a estas mujeres en una situación mucho más vulnerable y complicada, muchas de ellas sin recursos y sin ayudas. En Castilla-La Mancha, son alrededor de 2.200, que se reparten entre los 83 clubes de la región -ahora cerrados-, alrededor de un centenar de pisos y algunos espacios de la calle, estos últimos muy minoritarios debido a algunas ordenanzas municipales.

“¿Dónde nos encerramos?”, fue la primera pregunta que muchas de ellas se hicieron al comenzar la crisis sanitaria. Para conocer algunos casos hemos hablado con varias de ellas y con la Asociación In Género, que trabaja con este colectivo “en el terreno” desde hace 15 años, empoderando, informando, protegiendo y dando cobertura a aproximadamente el 98% de todas las mujeres en prostitución en la comunidad autónoma. Miguel Ángel del Olmo, trabajador social y antropólogo, es el coordinador de esta asociación y gracias a él asistimos a una realidad heterogénea y compleja, donde no hay una sola vara de medir ni un solo prisma con el que contemplar la realidad.

In Género trabaja por un lado con el objetivo de dotar a estas mujeres de herramientas suficientes para conservar su salud sexual y reproductiva. A esa labor se añade también información de tipo social y legal, de manera que conozcan todos los recursos a los que pueden acogerse y los centros sociales a su disposición. “Ante todo, fomentamos el conocimiento y el empoderamiento, queremos que conozcan sus derechos humanos, sanitarios y sociales y que nadie se los pisotee”, afirman.

Esta asociación también trabaja, coordinada con la Policía, contra la trata de mujeres, procurando detectarla y denunciarla. En esta ONG procuran que cualquier mujer pueda “identificar y ser consciente” de su situación. Con los años han conseguido que muchas de ellas así lo hagan porque “nos respetan, nos conocen, nos quieren y confían en nosotros, llamándonos para ponernos sobre la pista”. En este ámbito han encontrado situaciones muy complicadas de mujeres víctimas de trata que no quieren denunciar porque están bajo amenaza ellas y/o sus familias. En estos casos, la asociación no entiende que muchas ayudas y recursos destinados a ellas no se les concedan por no poner una denuncia, cuando en la mayoría de los casos “están muertas de miedo”. 

Eso, entre otras muchas cosas, es lo que está pasando en el estado de alarma. Nada más decretarse, los trabajadores de la asociación tuvieron que atender a la principal duda: “¿Dónde vamos, dónde nos confinamos?”. El 75% de las mujeres que ejercen la prostitución en Castilla-La Mancha lo hacen en clubes y lo primero que han hecho es negociar con los dueños. Muchas se han quedado allí. En otros casos, se han ido con sus familias, incluso ofreciendo ese domicilio a sus compañeras. “Ha habido mucha solidaridad entre ellas, se están cuidado entre ellas y compartiendo pisos”. También se han dado situaciones en las que no disponían de ningún recurso habitacional, que les ha buscado la asociación y los servicios sociales. Por otro lado, en los pisos donde se ejerce la prostitución, muchas se han quedado en ellos mientras que otros se han cerrado. De cualquier forma, desde In Género, antes de poner en marcha el dispositivo de ayuda, su primera advertencia quedó clara: “Les pedimos que por favor tuvieran cuidado de con quién se encerraban y que ante cualquier signo de violencia o maltrato llamaran a los teléfonos de información, atención y denuncia. Seguimos en contacto con ellas y las seguimos asesorando”.

Otro problema muy generalizado es que muchas mujeres se han quedado sin recursos económicos, algo más grave si tienen cargas familiares. “Cuanto más avanza la pandemia, más preocupadas están y más en riesgo de volver a la prostitución”. Porque ¿pueden acogerse a alguna ayuda? Recientemente se hizo público que habría un ingreso mínimo vital para las más vulnerables pero no se han conocido más detalles. Muchas de ellas han llamado para informarse, pero “los datos son confusos”.

Además, tras los primeros problemas habitacionales, en la asociación también han solicitado las plazas destinadas a la acogida para mujeres víctimas de trata o que quieren dejar la prostitución, pero “a día de hoy no hemos conseguido ninguna”. La Ley por una Sociedad Libre de Violencia de Género en Castilla-La Mancha considera a las prostitutas víctimas de violencia machista por lo que, apuntan, “según esa consideración deberían tener acceso a todos los recursos”.

Mujeres sin recursos

Hay algunas situaciones inesperadas. Por ejemplo, mujeres que han llegado para ejercer la prostitución y “con deuda de viaje o amenazadas” poco antes del estado de alarma y que ahora están “desesperadas”. Esto ha pasado en Albacete o en Toledo. Una de ellas nos cuenta que el Ayuntamiento está pagando un hostal para que se puedan quedar prostitutas que estaban en la calle y sin recursos. Otro caso: en Ciudad Real hay una mujer que lleva casi 15 años en prostitución sin que su familia lo sepa. Para volver a su red familiar ha tenido que inventar una excusa.

Pese a todo ello, en la ONG actualmente han encontrado ubicación para todas las que no se han confinado en los clubes. Algunos ayuntamientos han ofrecido espacios públicos habilitados para personas sin residencia, y además, “muchas mujeres se han hecho responsables de otras mujeres”. “Hemos conseguido más de la red solidaria generada entre ellas que de los recursos institucionales”, apunta Miguel Ángel del Olmo. En cuanto a la alimentación para las mujeres con menos recursos, buena parte de las acciones de entrega se ha realizado en colaboración con Cruz Roja, Cáritas o  los servicios sociales, algo que agradecen por tratarse de colectivos que están “absolutamente desbordados”.

Los trabajadores de In Género han podido realizar toda esta labor de desplazamiento a los clubes y a diferentes localidades gracias a la estructura que ya tienen organizada y “con todas las medidas de protección”. Comentan que aunque la comunidad autónoma es grande, han podido ofrecer cobertura y contactar con casi todas las mujeres. “Ahora hay un repunte de calma porque lo hemos organizado todo y lo estamos consiguiendo, pero lo hemos hecho gracias a la colaboración de mucha gente”.

Otra cuestión es el escenario futuro. “Los clubes tienden a desaparecer, cada vez hay menos clientes porque las relaciones sexuales funcionan de otra manera, y hay más pisos”. De hecho, a medio y largo plazo, y si vuelven a sucederse estados de alarma, en este colectivo prevén que los clubes no volverán a abrir y las mujeres en prostitución empezarán a buscar pisos, “que se multiplicarán por dos o por tres”.

Ante todo, precisan que su objetivo en esta emergencia sanitaria  no ha variado. “Estamos para ayudarlas”. Su coordinador afirma que no se posicionan ni como abolicionistas ni como no abolicionista: “Trabajamos con las mujeres para empoderarlas y que sean ellas mismas las que tomen sus propias decisiones, y si vemos que están explotadas y no pueden, las ayudamos a salir de ahí. Hay mucho estigma y ocultación, pero ellas tienen su propia voz”.

Ese estigma también lo han vivido en pleno estado de alarma. Cuatro mujeres de un club a 100 kilómetros de Guadalajara recibieron la recomendación de una trabajadora social para que fueran a trabajar en la recogida del espárrago en una zona próxima y actualmente con una fuerte carencia de mano de obra. Su documentación recibió el visto bueno y cuando les preguntaron dónde tenían que recogerlas para el traslado y dieron las indicaciones del club, “comenzaron las dificultades y trabas”. No ha sido así en todos los casos. Desde Albacete, muchas de ellas ya están trabajando en los campos de Hellín y en otras zonas de la provincia gracias a la colaboración de organizaciones agrarias.

“El estado de alarma ha agravado su situación”

“Muchas de sus necesidades están sin cubrir y el estado de alarma no ha hecho más que agravarlas”, concluyen desde In Género, insistiendo en la necesidad de trabajar con ellas, sin victimizarlas ni quitarles la voz. “Todo lo que programamos, todo que lo que hacemos, lo hacemos contando con ellas. Ayudándolas. Y ahora seguimos haciendo lo mismo”.

Desde el inicio del confinamiento, Policía y Guardia Civil mantienen controles para confirmar que los clubes permanecen cerrados y se ha realizado seguimiento a testigos protegidos en investigaciones en curso. Pero no ha habido ninguna operación específica en el marco de redes de prostitución, ni detenciones ni propuestas de sanción.

Recientemente se desarticuló una organización dedicada a la explotación sexual de mujeres de distintas nacionalidades en las provincias de Toledo y Madrid, con la liberación de ocho víctimas, así como a la detención de dos personas y otras siete investigadas. La organización pudo llegar a explotar a más de 80 mujeres en los últimos cuatro años. Una de ellas permaneció detenida ilegalmente durante más de 5 años en el interior de una vivienda, donde era explotada sexualmente. No obstante, fuentes de la investigación indican que esta operación no está vinculada con la situación del estado de alarma. En la actualidad, todos los controles siguen operativos y la coordinación con las ONG “plenamente activa”.