El pacto de Doñana como “ejemplo” para unas Tablas de Daimiel “técnicamente secas” que preocupan a la UNESCO
Termina el aniversario más triste para las Tablas de Daimiel. Las cuatro décadas transcurridas desde su declaración como Parque Nacional que se han conmemorado en 2023 (sin mucha pompa) no han significado un empeño de los organismos y administraciones responsables para su salvación. Ni de cerca parece vislumbrarse ese horizonte, a la luz de su situación actual: técnicamente secas.
Su nivel de encharcamiento, según los datos de la última reunión del Patronato del parque nacional, no pasa de 22 hectáreas. Es decir, apenas si sobrepasa el 1% de su capacidad. Y ese porcentaje, además, procede de recursos artificiales: bombeos subterráneos. De lo contrario, no se vería ni una gota de agua. La UNESCO, que las declaró Reserva de la Biosfera dentro de la “Mancha Húmeda” en 1981, ha adelantado a elDiarioclm.es, que tiene sus ojos puestos en este paraje. Señala la “sobreexplotación” del acuífero que las abastece y la necesidad de reducir regadíos ilegales.
No es de extrañar que en este contexto, el acuerdo conseguido para salvar el Parque Nacional de Doñana se haya convertido en un “ejemplo a seguir”, en palabras del Gobierno de Castilla-La Mancha. De hecho, fue una de las cuestiones que pusieron encima de la mesa algunos miembros del Patronato de las Tablas, en su última reunión: ¿por qué en Doñana sí, pero en las Tablas no?
“Sorprende la facilidad del acuerdo para Doñana entre gobiernos de signo político distinto (el socialista de Pedro Sánchez y el popular del andaluz de Juan Manuel Moreno Bonilla) y que en las Tablas de Daimiel no sea posible”, destaca por ejemplo el representante de los colectivos ecologistas en el Patronato y experto universitario, Rafael Gosálvez.
Sobre esta cuestión se ha referido la consejera de Desarrollo Sostenible del Gobierno de Castilla-La Mancha, Mercedes Gómez. Considera que el acuerdo para Doñana, que implica financiar mediante rentas el cierre de regadíos colindantes al espacio natural, efectivamente es el “ejemplo a seguir”. Pero luego matizó. Dijo que también lo fue el Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG) que en su día se puso en marcha y tuvo “una parte de éxito importante”.
“Es una experiencia a tener en cuenta, pero teniendo definidos los parámetros que afectan a Castilla-La Mancha porque la agricultura y ganadería de Doñana no es la de Castilla-La Mancha y tenemos que hacer nuestro plan específico”, argumentó al respecto.
La consejera castellanomanchega se refiere al archimencionado “plan de rescate” que elabora el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), como lo ha hecho con Doñana y el Mar Menor. Pero de ese documento apenas se sabe gran cosa. Solo que contará con 250 millones de euros y que aun no se ha presentado ningún borrador al Patronato del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.
De momento, el Ministerio ha creado un equipo de trabajo para configurar esa planificación, partiendo de la premisa de que, para el Gobierno de Castilla-La Mancha, ese dinero es “insuficiente”. “No se trata solo de arbitrar medidas de compra de derechos (de agua) para la protección del Parque, sino que también debemos tener en cuenta el impulso socioeconómico del entorno y hay que ver los aportes adicionales de aguas superficiales, no de los pozos, para mantener un régimen natural en las Tablas. Ese debe ser el objetivo prioritario”.
La consejera se refiere con ello a un posible trasvase desde el Tajo, una controvertida medida que ya se puso en marcha como medida de emergencia y que tiene un fuerte rechazo social. No hay nada decidido respecto a una nueva derivación (lo contemplan las medidas de emergencia del Plan Rector), pero el Ejecutivo ha optado por reducir la captación de agua subterránea.
Tampoco confirma el Gobierno castellanomanchego si sería posible establecer un plan de rentas para los agricultores que dejaran de regar en el entorno del Parque Nacional, una medida similar a la prevista en Doñana. “No podemos definir si va a haberlo o no, pero si no se habilitan medidas específicas para ellos y para los ganaderos de la zona, difícilmente el marco de actuaciones podrá salir adelante, y así se lo hemos dicho al Ministerio”, subrayan en el Ejecutivo autonómico.
Sorprende la facilidad del acuerdo para Doñana entre gobiernos de signo político distinto y que en las Tablas de Daimiel no sea posible
Estas explicaciones no dejan de ser “un déjà vu infinito” para el sector ecologista del Patronato. En opinión de Rafael Gosálvez, ni siquiera el 1% por ciento del encharcamiento puede notificarse como tal porque procede de los sondeos subterráneos que se hacen para que la zona de visitas del Parque sea un “escaparate”. “Técnicamente están secas”, remarca.
Los ecologistas no quieren trasvases ni captaciones. De hecho, este ha sido el motivo de un dilatado enfrentamiento de este sector con la representación del Consejo Superior de Investigación Científicas (CSIC) en el organismo, que sí ha defendido un nuevo trasvase desde el Tajo. “Lo que queremos son las Tablas restauradas y eso significa reducir más del 50 por ciento los regadíos, es decir, un levantamiento social que nadie quiere asumir”, reafirma Gosálvez. Y es uno de los motivos por los que el sector conservacionista ya ha pedido en varias ocasiones la dimisión del director del Parque Nacional, Carlos Antonio Ruiz de la Hermosa.
“¿Por qué no se hace aquí el acuerdo para Doñana? Yo mismo le dije la consejera que me sorprendía la facilidad que tenía el Ministerio para llegar a acuerdos con gobiernos autonómicos de signo político distinto (como en Doñana y el Mar Menor) y sin embargo la imposibilidad de hacer lo mismo entre el Ministerio socialista y la Junta socialista. Es sorprendente, porque aquí es que ni siquiera hay enfrentamientos entre administraciones. Es como si no pasara nada”, subraya Gosálvez.
No es que este experto defienda a capa y espada el acuerdo andaluz. “Estas cosas hay que ver cómo acaban, porque algo parecido, salvando las distancias fue el Plan Especial del Alto Guadiana, una lluvia de millones. Y, antes, en los años 90 fue el Plan de Compensación de Rentas, otra lluvia de millones, y ambas cosas quedaron en nada”. Pero reitera que la realidad, “les guste o no les guste”, es que hay que reducir la agricultura de regadío. Y mientras eso no se haga, “nada va a servir absolutamente para nada”.
Por su parte, según fuentes del sector en el Patronato, los agricultores, que también tienen representación, alegaron que hay muchas explotaciones que llevan años en crisis, porque no van a tener un relevo generacional en la familia y “nos convendrían ayudas económicas para dejar de regar”. Al igual que el Gobierno regional, consideran que 250 millones de euros es “insuficiente” para solucionar el tema.
Y ¿cuánto se debería dejar de regar? El nuevo Plan Hidrológico del Guadiana establece que el regadío supone 570 hectómetros cúbicos cuando el mínimo de recursos disponibles (incluida la ganadería, el uso industrial y el abastecimiento humano) es de 350 hm3. Es decir, la reducción sería de más del 50%, en aplicación de la nueva planificación, que aun no se ha ejecutado debido a la situación de sequía.
Fuentes del Ministerio han detallado que efectivamente se trabaja en un marco de actuaciones al igual que se ha hecho para otros espacios emblemáticos como el Mar Menor o Doñana. En el caso de las Tablas indican que el principal problema es la “sobreexplotación” del acuífero. “Esto, sumado a la sequía en la que está inmersa España agrava, la situación del Parque Nacional”.
Las dos apuestas el Ministerio: cierre de pozos ilegales y compra de derechos de agua
Para el Miteco, regular los usos que se hacen del agua del acuífero “ayudaría a aliviar la presión”. Por eso, dos medidas fundamentales para reducir la extracción de agua son “el cierre de pozos ilegales o la compra de derechos de agua”.
Precisamente, la semana pasada el Organismo Autónomo Parques Nacionales, dependiente del Ministerio, firmó la compra de 56 hectáreas junto a las Tablas de Daimiel con la que el viñedo en regadío evolucionará a vegetación natural y los derechos de agua (105.000 metros cúbicos al año) dejarán de explotarse.
No parece ser suficiente porque la UNESCO está “preocupada”. Antonio De Sousa Abreu es director de la División de Ciencias Ecológicas y de la Tierra y secretario del programa “Man and The Biosphere” (MAB) de este organismo internacional. Explica a elDiarioclm.es que su actual situación está “poniendo en peligro” la función de conservación de una de las zonas núcleo de la Reserva de Biosfera de la Mancha Húmeda.
Detalla que España ha informado al organismo internacional sobre este “complejo” panorama y de las medidas que se han llevado a cabo. Los informes presentados los están evaluando expertos independientes del Comité Asesor Internacional para Reservas de la Biosfera y poder así dar recomendaciones técnicas. De Sousa afirma que la UNESCO ha propuesto al Organismo Autónomo Parques Nacionales de España realizar una visita técnica en el primer trimestre de 2024 para “ayudar a salir de esta situación”.
También considera que la Reserva de la Biosfera en la que está incluido este Parque Nacional es “bastante similar” al caso de Doñana. Y es el motivo por el que el experto recomienda “reunir a todos los actores clave para crear un acuerdo que ayude a salvar” las Tablas.
“Es importante terminar con los regadíos ilegales, reducir la captación de agua subterránea, hacer un análisis de los actuales cultivos y ver la posibilidad de cambiar hacia cultivos que estén más adaptados a la zona. Es importante tener en cuenta no solo la superficie en regadío sino la evolución y control de los recursos hídricos, así como las consecuencias del cambio climático”, argumenta.
España es líder a nivel mundial en reservas de la biosfera, por lo que estamos seguros de que se podrán encontrar medidas para asegurar una buena gestión del agua
Asimismo, muestra el apoyo que a este respecto puede prestar la Red Mundial de Reservas de Biosfera. “España es líder a nivel mundial, por lo que estamos seguros de que se podrán encontrar medidas para asegurar una buena gestión del agua. Es importante poder luchar contra la sobreexplotación de los acuíferos, promover un uso más racional del agua subterránea, disminuir los bombeos para recuperar una situación adecuada que permita estudios científicos valorativos del estado de la reserva y un análisis amplio que permita la toma de decisiones satisfactorias para lograr objetivos de sostenibilidad”.
El profesor Rafael Gosálvez no es tan optimista: “Volverá a llover, volverán a llenarse las Tablas y volverán a decir que ya se han salvado. Y al cabo de un tiempo volveremos a la misma situación de sequía”. Lo dice porque entre octubre y noviembre cayeron en el Campo de Calatrava, área de influencia de las Tablas, más de 250 litros y “algunas lagunas cogieron agua, pero se evaporaron a los pocos días”.
“El ecosistema nos está diciendo desde hace mucho tiempo cuál es la solución y ningún político tiene narices de abordarlo porque supondría un levantamiento social. Mientras tanto, tenemos las Tablas que nos merecemos, un ecosistema que se muere sin remedio”, concluye.
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