Toledo quiere sanidad pública
Con una manifestación que ha congregado en torno a 350 personas, Toledo se ha querido sumar a las iniciativas de otras ciudades durante la pasada semana como Cuenca o Albacete y defender en las calles la sanidad pública. El caso de la capital toledana es más flagrante que el de las otras ciudades con un hospital cuyo esqueleto se levanta en medio de su parcela a medio construir mientras que el actual está obsoleto y los pacientes son atendidos en los pasillos del centro, muriendo ahí en algunos casos.
Ni siquiera la privatización es un negocio redondo para las empresas privadas como demuestra el hecho de que sólo una Unión Temporal de Empresas (UTE) se haya presentado al concurso público, UTE que además resulta muy sospechosa por sus antecedentes con el centro y con algunos altos cargos actuales de la sanidad castellano-manchega.
Acabando precisamente en el centro de la sanidad toledana hoy día, como es el hospital 'Virgen de la Salud', los congregados han querido mostrar su rechazo a una gestión que según ellos solo provocará más listas de espera, que la gente tenga que pagar por los servicios y que unos gobernantes y empresarios hagan un negocio redondo a base de los servicios de los ciudadanos. Un centro que a día de hoy no debería ser el que fuera regidor de la sanidad toledana pero que la gestión de Cospedal paralizando, ya durante más de tres años, el proyecto del nuevo hospital, ha hecho que un centro demasiado antiguo tenga que atender a demasiados pacientes, a la vez que se cierran plantas hospitalarias de otros centros o directamente se derivan esos pacientes a la sanidad privada.
Además de los convocantes, la Asamblea en Defensa de la Sanidad Pública, a la manifestación se han unido a título personal cargos políticos como el concejal de Izquierda Unida, Aurelio San Emeterio, o el portavoz de sanidad del PSOE en las Cortes, Fernando Mora.
A pesar del mal estado de la sanidad toledana, con una nueva gerente del área integrada, Cristina Granados (la tercera en la legislatura) que ha amenazado seriamente a los sanitarios que participaran en la manifestación así como les ha recordado la ley 'mordaza' existente que prohíbe a los sanitarios manifestarse con sus batas blancas, los manifestantes han expresando su buen ánimo y han afirmado que “no nos van a parar. Queremos una sanidad para todos y no pararemos hasta conseguirla”.
Las críticas a la gestión de Cospedal y del Consejero de Sanidad José Ignacio Echániz también han sido recurrentes, así como los apoyos a Teresa Romero, la auxiliar de enfermería contagiada por ébola en el Carlos III, a la que han mandado ánimos. La sanidad, como un bien necesario en la sociedad, consideran los manifestantes que no puede estar en manos de quienes solo buscan hacer negocios y no el bien de la comunidad. Se han intentado privatizar cuatro hospitales en Castilla-La Mancha a lo largo de la legislatura de Cospedal y los cuatro procesos han acabado parados, y esperan que el proyecto de la provincia de Toledo sea el quinto, un proyecto que además es de los mayores de toda España, por encima incluso de algunas privatizaciones hechas en la comunidad de Madrid.
“Ni es mejor, ni es más barato. Lo decimos los propios médicos. Queremos que la gente lo vea y que vea el caso de Madrid, de cómo una sanidad ha acabado desmontada para que las empresas se lleven su trozo del negocio. Que vean las listas de espera, los hospitales sin médicos, los enfermos en los pasillos y las plantas cerradas que hay aquí mismo, en Toledo”.