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Opinión
La Trastienda

Menos dinero para Sanidad en pleno deterioro del sistema regional de Salud

La consejera de Sanidad, Verónica Casado, y el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, juntos en mayo de 2021.

Pedro Vicente

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¿Hacia dónde se dirige la Sanidad Pública en Castilla y León? Esta es la pregunta que vienen haciéndose tanto los ciudadanos como los profesionales sanitarios desde que Alfonso Fernández Mañueco accedió a la presidencia de la Junta y en el reparto de competencias pactado entre PP y Ciudadanos, encomendó la Consejería de Sanidad a Verónica Casado, propuesta para el cargo por el socio minoritario.

Una pregunta imposible de responder a la vista de la gestión errática, opaca, personalista y desconcertante por parte de una consejera incompatible con el consenso social y político que requiere la Sanidad Pública. Una consejera que ha conseguido poner en su contra a la práctica totalidad de la comunidad sanitaria, así como al partido mayoritario de la coalición de gobierno, el PP, que contempla con estupor su resistencia a cumplir la orden del presidente de la Junta de restablecer la asistencia sanitaria presencial en todos los centros de salud y consultorios locales de Castilla y León.

Con el sistema regional de Salud convaleciente de la pandemia, que ha disparado las listas de espera de intervenciones y pruebas quirúrgicas, amén de reventar las costuras de toda la Atención Primaria, se esperaba de los nuevos Presupuestos de la Junta la dotación imprescindible para hacer frente a esos retos. Y lejos de ellos, con la Sanidad en el ojo del huracán, la realidad es que la consejería va a disponer en 2022 de menos dinero que en 2021.

En unos Presupuestos que crecen globalmente un 4,2% - de 12.291 a 12.835 millones- Sanidad tan solo incrementa su dotación en un 1.91%, pasando de 4.365 a 4.449 millones. Exceptuada la de Presidencia, que ve reducida su dotación, Sanidad es la consejería que menos crece en 2022. Y se trata además de un crecimiento ficticio, ya que ese exiguo 1,91% estará a finales de este año muy superado por el IPC acumulado durante 2021, que a estas alturas supera ya el 3%. Ese diferencial de inflación supone que la Junta recorta en euros constantes su Presupuesto sanitario.

Dato muy revelador de este retroceso presupuestario es su relación con el PIB regional. En 2021 el gasto sanitario ha representado el 7,58% del PIB; en 2022 ese porcentaje desciende hasta el 7,05%, una caída nada menos que del 0,53%. Por lo demás, aparte de su nueva ocurrencia de ofertar plazas de médico de familia a través de Twitter, nadie sabe por dónde pasan los planes de la consejera para arreglar el desaguisado de la atención primaria tanto en su ámbito urbano como en el rural.

Triunfalismo sin venir a cuento

Soslayando este recorte en Sanidad, el presidente de la Junta y el vicepresidente Igea no han escatimado triunfalismo al presentar unos Presupuestos que, en palabras de Fernández Mañueco, va a impulsar la “remontada” de Castilla y León tras los estragos económicos de la pandemia. Y es cierto que, exceptuada de la Sanidad, tanto las consejerías asociadas al gasto social como las encargadas de fomentar la actividad económica y el empleo, así como las tradicionalmente inversoras, aumentan sus recursos, y en algunos casos de forma muy notable. Pero no es mérito del gobierno autonómico, sino de la llegada del maná de los fondos europeos integrados en el Plan de Recuperación y Resiliencia.

Sin esos 624,4 millones de los Fondos Next Generation estaríamos hablando de una congelación, si es que no de un retroceso presupuestario. Las cifras no engañan. Los nuevos Presupuestos incrementan a los vigentes en 544 millones, un 4,42%, porcentaje además inferior a la previsión de crecimiento de la propia Junta. Y a ese maná europeo se suman los 190 millones que por fin transfiere el Estado para saldar el conflicto contraído por el impago último trimestre del IVA de 2017, aquel escamoteo del ministro Cristóbal Montoro que tanta cola ha estado trayendo.

Ambos elementos explican ese milagro de que el gasto disponible para las Consejerías crezca hasta los 10.437 millones (654 más que en 2021), al tiempo que se aumentan hasta los 509 los beneficios fiscales a los contribuyentes (434 de ellos como consecuencia de la bonificación a Sucesiones y Donaciones) con nuevas exenciones entre las que emanan especial tufo electoral las aplicadas a las licencias de caza y pesca, sector muy proclive a Vox.

El lastre de la deuda pública

Hechas estas salvedades, a poco que se analicen las cuentas se concluye que estamos ante unos nuevos presupuestos lastrados por una estructural insuficiencia financiera que sigue disparando la deuda pública, situada a mediados de este año en 13.290 millones (el 23,8% del PIB regional). Pese a que los bajos intereses y el menor importe de las amortizaciones reducen en 143 millones el coste de ese endeudamiento en 2022, la deuda absorberá 1.300 millones de euros de las nuevas cuentas, cuantía superior a la dotación presupuestaria de ocho de las diez consejerías.

Salvo Sanidad y la Educación (2.501 millones) todas las demás disponen de menor presupuesto de lo que cuesta la deuda. La más que recibe mayor ración de maná europeo es la de Fomento y Medio Ambiente, que pasará a gestionar 692 millones, el 27,60% más que este año. Dicho crecimiento es tan espectacular como relativo, por cuanto dicha dotación sigue muy por debajo de los más de 1.054 millones de euros que Fomento y Medio Ambiente sumaban en 2009, antes de que irrumpiera la crisis financiera. Y otro tanto puede decirse de Agricultura, cuyo nuevo presupuesto (573 millones) sigue siendo muy inferior al gestionado por la consejería en ese mismo año (676,5). Lo mismo que ocurre con el de Cultura, aun remontando hasta los 152 millones, sigue a años luz de los 249 de que dispuso en el citado 2009.

En fin, unos Presupuestos que ni siquiera con la incorporación de esos 624 millones del nuevo maná europeo, que está por ver como se aplican, son como tirar cohetes.

COSAS VEREDES

Desmarque de Mañueco.- Un desmarque político en toda regla en relación con la etapa de gobierno de Juan Vicente Herrera. Eso hizo el actual presidente de la Junta al ser preguntado en la presentación de los nuevos Presupuestos por la estrategia seguida por la ex consejera de Hacienda Pilar del Olmo para garantizarse la aprobación de las cuentas desde que el PP perdió la mayoría absoluta.

Fernández Mañueco se refirió a Del Olmo “como la anterior consejera, de la anterior legislatura, con otro presidente y otra forma de hacer las cosas, ni mejor ni peor”. Tan rotundo desmarque pueda que tenga mucho de preventivo ante la suerte judicial que puedan correr los ex altos cargos de la Junta que se sentarán en el banquillo acusados de un rosario de delitos en los casos de corrupción (“trama eólica” y “Perla Negra”) perpetrados durante la etapa del anterior presidente de la Junta.

Como el Ejército de Pancho Villa.- Parda tirando a caqui la lio Miguel Gutiérrez, diputado nacional de Ciudadanos, cuando afirmó en el Congreso que el proyecto de reconvertir el campamento militar de Montelarreina le parecía “un absoluto disparate”. Gutiérrez desconocía que la iniciativa, contemplada en los nuevos Presupuestos del Estado, cuenta con el absoluto respaldo de lo queda de su partido en Castilla y León.

El desconcierto corrió entre sus compañeros de partido por estos lares, que pusieron el grito en el cielo, especialmente el presidente de la Diputación de Zamora, el heroico Francisco José Requejo, quien llegó a amenazar veladamente con abandonar Cs. Ante el revuelo ocasionado alguien llamó a Gutiérrez para decirle que había metido la pata hasta el corvejón y el diputado se vio obligado a sacarla como malamente pudo. El episodio revela el caos que reina en un partido cada vez más parecido al Ejército de Pancho Villa.

Quinto director del MUSAC.- Cinco meses ha tardado la Fundación Siglo en cubrir la plaza de director del Museo de Arte Contemporáneo de León, vacante desde que expiró el contrato de Manuel Oliveira. Pese a que se trataba de una finalización de contrato, la salida de Oliveira estuvo precedida por un tormentoso conflicto con los responsables de la Fundación, a los que acusó de diversas irregularidades y de grave injerencia en su labor. La acusación de injerencia no era original, ya que sus tres antecesores, Rafael Doctor, Agustín Pérez Rubio y Eva González, acabaron denunciando la misma práctica.

Culminado el proceso de selección, Álvaro Rodríguez Fominaya, hasta abril director del Centro de Creación Contemporánea de Andalucía C3A, se convierte en el quinto director del MUSAC. Tras seis meses de prueba, tendrá un contrato prorrogable hasta los cuatro años con una retribución anual de 63.507 euros anuales.

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