La Generalitat ha decidido poner fin al toque de queda y no solicitará una prórroga de la medida al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). A partir de este viernes ya no estará prohibido circular por la calle entre las 1.00 y las 6.00 horas debido a la ligera mejora de los datos de la pandemia, según han explicado fuentes de la conselleria de Salud.
La nueva prórroga del resto de las principales restricciones vigentes en la comunidad, como el cierre del ocio nocturno o el máximo de 10 personas en las reuniones sociales, se terminará de decidir este martes, han añadido las mismas fuentes.
La única restricción que requeriría de aval judicial en caso de prorrogarse sería la limitación a diez personas de las reuniones. En cambio la limitación de aforo en bares, restaurantes, gimnasios, cines y teatros, que también está en vigor hasta este viernes, no precisa de permiso del TSJC para alargarse.
La noticia del levantamiento del toque de queda, una medida vigente desde el pasado 24 de diciembre para las ciudades catalanas, era esperada. Lo dio casi por hecho la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, cuando el martes pasado anunció que decretarían el fin del confinamiento nocturno si no empeoraban los indicadores de seguimiento de la pandemia.
La subida de contagios, tanto en Catalunya como en las demás comunidades autónomas, ha dejado atrás su fase más explosiva, aunque todavía no ha tocado techo en cuanto a ingresos en las UCI. En Departamento de Salud ha declarado este lunes 114 pacientes más hospitalizados por COVID-19 y seis críticos más. En las UCI hay ahora mismo 552 personas. En paralelo, se han registrado 14.810 nuevos contagios y un fallecido.
Otra de las medidas que está en revisión en estos momentos es la exigencia del pasaporte COVID-19 para acceder a bares, restaurantes, gimnasios y residencias de mayores. El consejero de Salud, Josep Maria Argimon, trasladó este fin de semana el encargo al Comité Científico Asesor de la COVID-19 para que evalúe su eficacia frente a la variante omicron.
Catalunya acordó hace semanas requerir el pasaporte COVID para entrar en bares y restaurantes, si bien el control de la medida recae en los propios establecimientos y no se cumple a rajatabla. El propio Govern, en su último informe enviado al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) para pedir una prórroga de la medida, admitió que el certificado digital “no ha sido lo suficientemente efectivo para estabilizar la curva de contagios”.