“Nosotros seguiremos luchando, y si la forma de los políticos para detenernos es la cárcel, no habrá lugar para todos”, decía esta mañana ante el parque de la Ciutadella la madre de uno de los ocho manifestantes de Aturem el Parlament condenados a tres años de prisión. Familiares y el grupo de apoyo a los condenados han convocado a volver este domingo al escenario de la acampada convocada por el 15-M la noche del 14 al 15 de junio de 2011, y rodear simbólicamente el Parque de la Ciutadella, sede del Parlament.
Activistas de diversas procedencias han recuperado el espíritu y los gritos de aquellos días en una cadena humana que ha rodeado tres lados del parque que da sede al Parlament, llenando el paseo Picasso, el paseo Pujades, la calle Wellington y parte del paseo de Circunvalación. “El Parlament catalán aprobaba ese día unos presupuestos que supondrían los peores recortes que hemos estado sufriendo durante mucho tiempo, en sanidad, educación o asistencia social”, recordó esta madre antes de dar inicio a la protesta.
“No se nos condena por lo que hicimos, como gritar o levantar las manos, sino por el simple hecho de estar allí”, critica uno de los encausados. En esta línea las familias ponen énfasis en el texto de la sentencia, en la que se les condena por cosas como gritar a los parlamentarios, rodearlos o desplegar pancartas. “Estamos orgullosas y orgullosos de nuestras hijas e hijos y lucharemos por ellos y con ellos para que la sociedad sea más justa”, proclaman.
En una carta abierta, las familias aseguran que viven “una auténtica pesadilla” desde 2011 con todo el proceso judicial que consideran “un gran esfuerzo laboral, económico y, sobre todo, emocional”. “Cuando la sociedad está de acuerdo ante una gran injusticia debería tener los recursos para detenerla”, claman con la reivindicación de evitar que sus hijos entren en prisión.