Los médicos prevén dar el alta a Pujol en los próximos días ante su evolución “favorable”
El expresident de la Generalitat Jordi Pujol permanece ingresado en el Hospital de Sant Pau tras el ictus que sufrió este lunes, si bien la evolución de su estado neurológico es “favorable” y los médicos prevén darle el alta en los próximos días, según ha informado el centro médico.
En un comunicado para actualizar el estado de salud del expresident, que el lunes sufrió un ictus que le afectó la parte del cerebro relacionada con el habla, el Hospital de Sant Pau ha explicado que tras los tratamientos y las pruebas practicadas a Pujol “no se detectan complicaciones”.
El expresident ha iniciado la rehabilitación motora y del lenguaje, con lo que se prevé que pueda recibir el alta hospitalaria en los próximos días, ha agregado el equipo médico.
Los síntomas del ictus empezaron el pasado lunes sobre las 11 de la mañana, cuando Pujol empezó a notar problemas en el habla. Rápidamente el código ictus que opera en los hospitales catalanes confirmó la afectación por falta de flujo sanguíneo cerebral. En la tarde del lunes Pujol se sometió a un tratamiento endovascular que consiguió recanalizar el vaso sanguíneo y recuperar el buen flujo de la arteria obstruida.
El expresident se encuentra desde entonces ingresado en la unidad de ictus del centro y a lo largo de la semana se le han practicado varias pruebas para evaluar posibles lesiones cerebrales.
El que fuera presidente de Catalunya entre 1980 y 2003 abandonó por completo la vida política en 2014 tras reconocer que había ocultado durante 34 años en Andorra parte de una herencia, cuyo origen investiga la Justicia.
La última aparición pública de Pujol, que tiene 92 años, fue el jueves en la presentación de un documental sobre el expresidente de la Generalitat Josep Tarradellas, y el sábado dio una entrevista en Catalunya Ràdio. “He hecho cosas bien hechas y otras que no me dejan satisfecho”, aseguró.
Desde hace un año Pujol ha empezado a salir del ostracismo público provocado por su confesión, en julio de 2014, de que había mantenido durante décadas dinero sin tributar en Andorra. Según su versión, el dinero provenía de la herencia de su padre, la denominada “deixa” del abuelo Florenci. Junto al expresident están acusados sus siete hijos y varios empresarios del pujolismo.
El expresident está a la espera de juicio por el origen de la fortuna familiar, que la Fiscalía vincula con la corrupción durante su etapa al frente de la Generalitat. Anticorrupción pide nueve años de cárcel para el expresident, al que no acusa la Abogacía del Estado al estar ya prescritos sus delitos fiscales.
La mujer del expresident, Marta Ferrusola, no irá a juicio debido al alzheimer que padece y que le impide responder ante un tribunal. En cualquier caso, la Audiencia Nacional no ha fijado todavía fecha del juicio pese a que los escritos de defensa se presentaron en octubre del año pasado.
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