Los tres acusados por el 9-N, Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau, han llegado tarde al primer día de su juicio. Los políticos han cruzado la puerta del palacio de Justicia cuando pasaba casi media hora de las 9:00, hora fijada para el inicio.
Los acusados no han tenido prisa en entrar a la sala que les juzgará y, ante que eso, se han dirigido en varios momentos a los manifestantes, que llenan el paseo de Lluís Companys de punta a punta. Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau han hecho el último tramo del trayecto por un pasillo entre miles de personas, que coreaban consignas independentistas.
Durante el paseo desde la Generalitat, que ha avanzado con dificultad por la cantidad de gente que se acercaba, los acusados han vuelto a señalar su causa como un juicio a la democracia. “Se juzga la raíz democrática de un pueblo”, ha asegurado Mas, mientras que la exconsellera Irene Rigau ha apostillado que “hoy salimos a reiterar que queremos decidir nuestro futuro democráticamente”.
Artur Mas se ha dado un baño de masas antes de declarar ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). El expresident, arropado por miles de personas, ha llegado casi media hora tarde a su juicio, lo que ha llevado a la sala a advertir a los abogados de que iniciaría un trámite por si alguna parte solicitaba medidas cautelares contra él.
Según fuentes judiciales, el tribunal del 9-N –presidido por el presidente del TSJC, Jesús María Barrientos, y completado por los magistrados Carlos Ramos y Eduardo Rodríguez– ha preguntado cuándo llegarían los acusados al ver que se retrasaban casi 30 minutos. Ante la tardanza de Mas y de las exconselleres, Barrientos ha convocado a las partes y les ha dicho que si se demoraban más allá de las 9:30, habría que convocar una vistilla para que las partes que lo desearan solicitaran eventuales medidas cautelares. Finalmente no ha sido necesario, pues el expresident ha llegado antes de las 9:30.
Tras la primera jornada del juicio del 9-N los acusados han abandonado la sala y se han dirigido a saludar a los manifestantes, que esperaban fuera del palacio de Justicia desde primera hora de la mañana. Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau se han dado un baño de multitudes a la salida de su declaración, donde también les esperaban representantes políticos y líderes de las entidades civiles. “Hemos sentido en el fondo de nuestros corazones que no estábamos solos”, ha agradecido Artur Mas a los concentrados.
Esta primera sesión será la más relevante a nivel informativo, por incluir las comparecencias de los tres acusados y por la fuerte movilización que les ha acompañado fuera.
Aunque se preveía que durase desde las 9 horas hasta cerca de las 14 de la tarde, la sesión ha durado bastante menos. En un primer momento, los acusados han llegado tarde y han retrasado el inicio del juicio hasta casi una hora más tarde de lo previsto. Además, el juicio se ha agilizado porque los tres acusados se han negado a responder a las preguntas de la Fiscalía.
Las respuestas de los tres han sido en el mismo sentido, pues siguen una estrategia de defensa muy similar. Sin embargo, al final de su declaración, Artur Mas ha dado un giro respecto a lo que venía sosteniendo durante cerca de 40 minutos y, a la pregunta de quién era responsable de la apertura de colegios, se ha declarado “responsable de todo”. Así ha sido el momento:
El ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, ha negado que el juicio sobre el 9-N que empieza hoy en Barcelona se deba a una decisión política, como aseguran los tres acusados, el expresidente de la Generalitat, Artur Mas, a su vicepresidenta, Joana Ortega y a la ex consejera de Educación, Irene Rigau. “Lo que se juzga es una actuación que desconocía precisamente una sentencia del Tribunal Constitucional”, ha dicho en Bruselas, al comienzo del Consejo de Exteriores.
Preguntado sobre si le preocupa la interpretación que se pueda hacer del juicio en el extranjero, ha asegurado que “no tiene que verse de ninguna manera en especial. Es una actuación de los tribunales prevista perfectamente en el orden constitucional y en el Estado de Derecho español”.
Por su parte, la Comisión Europea se ha desentendido este lunes del juicio sobre el 9-N: “No nos corresponde hablar de cuestiones internas relacionadas con el orden constitucional de un Estado miembro”, ha dicho el portavoz, Margaritis Schinas. Hasta en dos ocasiones ha evitado responder, incluso cuando se ha apelado al sentimiento pro-europeísta de los catalanes que reclaman el derecho a decidir. La postura del Ejecutivo comunitario sobre la independencia de Catalunya se mantienen inalterable desde 2004, cuando la fijó el expresidente Romano Prodi.
El president del tribunal, Jesús María Barrientos, ha suspendido la sesión hasta este martes a las 9 de la mañana, cuando empezarán a declarar los testigos. En la primera jornada del juicio han declarado los acusados por desobediencia y prevaricación, el expresident Artur Mas y las exconselleres Rigau y Ortega, durante unas dos horas.
Irene Rigau y Joana Ortega han negado haber firmado cualquier orden tras la suspensión del 9-N y haber desobedecido al Constitucional. Por contra, Mas, a preguntas del juez sobre si él ordenó abrir los institutos, se ha declarado “responsable de todo” el 9-N.
La tercera acusada, la exconsellera de Enseñanza, Irene Rigau, ha empezado a declarar. Siguiendo la línea de Ortega, ha defendido que la Generalitat paró los trabajos sobre la consulta una vez la suspendió el Constitucional, y que a a partir de ahí se encargaron de la votación los voluntarios.
En este sentido, ha comparado a los voluntarios que sostuvieron la votación con los que limpiaron los restos de crudo del Prestige de las playas gallegas o los que organizan el evento solidario de La Marató de TV3. “Catalunya está llena de voluntariado”, ha dicho. Asimismo, ha considerado que en la jornada de la votación los voluntarios dieron un “uso social” a los centros educativos.
“Era responsable de todo”. Así se ha expresado Artur Mas desde el banquillo de los acusados en las últimas palabras de su declaración, después de que el president del tribunal, Jesús María Barrientos, le instara a contestar si él era el responsable de abrir los colegios e institutos el 9-N. Las palabras de Mas tienen tintes de autoinculpación para salvar de la condena a las otras dos acusadas, las exconselleres Irene Rigau y Joana Ortega.
Ha empezado a declarar la segunda acusada, la exvicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega. Ha indicado que desde la Generaltiat no sabían “ni el alcance ni los efectos” de la providencia del Constitucional que suspendió la consulta, por lo que los servicios jurídicos del Govern pidieron una aclaración del tribunal. Con todo, Ortega ha indicado que una vez se suspendió la consulta “la ejecución [del 9-N] estaba en manos de los voluntarios”.
El expresident de la Generalitat, Artur Mas, ha finalizado su declaración en el juicio del 9-N, declarándose, a pregunta del presidente del TSJC, Jesús María Barrientos, “responsable de todo”. Las palabras del expresident han llegado después de que Barrientos instara a Mas a contestar la pregunta que le había hecho su abogado –si él era el responsable de abrir los colegios el 9-N.
Después de la pregunta de su letrado, Mas ha hecho un discurso siguiendo punto por punto su línea de defensa, es decir, que después de la suspensión del TC el 9-N quedó en manos de los voluntarios. “Fui el máximo responsable de la idea de cómo sustituir la consulta por un proceso participativo”, ha afirmado Mas. Pero después de la petición de Barrientos, Mas ha zanjado: “Era responsable de todo”.
Continúa la declaración de Mas. El expresident combina los alegatos de tipo político con los jurídicos para defender su absolución. Así, ha defendido que la suspensión del 9-N por parte del Constitucional no incluyó un aviso concreto sobre las consecuencias de desobedecer al tribunal, algo que su defensa considera que tendría que haberse dado para una eventual condena.
También ha defendido que la Generalitat “ya no tenía capacidad” para llevar a cabo la consulta después de la suspensión del TC, por lo que se cambió el formato del 9-N: de consulta se pasó a proceso participativo, en el que los voluntarios, y no la administración, fueron los protagonistas. “Fueron la pieza clave e imprescindible de la organización del 9-N”, ha afirmado Mas. “La administración colaboró en los días que pudo hacerlo [hasta la suspensión], pero no era responsable de la organización
del 9-N“, ha ahondado Mas.
En el plano político, Mas ha explicado que las fechas previas al 9-N intentó hablar con Mariano Rajoy sobre la consulta, incluso quitándole valor vinculante, pero que “no fue posible un acuerdo para pedir la opinión a los ciudadanos sin vinculación legal”.
Miles de personas han acompañado a Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau en el trayecto entre el palau de la Generalitat y la sede del Tribunal Superior de Justicia