Lara Hernández Abellán es secretaria general del PSOE-PSRM en Alcantarilla
Desde siempre he pensado que la política se basa en mantener intacto tu compromiso con los valores y principios que defiendes; en mi caso, con aquellos que, antes de que yo estuviese aquí, defendieron quienes me precedieron. Es la lucha constante por mejorar la vida de las personas, por proteger lo que es justo y por enfrentarse a las adversidades con valentía y determinación. Aunque, a veces, como cualquier otro ser humano, los que estamos en esto también nos enfrentemos a dudas o podamos equivocarnos. Desde esta perspectiva, quiero expresar hoy mi apoyo a Diego Conesa como candidato a la Secretaría General del PSRM-PSOE y quiero dejar claro que este apoyo no se basa en la oposición a ningún otro de los candidatos o compañeros, todos los que han dado este paso merecen mi respeto y admiración, sino en mi propia convicción de que Diego es la persona idónea para liderar nuestro partido en un momento crucial.
Diego Conesa ya ha demostrado con hechos ser un líder íntegro, honesto y cercano. Ha puesto siempre el bien común por encima de cualquier interés personal, trabajando incansablemente por nuestra región y por nuestro partido. Su liderazgo no solo inspira mi confianza, sino que está basado en acciones concretas que reflejan los valores que compartimos como socialistas.
Tuve el honor de sentir ese respaldo personal cuando entré como diputada a la Asamblea Regional. Desde el primer momento, me acogió con los brazos abiertos, sin resquicio alguno de desconfianza a pesar de haber apoyado en el pasado otra candidatura o de tener que vivir algún que otro momento incomodo en el que yo misma habría dudado en su lugar de la última en llegar al barco. No fue así y siempre se lo agradeceré. Apoyó mis ideas y respaldó las iniciativas que propuse impulsar desde nuestro Grupo Parlamentario, especialmente aquellas en defensa de la igualdad, el feminismo y los derechos de las mujeres. Junto a mi compañera Gloria Alarcón, denunciamos la expulsión sistemática de mujeres de la sanidad pública de nuestra región cuando se enfrentaban a una interrupción voluntaria del embarazo, incluso por razones médicas, un derecho recogido en la ley y protegido por la Constitución. Gracias a su apoyo, al de todo el partido y, muy especialmente, de la incansable lucha de La Plataforma de Mujeres Expulsadas de la Sanidad Pública, logramos garantizar que las mujeres de nuestra región no tuvieran que recorrer cientos de kilómetros para ejercer un derecho fundamental; aunque, por desgracia, a día de hoy, todavía siguen sin ser atendidas en nuestros hospitales públicos por una mera cuestión ideológica. Algo que espero que sigamos denunciando, sin ningún tipo de reparo ni cortapisas, hasta que nuestros derechos se escuchen y se cumplan en esta tierra que algunos llaman “la más maravillosa del mundo”, pero que en realidad solo lo es para quienes comparten sus mismas ideas.
Junto a él también viví momentos duros, como el proceso de la fallida moción de censura en la Asamblea Regional. En primera persona comprobé cómo se llegó a comprar la firma de diputados tránsfugas para impedir que esa moción prosperase y evitar así que el Partido Socialista liderara el cambio en la Región de Murcia. Aquello fue un golpe durísimo, no solo para quienes formábamos parte de ese proceso, sino para toda la ciudadanía que confía y cree en una política limpia y honesta. Fue la prueba más clara y dolorosa de que, desgraciadamente, hay quienes están dispuestos a venderse y de que todo, para algunos, tiene un precio. Sin embargo, Diego nunca se rindió. Desde la tribuna de la Asamblea, y fuera de ella, denunció públicamente esa corrupción política cada vez que tuvo oportunidad. Su valentía para enfrentarse a esas prácticas y su integridad ante la adversidad fueron y serán para mí un motivo de admiración profunda.
A todo ello se suma su firme compromiso con la defensa del Medio Ambiente y, en particular, del Mar Menor. En una región donde el gobierno autonómico ha permitido que nuestro mayor patrimonio natural sea maltratado y pisoteado durante décadas, Diego y el PSRM apoyaron a la ciudadanía más enfadada y decepcionada en una lucha sin precedentes por proteger la laguna. Frente a episodios devastadores y vergonzosos, como la muerte masiva de peces, Diego no dudó en ponerse al frente, priorizando lo esencial: defender el Mar Menor y garantizar su preservación con medidas concretas como la aprobación de la ley que lo protege o el impulso de la recogida de miles de firmas para conseguir que la laguna tuviese voz jurídica propia. Ese compromiso, que compartimos profundamente, es una de las mayores muestras de lo que significa liderar pensando en el bien común.
Otro ejemplo de su liderazgo fue su implicación en la lucha de los vecinos de Santiago el Mayor por el soterramiento de las vías. En su etapa como delegado del Gobierno, su primera decisión fue retirar a la policía que su antecesor había enviado para reprimir a quienes defendían su barrio y sus derechos. Frente a las imágenes vergonzosas de represión que todos recordamos, quedó su imagen al lado de los vecinos, abrazando a la Abuela de las Vías y defendiendo junto a ellos que el tren pasase soterrado; un logro que hoy disfrutamos gracias a esa lucha apoyada por el Partido Socialista de la Región de Murcia, con Diego a la cabeza.
Diego Conesa ya ha demostrado que sabe ganar, que sabe unir y que sabe escuchar. Su generosidad quedó clara cuando, tras haber liderado una victoria histórica en las elecciones regionales, decidió dar un paso al lado para no perjudicar al partido. Para no dañarnos. Pero, hoy, vuelve a dar un paso al frente porque siente que es el momento de reconstruir, de unirnos y de devolver al PSRM-PSOE la fuerza que necesita para liderar el cambio que nuestra región tanto necesita. Le dije que estaría a su lado si algún día daba este paso y así lo hago por coherencia conmigo misma, con nuestras mismas ideas y porque esto no va de romper, sino de sumar y escuchar la voz de cada militante y, sobre todo, de respetar lo que esas voces elijan.
No sé si habrá más compañeros que sientan que nos perdemos en guerras sin sentido mientras ahí fuera hay muchas personas que nos necesitan que deberían ser lo único importante; lo único que nos moviese. Además, sigo pensando que quienes no creen en las causas perdidas es porque se dan por vencidos demasiado pronto y yo siempre he sido una cabezota de las que hace más caso al corazón que al sentido común que marque cualquier mayoría. Puede que haya quien crea que me estoy lanzando de cabeza al precipicio, y así me lo han hecho saber desde su más profundo cariño, pero confío en la fuerza de la cuerda que me sostiene: una cuerda hecha de principios inquebrantables y palabras que no se traicionan. Mi libertad nunca ha tenido precio, incluso cuando se asemeja a la locura y, a estas alturas del camino, bendita sea cualquier locura que haga que me siga reconociendo al mirarme en un espejo.
Por todo esto, y habiéndome apoyado en el sentir mayoritario, que no totalitario, de mis propios compañeros y compañeras de agrupación que así lo han avalado, mi apoyo en este proceso, exclusivamente a nivel personal y con el mismo peso que el de cualquier otra afiliada, es para Diego Conesa. Porque creo en su capacidad para liderar, para escuchar, para unir y para defender lo que es justo. Porque confío en su palabra y porque sé que con él al frente podemos construir un futuro mejor para la Región de Murcia.
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