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La Fiscalía se querella contra el conseller de Interior por pagar con fondos públicos el escolta de Puigdemont en Bélgica

El conseller de Interior, Miquel Buch

Oriol Solé Altimira

La Fiscalía Superior de Catalunya se ha querellado contra el conseller de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, y un exsargento de los Mosssos y exasesor del departamento, Lluís Escolà, por presuntamente haber autorizado que este último realizara labores de escolta de Carles Puigdemont en Bélgica mientras percibía un salario público. La querella ha sido interpuesta después de una denuncia de Ciudadanos y está pendiente de que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) estudie su admisión a trámite. Se acusa a ambos querellados de los delitos de malversación, castigado con penas de cárcel, y prevaricación.

En su querella, el teniente fiscal Pedro Ariche expone que el nombramiento de Escolà en julio de 2018 como asesor en sistemas de seguridad de la conselleria de Interior “respondía únicamente” al objetivo de procurar un servicio de escolta “permanente” a Puigdemont. Es decir, que el cargo de asesor a dedo creado para Escolà fue una tapadera –“un acto de arbitrariedad”, en palabras del teniente fiscal– para proporcionar un escolta a Puigdemont con cargo a fondos públicos. Escolà fue cesado en marzo de 2019 y percibió un sueldo de 52.712,26 euros, cantidad que Artiche considera “quebrantada” del erario público.

La querella detalla varios indicios que sustentan la tesis del fiscal. Los más claros son los tuits del propio Escolà en su etapa como asesor de Interior en los que detalló que se encontraba en Waterloo (Bélgica) “cuidando” a Puigdemont, tal y como escribió el exsargento de los Mossos el 6 de agosto. Dos meses después, Escolà tuiteó la lista de países que había compartido con Puigdemont tras 45 semanas con el expresident –Francia, Luxemburgo, Bélgica, Holanda, Alemania Dinamarca, Escocia y Suecia–, a los que el 11 de octubre añadió Suiza y las Islas Feroe.

“Adiós Feroe, un placer”, terció Escolà el 14 de octubre de 2018, misma fecha en que Puigdemont abandonó estas islas tras reunirse con grupos independentistas de este territorio. “Buenos días desde Waterloo”, tuiteó Escolà el 4 de noviembre. El contador particular de Escolà aumentó a 58 semanas con Puigdemont el 15 de diciembre. “Nunca caminarás solo, vivirlo en directo no tiene precio”, tuiteó, lo que para el fiscal es una clara referencia al expresident.

Informes de menos de cuatro páginas

La munición del teniente fiscal no se queda en los tuits de Escolà. Ariche, tras recabar la información de la propia conselleria, constata que su etapa como asesor de Interior arrojó resultados más bien pobres. Escolà presentó varios informes al conseller, si bien solo dos por correo electrónico, pero no existe registro de entrada de los documentos en el gabinete del conseller. Todos ellos, salvo uno, no están ni firmados por Escolà. Sobre su contenido, el teniente fiscal destaca que los informes “versan sobre una miscelánea de temas absolutamente variada y dispar”, desde el análisis del estado del terrorismo en Europa al uso de nuevas tecnologías o “la figura del sereno”.

Todos los informes, abunda el teniente fiscal Ariche, no ocupan más de cuatro páginas y están “plagados de generalidades y no permiten extraer conclusión alguna que mejore la actividad del departamento de Interior”. Incluso uno de ellos, de solo folio y medio, es “una copia indisimulada” de un trabajo previo que ya había realizado el departamento. Asimismo, la Fiscalía destaca que Escolà fue nombrado asesor pese a “carecer de los mínimos conocimientos” para el ejercicio del cargo debido a su titulación de bachillerato y el curso básico de escoltas.

Además, la propia conselleria de Interior ha certificado que Escolà no fichaba en su oficina de Barcelona porque, según su versión, los asesores nombrados a dedo “no están sujetas al control horario”, y que por el mismo motivo el exsargento “no percibió ninguna retribución en concepto de dietas, asistencias o indemnizaciones”.

Escolà fue uno de los mossos que, fuera de servicio, condujo a Puigdemont hasta Bélgica por carretera en su huida el 28 de octubre de 2017, un día después de la DUI. El exsargento de los Mossos, antes de incorporarse como asesor de Interior, estuvo de vacaciones y encadenando permisos y bajas médicas entre noviembre de 2017 y julio de 2018, cuando fue nombrado asesor. Debido a su prolongada inactividad como sargento de los Mossos, la policía autonómica le abrió un expediente, que terminó con su traslado forzoso desde el área de escoltas a una comisaría de Martorell, sin imponerle sanciones económicas.

En declaraciones a los medios tras conocer la querella, Buch ha afirmado este martes que “en ningún caso” nombró a Escolà como asesor para hacer de escolta de Puigdemont, y ha expresado la “tranquilidad absoluta” por el trabajo que realiza su departamento. “No, en ningún caso. No está en mis competencias hacer esto”, ha sostenido Buch.

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