Si los partidos catalanes tuvieran que ponerse de acuerdo en una sola cosa, seguramente sería en el carácter atípico que tiene esta campaña electoral. Sin grandes mítines, con actos telemáticos, sin un claro ganador y con un número de indecisos que puede inclinar la balanza hacia cualquier lado. Todo es diferente, salvo el dinero que se gastarán las formaciones, muy parecido al de los comicios de 2017 a pesar de la excepcionalidad de la situación.
De los partidos que han hecho públicos su presupuesto, el PSC es el que prevé invertir más dinero en la campaña para intentar que su candidato, Salvador Illa, se imponga en los comicios. Los socialistas prevén desembolsar 1.988.386 euros durante las semanas previas a las elecciones. Le sigue de cerca ERC, que tiene previsto invertir 1.901.000 millones en promocionar a su candidato Pere Aragonès.
PP, Ciudadanos y Vox no han querido precisar su presupuesto a elDiario.es. Los populares aducen que todavía “no tienen la cifra”. La formación naranja señala que harán públicos sus números cuando la campaña esté “más avanzada”. Vox no ha respondido a las múltiples peticiones de esta redacción.
Esta vez no habrá que alquilar grandes espacios ni tampoco gastar dinero en autobuses o personal de seguridad, pero son varias las formaciones que han aumentado su presupuesto respecto a los comicios del 21 de diciembre de 2017.
ERC prevé gastar un 10% más que en la anterior campaña y los socialistas aumentarán su gasto en un 15%. También la CUP ha incrementado su presupuesto y pasa de los aproximadamente 433.000 euros de 2017 a un presupuesto de 547.425 euros. Fuentes del partido precisan, sin embargo, que no prevén gastar todo lo presupuestado. “Los cálculos se hicieron pensando que tal vez se haría una campaña normal”, explican. “Al quedarnos sin actos el gasto será menor de lo previsto”.
Quién ha reducido sustancialmente la inversión en la campaña es En Comú Podem. La candidatura liderada por Jéssica Albiach ha pasado de gastarse 885.000 euros en las autonómicas de 2017 a tener un presupuesto de 595.000 euros para la campaña actual, lo que supone una reducción de más de un 30% del dinero presupuestado.
El PDeCat, que podría quedarse incluso fuera del Parlament –las encuestas le auguran una horquilla de entre 0 y 2 diputados– invertirá 1.243.000 euros en promocionar a sus candidatos. Una cantidad similar a la que invertirá el otro partido heredero de Convergencia, Junts, que gastará 1.293.750 euros para intentar aupar a Laura Borràs hasta el primer puesto en los comicios.
Ambos partidos rivalizaron para ver cuál de los dos retenía los derechos electorales de Junts per Catalunya, que incluyen desde espacios electorales gratuitos en los medios hasta un remarcable anticipo electoral de 521.000 euros, según figura en la web de la Generalitat. Finalmente ha sido el PDeCat quien ha retenido estas ayudas y Junts, según aseguran en el partido, ha recaudado todo el dinero mediante una campaña de microcréditos a través de la red. “Ni subvenciones ni créditos a los bancos”, explican desde el partido de Carles Puigdemont.
Entre las formaciones que han enviado un desglose de sus gastos –solo la CUP y el PSC, de manera parcial– se ve cómo buena parte de los recursos se destinarán al llamado mailing electoral, una vía de propaganda que suele absorber una parte considerable de los presupuestos electorales. El PSC prevé gastar 893.690 euros en enviar folletos a los domicilios catalanes. La CUP, por su parte, casi 200.000 euros.
A finales de 2020 tanto algunos partidos como la Generalitat pusieron sobre la mesa la posibilidad de realizar un “mailing conjunto” que incluyera todas las papeletas electorales para ahorrar costes. La Generalitat finalmente gastará 5,2 millones de euros en enviar estas papeletas aunque, como se ve en algunos presupuestos, esto no ha logrado evitar que las formaciones empleen buena parte de su dinero en mandar propaganda a los buzones.
En las anteriores elecciones, el partido que más dinero gastó fue Ciudadanos, que desembolsó 2,1 en la campaña que aupó a Inés Arrimadas a la victoria electoral. Le siguieron el PP y ERC, que desembolsaron 1,8 millones cada uno. El PSC gastó los mencionados 1,7 millones, Junts per Catalunya 1,4 millones, En Comú Podem 0,8 millones y la CUP 0,4 millones.
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