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PSC y Junts se alían en el Parlament para destacar la soledad de Aragonès

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, interviene durante el debate de política general.

Arturo Puente

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Pere Aragonès lleva un año al frente de un Govern en clara minoría parlamentaria. Desde la salida de Junts del Ejecutivo, el president ha hecho equilibrios y ha logrado sacar adelante los presupuestos, pero no ha encontrado aliados permanentes, lo que le ha valido críticas desde el PP a los comuns, pasando por la CUP. Ahora, al inicio del nuevo curso parlamentario y mientras todas las miradas se fijan en la negociación para la investidura en Madrid, el PSC y Junts se han aliado para destacar, cada uno desde su flanco, la soledad de Aragonès.

PSC, Junts y también En Comú Podem registraron propuestas de resolución en esta línea y las tres han sido aprobadas. Aunque cada partido ha defendido su texto, los tres tienen grandes semejanzas y todos giran en torno a la debilidad parlamentaria de ERC, por lo que finalmente se las han votado mutuamente.

Los socialistas remarcan que, un año después de la ruptura de la coalición en el Govern, “persiste, e incluso se ha acentuado, la falta de confianza de la mayoría de la Cámara”, mientras desde Junts hablan de un Ejecutivo “sin confianza ni apoyo parlamentario” culpable de generar “debilidad, inestabilidad y falta de previsión”.

Por su lado, los comuns critican que Aragonès solo haya sido capaz de aprobar dos leyes propias en lo que va de año y constatan “la falta de liderazgo e iniciativa política”, al tiempo que reclama que el Govern presente Presupuestos para 2024.

En el último debate de política general, hace un año, PSC y Junts ya coincidieron en diversas votaciones en contra de ERC, pese a que los de Puigdemont continuaban dentro del Govern y la pinza generó fuertes tensiones en el seno de la coalición. Pero ahora la recuperada sintonía entre las dos formaciones tiene una dimensión que va más allá del Parlament y viene a recordar que, en paralelo, se está produciendo una negociación entre Carles Puigdemont y el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez. Conversaciones en las que, por el momento, hay sintonía.

Pese a eso, los socialistas apelaron a la prudencia cuando avanzaron que no darán apoyo a ningún texto diferente al suyo relativo a la negociación en Madrid. De esta forma han logrado evitar por ahora un posicionamiento propio sobre la amnistía, aunque su propuesta ha caído al no recibir el respaldo ni de los independentistas ni de los grupos de la derecha.

ERC, Junts y En Comú Podem buscaban que los socialistas se mojasen, por lo que también presentaron cada uno sus propuestas sobre la amnistía, los independentistas fajándola a la autodeterminación mientras que los comuns de una forma mucho más suave y evitando el lenguaje inflado. De hecho, la propuesta de resolución registrada por los de Jéssica Albiach podría haber servido de pista de aterrizaje para el PSC.

Los socialistas, sin embargo, prefirieron no salirse de un escueto texto en el que reclaman “avanzar con coherencia, mediante el diálogo, por el camino del reencuentro, en el marco de la Constitución”. Además, aliñaron esta frase con el rechazo a “toda estrategia de confrontación, división y polarización” y una llamada a reconocer “la pluralidad de la sociedad catalana, respetando todas las opciones y planteamientos y abriendo un diálogo entre catalanes para buscar un camino conjunto”. El PSC ha optado por una declaración descafeinada en vísperas de una negociación que tendrá epicentro en Madrid y futuro incierto.

ERC y Junts pactan el precio de la investidura de Sánchez

Los independentistas, en cambio, sí han aprovechado el debate en el Parlament para consensuar sus condiciones para una eventual investidura, entre las cuales figura no apoyarla si Sánchez no acepta dar pasos hacia un referéndum. Este es el resumen, pero el redactado registrado es algo más barroco. En concreto, ERC y Junts lo han escrito así:

El Parlament se pronuncia a favor de que las fuerzas políticas catalanas con representación en las Cortes no apoyen una investidura de un futuro Gobierno que no se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones para la celebración del referéndum.

La resolución presentada por ERC y Junts, y en la que la CUP se ha abstenido, tiene el valor de ser la primera vez que las dos formaciones se ponen de acuerdo en algo referente a la negociación con Sánchez, un ámbito en el que hasta ahora ha habido más zancadillas que colaboración entre ambos.

Junto a la cuestión del referéndum, otra propuesta de resolución, que también tiene la firma de la CUP, da pistas sobre cómo se imaginan los independentistas una eventual ley de amnistía.

ERC, Junts y la CUP defienden “la necesidad de una ley de amnistía para dejar sin efecto lo tipificado como infracción penal o administrativa, en relación a la defensa en el ejercicio del derecho a autodeterminación de Catalunya”. Una ley que a su juicio debe tener como base “el acuerdo recogido en la proposición de ley orgánica de amnistía y de resolución del conflicto político entre Cataluña y el Estado español que fue inadmitida a trámite por la Mesa del Congreso”, especifican.

Más allá del texto, el acuerdo de ERC y Junts para una resolución de tipo político llega mientras ambas fuerzas vuelven a pugnar para el liderazgo independentista. Ahora la controversia versa sobre quién consigue arrancar más pactos al PSOE para la investidura. “Yo no soy de ERC y por tanto no puedo hablar por lo que diga ERC, ni me siento concernido por lo que ERC diga, pacte o decida pactar. Esquerra verá lo que hace Esquerra y nosotros lo que hacemos nosotros”, zanjó Puigdemont esta semana desde Bruselas.

Además, en esta misma propuesta de resolución, los partidos marcan un amplio perímetro sobre su aplicación cuando defienden que una eventual amnistía incluya a “todas las personas represaliadas por motivos políticos en esta causa y en defensa de derechos y libertades en el contexto de conflicto social y político con el Estado español”.

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