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ENTREVISTA

Sergi, manifestante del procés amnistiado: “Lo mejor es que ningún joven entrará en la cárcel”

Brindis de afectados por uno de los casos amistiados, este martes en Granollers.

Oriol Solé Altimira

Barcelona —

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La sección de apelaciones de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) se ha convertido este martes en el primer tribunal en España en aplicar la ley de amnistía. Lejos del foco mediático de casos como el de Carles Puigdemont, que se dirimirá en el Tribunal Supremo, los jueces catalanes han extinguido las condenas al exconseller de Interior Miquel Buch y de una veintena de personas desconocidas para el gran público y condenadas por disturbios y atentados a los agentes de la autoridad durante las protestas del procés. Entre ellas, Sergi V., que atiende a elDiario.es por teléfono horas después de ser amnistiado.

Las primeras palabras de Sergi V. –que pide no desvelar al completo su identidad por la “mediatización” de su caso que, denuncia, hicieron sindicatos de los Mossos d'Esquadra– son de agradecimiento para el colectivo antirrepresivo Alerta Solidària, que asumió la defensa de su caso, saldado con una condena de cinco meses de cárcel por los altercados ocurridos durante la investidura fallida de Puigdemont en 2018.

Sergi V. destaca que la amnistía es “una victoria popular” y se muestra especialmente satisfecho porque el TSJC haya amnistiado a jóvenes que sí tenían un riesgo real de entrar en la cárcel de haberse confirmado sus sentencias, ya que habían sido condenados a hasta tres o siete años de cárcel. “Es la mejor noticia”, asegura. Además, recuerda que el grueso de potenciales beneficiaros de base son “represaliados” por causas relacionadas con manifestaciones del procés.

¿Cómo ha recibido la noticia de que lo habían amnistiado?

Estaba comiendo y he empezado a ver noticias de que el exconseller Buch era el primer amnistiado, por lo que ya he pensado que mi sentencia no tardaría mucho. Y así ha sido. Estaba esperándola durante todo el día, pero no tanto por mi caso, sino que tenía la vista más puesta en otros que también se han resuelto este martes y que eran más graves porque tenían penas que podían comportar el ingreso en prisión de los condenados.

¿Le preocupaban más esos casos que el suyo?

Vivir la noticia estando pendiente de casos más graves es un síntoma de que el tema de la amnistía va para largo, porque la Fiscalía o los mossos que ejercieron de acusación pueden recurrir la decisión de este martes del TSJC ante el Tribunal Supremo. Hay muchas personas represaliadas que se merecen la amnistía. Además, creo que la represión continuará.

¿Lo mejor de la amnistía es que ya no entrará nadie más en la cárcel por el procés?

Sí. Creo que la mejor noticia es que jóvenes que han estado represaliados durante muchos años, como los casos de Verdejo y Oleksander o los tres de Granollers, no entrarán en la cárcel. Tenemos que reivindicar y celebrar la amnistía como una victoria popular porque ha sido una demanda de la gente.

¿La amnistía es una victoria política del independentismo?

En Catalunya, más que en una agenda del reencuentro que quiere el PSOE, los consensos estaban en que la represión tenía que terminar. Además, en este momento cuesta mucho que los políticos articulen institucionalmente consensos sociales. Que uno de estos consensos se haya conseguido, aunque sea con matices, es una buena noticia.

Vayamos a su caso concreto. Fue condenado a cinco meses de cárcel por unos disturbios ocurridos durante la investidura fallida de Carles Puigdemont de 2018. ¿Cómo vivió todo el proceso?

En mi grupo éramos cinco condenados a penas de entre un año y cinco meses de cárcel. He vivido el proceso con mucha incertidumbre y con una pena de banquillo porque el procedimiento ha durado mucho y me ha comportado una exposición pública que no he escogido. Además, sindicatos de los Mossos d'Esquadra mediatizaron mucho nuestro caso y jugaron con difundir nuestros nombres. Nos pusieron en la causa en otoño de 2018, casi un año después de los hechos. Ha sido un caso plagado de irregularidades de los Mossos d'Esquadra.

La amnistía es una victoria popular, no de un partido

¿Por ejemplo?

Nuestra sentencia se basó solo en el testimonio policial. En mi caso, los hechos probados se limitaron a decir que me encaré a los mossos, aunque admitieron que no agredí a ningún agente. Después los jueces, cuando tuvieron que razonar la sentencia, escribieron que los mossos no tenían por qué mentir, aunque dejaron la puerta abierta a que hubiera más personas que no éramos los condenados que hubieran agredido a los agentes. Prevaleció más la palabra de un mosso.

¿Siguió con interés el debate parlamentario de la amnistía?

No mucho. El debate parlamentario ha sido muy poco interesante, parecía más una competición entre Junts y ERC para ver quién sacaba más pecho de la ley. Para mí lo esencial es que la amnistía es una victoria popular, no de un partido.

¿Temía de que los jueces no le aplicaran la amnistía?

Después de ver cómo algunos jueces y fiscales querían ir por libre con la amnistía, un poco de miedo sí tenía. Se ha visto como un 'deep state' dentro del 'deep state': fiscales oponiéndose al fiscal general del estado, jueces diciendo que no aplicarían la amnistía... Ello ha contribuido a incrementar la incertidumbre, aunque al final los jueces de mi caso han hecho lo que tocaba. Pero creo que a la ley de amnistía le faltaban más garantías de no repetición y de reparación para los represaliados.

¿De cara a los políticos del procés, confía en que Puigdemont pueda volver? ¿O le da igual?

Que Puigdemont y el resto de exiliados –que no han dejado de crecer por el caso Tsunami– puedan volver es una buena noticia. Lo importante de la amnistía es que beneficie a todo el mundo, a políticos y a manifestantes de base. No hay que personificarla en Puigdemont, sino que tiene carácter transversal. De hecho, el grupo más numeroso de afectados somos manifestantes represaliados.

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