John Curry, el primer atleta olímpico abiertamente gay
John Curry fue un revolucionario. Su obsesión por cambiar el patinaje sobre hielo, una disciplina hasta entonces anticuada y muy técnica, hizo que transformara este deporte para llevarlo al campo del arte. Además, fue el primer atleta olímpico que se declaró abiertamente homosexual. Lo dijo en Innsbruck (Austria), la misma noche que cosechó la medalla de oro en esta modalidad, en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1976. La avalancha de reconocimientos, tanto públicos como privados, demostraron que su gesto fue un soplo de aire fresco que oxigenó al conjunto de la sociedad.
25 años después de su muerte, a causa del sida, se estrena este domingo en España The Ice King, un documental de James Erskine de 88 minutos de duración sobre el rey del hielo. Este film hace un viaje completo por la vida de Curry: desde su atormentada infancia hasta su éxito como deportista y artista, pasando por los demonios que le perseguían, como muestra este relato en el que se han recuperado imágenes, entrevistas y testimonios que pasaron por la vida de este personaje.
“Quería patinar mejor que nadie que hubiera visto antes, de una forma distinta”, contaba Curry en una entrevista realizada en los 70. Y lo hizo. Tras un primer tanteo de pequeño con el mundo del ballet, su padre se lo prohibió. Sin embargo, descubrió el patinaje artístico gracias a un campeonato que se retransmitía por televisión. Tras pedirles permiso, sus padres accedieron a que aprendiera esa modalidad. “El patinaje sobre hielo está protegido bajo el paraguas del deporte”, apuntaba Curry en otra entrevista de aquella época.
El patinaje sobre hielo fue la vía de escape de Curry, aunque no lo tuvo nada fácil. Durante una época entrenó en el Richmond Ice Rink, una pista de patinaje abierta al público situada en Londres que ya no existe, esquivando a centenares de personas mientras trataba de ensayar. La salida la encontró en 1973 al otro lado del océano, en los Estados Unidos, cuando un patrocinador americano, Ed Molser, le dio su confianza para que se dedicara exclusivamente a lo que Curry amaba: el patinaje. Y con 26 años se convirtió en el mejor patinador artístico del planeta.
Tras dejar en 1976 la competición olímpica, ya con el oro colgando en el cuello, creó su propia compañía de patinaje sobre hielo, la John Curry Skating Company. Gracias a eso realizó diversas giras por todo el mundo, como si de un grupo de música se tratase. Junto a un enorme despliegue artístico, que contaba con una orquesta en directo, una pista de hielo creada para la ocasión, patinadores y coreógrafos, Curry brillaba en todo tipo de escenarios. Una de sus actuaciones más destacadas tuvo lugar en 1984, en la Ópera Metropolitana de Nueva York. Una de las patinadoras recuerda en el documental que el público se puso en pie y estuvo más de 20 minutos aplaudiendo tras la actuación.
A pesar de los éxitos, también había sombras en la vida de Curry. Aunque era distante, a su vez demostraba una necesidad tremenda de amor. Era rebelde pero elitista, así como ambicioso y autodestructivo. También contribuyó a que los patinadores de su compañía, inicialmente de un nivel medio, se proyectaran como artistas profesionales. De todos modos, fue arrogante con ellos en ocasiones, especialmente con las patinadoras de la compañía que no cumplieran unos cánones de belleza muy estrictos.
En 1987 fue diagnosticado con el VIH y en 1991 con sida. Tres años más tarde y viviendo con su madre, murió de un ataque al corazón, vinculado a su enfermedad, con 44 años.
FIRE!!
Basado en el libro de Bill Jones, Alone: The Triumph and Tragedy of John Curry [Solo: El triunfo y tragedia de John Curry, en su traducción al castellano], Erskine ha dirigido The Ice King, un documental producido por New Black Films que ya se ha estrenado en países como Australia, los Estados Unidos o el Reino Unido. Ahora se estrenará por primera vez en España este domingo a las 20h en el Instituto Francés de Barcelona.
Lo hace en el marco de la 24ª edición del FIRE!!, una muestra internacional de cine gay y lésbico que tiene lugar en la capital catalana del 6 al 16 de junio y que este año tiene como lema “Ni un paso atrás”. El mensaje de esta nueva edición surge como reacción al ataque a la sede del centro LGTBI de Barcelona, tan solo una semana después de su inauguración, según explicaron a la prensa Antoine Leonetti y Joako Ezpeleta, director y coordinador de este festival respectivamente.