La Cova Tallada, símbolo de la masificación: el parque natural del Montgó limitará el acceso a 71 personas al día
La saturación de la Cova Tallada, con una presencia masiva de visitantes durante los períodos de mayor afluencia turística, es un hecho desde hace muchos años. Aunque ya hace mucho tiempo que se habla de la necesidad de controlar los accesos, ahora es un informe técnico elaborado por la Conselleria de Medio Ambiente el que confirma la urgencia de adoptar esas medidas.
Las conclusiones del informe de capacidad de la Cova Tallada se han abordado en una reunión de la Junta Rectora del parque natural del Montgó. Son demoledoras y obligan a actuar, así que en esa reunión se ha adoptado ya la primera medida: limitar a 71 el número de personas por día que puedan visitar la cueva, tanto por mar como por tierra. Las oficinas del parque natural y de Turismo, donde expedirán los boletos para visitar el paraje, tendrán instrucciones para no entregar más en cuanto se sobrepase esa cifra.
Ahora falta concretar las medidas necesarias para cumplir con esas instrucciones y decidir cuando se puede poner en marcha esa regulación del acceso. Posiblemente tenga que ser ya el verano de 2019. La manera de hacerlo y el calendario comenzará a abordarse en una próxima reunión de la comisión técnica que estudia las medidas a adoptar en la cueva, y en la que participan, además del parque natural, los ayuntamientos de Dénia y Xàbia, que comparten este espacio único, y empresas de excursiones. El caso es que la adopción de medidas es urgente.
Durante la realización del estudio de capacidad, que concluyó el pasado mes de diciembre, se detectó que llegan a visitar la cueva 700 personas un mismo día. La masiva presencia de personas ha ocasionado, según ha explicado el presidente de la Junta Rectora, Joan Sala, un evidente “deterioro progresivo del entorno” en los últimos dos o tres años.
Esa afección queda también reflejada en el informe. Por ejemplo, en el impacto negativo sobre los microorganismos de las rocas. O en un efecto mucho más curioso y llamativo: se ha detectado que llega a formarse una película aceitosa en la superficie del agua generada por el uso de cremas solares por los visitantes.
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