“La tasa turística es prioritaria para apoyar los presupuestos”
Antonio Estañ (Callosa del Segura, Alicante) es a sus 29 años el rostro renovador de Podem. Su posición crítica con la acción del Gobierno al que sustenta y sus tesis políticas, que abogan por la descentralización administrativa y la feminización de la política lo convirtieron hace cuatro meses en el secretario general de la formación morada, frente a la candidatura impulsada por Pablo Iglesias y a la corriente del exportavoz Antonio Montiel.
Graduado en Filosofía y con estudios en Derecho, tiene claro que la Comunidad Valenciana necesita una transformación integral del modelo productivo y cortar de raíz con el proyecto del PP, a su juicio continuado por los socialistas. En su debut en el debate de política general se estrenó con un tono más severo que su antecesor y con una batería de propuestas que pueden hacer tambalear el Consell de Ximo Puig y Mónica Oltra. Ahora, con el curso empezado, comienza su examen.
Pregunta: ¿Cuál debe ser el papel de Podemos en los próximos cinco años?
Respuesta: Lo hemos ido definiendo estos dos años. Pensamos que es diseñar el País Valenciano del futuro. Hablamos de romper con el modelo del PP, el mejor ejemplo del peor modelo. Debemos ser la fuerza que recomponga esas ganas de cambio y diseñe el modelo alternativo; un modelo económico social, que señale a qué se debe dedicar la Comunitat después de años de turismo y ladrillo, el modelo productivo, y cómo este repercute en un empleo que no sea estacional, en precariedad, trabajo semiesclavo, en economía sumergida… Debemos cambiar las bases materiales del modelo del PP y cambiar el modelo de empleo y servicios públicos.
¿Y cuál será verdaderamente vuestro papel?
Tiene que ver con el que está jugando la Comunidad Valenciana en un nuevo marco estatal y en nuestra capacidad de crear un proyecto común. Gran parte del éxito de Podemos a nivel estatal tiene que ver con juntar la crisis social y la territorial.
¿Cómo debería relacionarse Podem con Podemos?
Lo hemos hablado mucho en el proceso interno. Nos preguntábamos cómo éramos más útiles aquí. El análisis que hicimos es que Podemos se había centrado en la carrera estatal y en potenciar las candidaturas municipales y la parte autonómica se había quedado en segundo plano. Es ahora, cuando ya no tenemos las generales encima, cuando tenemos que ir a esa descentralización y tener capacidad de intervenir en el territorio directamente. Nuestra relación con Podemos tiene que ser trasladar la apuesta plurinacional a nivel organizativo. Y ahora se están desarrollando los documentos acordados y avanzando en esa descentralización que es necesaria e inevitable.
¿Y con la calle?la calle
A veces se habla de calle y parece que solo es salir a protestar. Pero es igual de importante militar en espacios sociales como asociaciones de vecinos y sindicatos. Tenemos que hacer lo posible por acompañar y fortalecer el tejido social, debemos hacer de puente entre movimientos e instituciones. Muchas formaciones políticas tenían la idea de apropiarse de los movimientos sociales y eso tiene las patas muy cortas.
Si tras las próximas elecciones los resultados fueran favorables, iguales o mejores que los de ahora, ¿Entraríais en el Consell?
Yo creo que sí. El análisis que se hizo para no entrar en el Gobierno era que podíamos forzar desde fuera, en una situación en la que no teníamos mayoría, a arrastrar al PSOE a una posición transformadora. Ahora, con una estructura más fuerte y una mejor posición, creo que sería lógico.
En el debate de política general marcasteis una línea bastante dura con el Consell, dejando ver vuestras prioridades en las iniciativas. Ahora que es el momento de la ejecución... ¿Qué líneas tiene que haber sí o sí para que apoyéis los presupuestos?
La idea que pretendíamos mostrar en el debate es que estamos a mitad de legislatura. Había grandes expectativas en este Gobierno y lo que no se consiga ahora no se va a conseguir. No podemos perder la oportunidad tras 20 años del PP. Eso se tiene que traducir en propuestas que transformen.
Esas líneas tienen que verse en los presupuestos. En la que más hincapié se ha hecho es la tasa turística como forma de generar ingresos y que revierta los beneficios del turismo, que sea un modelo de calidad, que respete los derechos laborales y nos dé un modelo de ciudad en el que los derechos de los visitantes y los ciudadanos se respeten.
Incidimos en la parte social, en cómo luchamos contra la economía sumergida, cómo somos capaces de armar una renta básica lo más completa posible, en luchar contra la pobreza, en poner los primeros pasos para una renta básica universal, plan de choque en vivienda…. Y formas que nos permitan garantizar esos ingresos. Una sería la tasa y estamos trabajando en una propuesta que tenga que ver con cómo auditamos la deuda, manejar los altos cargos…
La auditoría -de la deuda pública- estaba en el Pacto del Botánico y ha avanzado poco o nada. Lo hemos trabajado con Madrid, que es un buen ejemplo y aquí no se ha avanzado. Es necesario y más con este nivel de infrafinanciación.
También planteaste establecer un mecanismo para que en los presupuestos llegaran enmiendas ciudadanas, ¿Cómo se desarrolla?
Los planteamos en dos fases. Una es una apuesta por que la ciudadanía participe en los presupuestos. Estamos viendo cómo porque a nivel autonómico es más complejo que a nivel municipal. Lo estamos trabajando con la Conselleria de Transparencia y lo propondremos la próxima semana.
Luego, a nivel interno, hay que ver cómo plantear enmiendas como forma de debate público, que la gente vea cómo funcionan los presupuestos y cuáles son las prioridades.
Y en la Auditoría Ciudadana del Botànic... ¿Entra Podemos como examinado?¿Cómo se va a ejecutar?
Sí, se debería examinar la acción de Podem, pero fundamentalmente es un examen de la acción de Gobierno. Para ver qué se ha conseguido y si se está haciendo bien.
Lo planteábamos también en dos ámbitos: una parte más sectorial, de rendición de cuentas, con mesas ciudadanas donde haya movimientos sociales, y otra de gente que no esté asociada, ciudadanía en general, a través de encuestas representativas de la sociedad valenciana, que nos den unos datos fiables y que la gente tenga la posibilidad de opinar. Cuando convoquemos la comisión de seguimiento del acuerdo tendremos que negociar cómo llevarla a cabo, haciendo hincapié en que sea independiente. Por ejemplo, con el apoyo de las universidades.
Estas son tres propuestas que requieren de bastante participación, pero vuestro último proceso indica que habéis tenido problemas con eso...
Es distinto. En un momento en el que no se puede dar la vuelta tan rápido al modelo social, sí puedes avanzar en reconstruir el tejido social, generar el debate ciudadano y que sirva para avanzar en transparencia. Me preocupa que la gente conozca el Botánic y debata sobre él, luchar contra la desafección política.
En nuestro caso particular ya lo comenté, teníamos que hacer autocrítica, pero los procesos internos son menos estimulantes que decidir sobre las políticas públicas que nos afectan. Tenemos que derivar nuestra forma de participación de una más virtual a una real. A esto se suma el proceso de agotamiento, que se acababa de votar la moción de censura… Cada votación interesa más o menos. No estoy descontento con la participación de la Asamblea Ciudadana, pero debería ser más alta.
¿Y cómo se estimula a la gente para que participe?
Muchas veces parece que culpamos a la gente de no querer participar y yo creo que eso viene en cómo generas esos cauces. Muchos ya tienen bastante con sobrevivir, cuidar a su familia, tener varios empleos… hay que liberar espacios para que la gente pueda hacer política. En el corto plazo, en lo que tenemos que ocuparnos ya, es en que la Adminsitración facilite esos cauces: tiene que haber un proceso de información, una campaña, y tener una televisión autonómica ayudaría… Además, hay otros aspectos estructurales: que la gente joven no vota, para lo que hay medidas como ampliar la edad de voto, incentivar a través de asignaturas como Filosofía… Tiene que ver con una visión cultural que se aleja de la política y que desde las administraciones no se han tomado en serio incentivarlo. No veo justo poner el foco en la parte más débil de la ecuación.
Vosotros impulsáisteis el proceso de reapertura de la radiotelevisión pública y de la ley audiovisual, ¿Cómo te parece que está gestionando? ¿Qué te parece el conflicto con los extrabajadores?
Los comentamos también en el debate. La radiotelevisión era uno de los ejes principales en el inicio de la legislatura, por su papel simbólico y por necesidad política… Cuando hablamos de políticas lingüísticas, no tener un contexto cultural que ayude hace imposible impulsarlas; la cuestión del sector audiovisual, de vertebrar el territorio… La televisión autonómica es una herramienta fundamental para eso, si se hace bien.
Hay aspectos mejorables, como el ser capaces de combinar el problema jurídico y social de los extrabajadores con no cerrar la puerta a las nuevas generaciones. En la forma de acceso que hay ahora, la de la bolsa temporal, no se puede revertir ya, pero en las próximas, valorando la experiencia, deberían entrar en juego otros valores si queremos tener una televisión moderna. Se apostó por que el consejo rector fuera independiente, fue una decisión de consenso, pero esperábamos que el consenso se reflejara entre el consejo rector y otras entidades del sector.
¿Cómo se coordina un grupo parlamentario en el que la mayoría de personas no son de la corriente que ha ganado el proceso interno?
Cuando los procesos son abiertos y democráticos, evidentemente se presenta mucha gente; unos ganan y otros pierden, y a partir de ahí hay que trabajar en equipo. Creo que el debate fue una muestra de que va a ser fácil de coordinar, todo el mundo está trabajando en equipo y dispuesto a aportar y trabajar. Estoy satisfecho en esta primera prueba.
En un mes dos mujeres con puestos de relevancia han abandonado la formación. Eso te obligó a desdecirte de tu propuesta para optar a la dirección... ¿Habéis reflexionado sobre la representación femenina?
Ya empezamos con dos mujeres menos por los resultados electorales. Luego al irse Covadonga [Peremarch] nos quedamos con otra menos. La marcha de Sandra Mínguez muestra la dureza para las mujeres de hacer política. Para todos, en general, porque no es lo mismo ser diputado o diputada de Podemos que del PP. Además, si eres mujer y joven, la dureza se multiplica. Para nosotros la reflexión es ver cómo compaginamos el hacer política con ritmos genéticos con ser una organización que cuide a la gente, que no te haga pasar por la trituradora. Una organización con ritmos más tranquilos, que no se vea forzada a irse. La feminización es un debate presente como formación feminista, pero tenemos que trabajar en ella.
¿Cómo garantizamos que se mantenga la paridad con los cambios? Es muy complicado. Se puede actuar a nivel legal, que es complicadísimo. A nivel interno, el mecanismo sería que la siguiente persona que se incorporara fuera mujer y eso implicaría hacer dimitir a alguien. Se puede poner en el reglamento interno, pero es muy complicado… Las listas cremallera no son suficientes.
En el debate hablaste de un País Valenciano desvertebrado… ¿Cuál es vuestro plan vertebrador?
Parte del éxito del PP fue construir un proyecto colectivo común. Manteniendo divisiones, pero confrontando contra Madrid por el agua, con Cataluña… Tenían un proyecto; un proyecto terrible, pero lo tenían. Ahora que ha caído tenemos que articular otro proyecto. Tenemos impedimentos geográficos, somos un territorio alargado, y culturalmente, por el conflicto hacia el valenciano. Eso hace que no tengamos referentes culturales comunes, algo que nos iguale a todo. Eso debe venir con cuestiones físicas como infraestructuras, pero la financiación autonómica podría ser una cuestión que una, porque son los derechos de todos. No se han generado elementos de cohesión nuevos. Ese es un trabajo para el futuro, tener espacios que nos hagan partícipes del proyecto común. Que no seamos una tierra de corrupción y sí de derechos. Que la gente se sienta orgullosa de formar parte de un proyecto para cuidar a sus ciudadanos.