La exdirectora del IVAM Consuelo Ciscar, al borde del banquillo por catapultar la carrera artística de su hijo con favores del museo
Consuelo Císcar, exdirectora del IVAM y esposa de Rafael Blasco, condenado por corrupción, está cada vez más cerca del banquillo. La Audiencia Provincial de Valencia ha confirmado el auto de procesamiento dictado por el Juzgado de Instrucción número 21 el pasado 11 de junio contra Consuelo Císcar, su asesora Pilar Mundina y el ex director económico de este museo Juan Carlos Lledó por los supuestos delitos de malversación, prevaricación, falsedad y cohecho.
El auto confirmado por la Audiencia Provincial atribuía a Consuelo Císcar un uso personal del IVAM para beneficiar la carrera artística de su hijo Rablaci (acrónimo de Rafael Blasco Císcar) mediante la compra con fondos públicos de obra de artistas que en paralelo ejecutaban servicios similares para las exposiciones o los catálogos del joven escultor. La defensa de Císcar consideraba que la investigación ha sido prospectiva por lo que solicitaba la nulidad de las diligencias practicadas bajo el secreto de las actuaciones.
“El auto impugnado contiene una relación exhaustiva de los hechos objeto de investigación, con mención de los indicios incriminatorios que excluyen una posible decisión de sobreseimiento de la causa”, responden los magistrados de la sección segunda de la Audiencia de Valencia.
Los recurrentes alegaron que los hechos investigados son “meras irregularidades administrativas” y aseguran que no hay pruebas de los delitos que se investigan. La Audiencia de València desestima este argumento aduciendo el carácter “subrepticio” de este tipo de conductas, llevadas a cabo “sin proyección exterior de la verdadera naturaleza de los acuerdos ilícitos”. “Y tampoco cabe esperar la colaboración de quien, de un modo u otro, se ha visto implicado o ha colaborado”, añaden.
El auto enumera los correos electrónicos de varios responsables del museo en los que se refieren a la participación de Rablaci en exposiciones en el extranjero o la traducción de su currículum vitae. También el transporte de sus esculturas por parte de Logística del Arte SL, la empresa de cabecera de Císcar en el IVAM. En uno de los correos, la directora del área técnico-artística del museo escribe a una galerista de Madrid con especificaciones para elaborar una factura de Rablaci, exculpado por la Fiscalía Anticorrupción. Consuelo Císcar aseguraba que todos estos servicios de sus subordinados a su hijo eran meras “colaboraciones desinteresadas” fuera del horario laboral de los directivos del IVAM.
En la causa, también existen indicios de que la empresa Lambe-Nieto SL habría facturado al IVAM servicios de traducción destinados al hijo de la directora. El crítico de arte Rafael Sierra comisarió una docena de exposiciones de Rablaci y no cobró importe alguno pero la cuestión, a juicio de la Audiencia de Valencia, estriba en que Sierra “se habría beneficiado mediante la obtención de servicios de comisariato a cargo del IVAM y la irregular adjudicación, según el informe de la Intervención, de la publicación de Cuadernos del IVAM”, sin estudio previo de la contratación para determinar el precio del contrato más conveniente. Fue, según declaró el director de publicaciones, una decisión personal de Consuelo Císcar, tal como ella misma reconoció (negó que hubiera “móviles espurios”).
El auto confirmado describe ciertas gestiones del crítico de arte a favor de la carrera artística del hijo de la directora: Sierra propuso exposiciones de Rablaci al Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo y a la galería Raquel Ponce de Madrid, según correos electrónicos intervenidos por la Udef. También aparecen en escena el matrimonio de artistas formado por Ramón de Soto y Natividad Navalón, muy cercano a la directora del IVAM.
El museo les habría “obsequiado” con exposiciones y compras de obras de arte y, además, también asumió los gastos de las exposiciones internacionales de ambos artistas, por “decisión de la directora”. Los magistrados recuerdan que el IVAM adquirió algunas de sus obras con un sobrecoste (en total, la pinacoteca se gastó más de 330.000 euros en obras del matrimonio). Todo ello a cambio de la colaboración que habrían prestado en la promoción de la carrera de Rablaci. Ramón de Soto era decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández, con sede en Altea, cuando Rablaci estudiaba allí tras una estancia en París.
La instrucción del caso ha detectado la misma mecánica con los artistas Michelle Dalmance, Julio Quaresma y Alberto Corazón, a los que el IVAM habría comprado obras de arte y concedido comisariados supuestamente a cambio de su labor en la promoción del joven artista, según el auto. Por otro lado, la investigación ha acreditado que el empresario Enrique Martínez Murillo, responsable de la mercantil Logística del Arte SL, habría asumido gastos de transportes y viajes personales relacionados con las exposiciones de Rablaci “a cambio de contrataciones con el IVAM”. La empresa abonó, entre otros, los gastos de transporte de la obra de Rablaci a una exposición de la Bienal de La Habana.
La instructora dictó el sobreseimiento respecto a cuatro trabajadores del IVAM inicialmente investigados: Raquel Gutiérrez, Juan García Rosell, Jorge Reyes y María Ángeles Valiente. Además, la Fiscalía Anticorrupción solicitó el archivo de la causa respecto de la asesora de Ciscar, Pilar Mundina, al no apreciar indicios de prevaricación y concluir que no participó en ninguna posible irregularidad. La Audiencia entiende, por el contrario, que el auto recurrido señala a Mundina como “ejemplo de abuso de Ciscar en su puesto de directora gerente del IVAM para sus fines personales y la promoción de la carrera artística de su hijo”.
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