El recuerdo de Carlos Pérez está vivo en la cultura de los museos
Tres años después de su muerte, el recuerdo de Carlos Pérez García (Valencia, 1947-2013) sigue vivo en el mundo de la cultura, que él tanto amó y donde jugó un papel destacado gracias a su multifacética formación, su curiosidad incansable y la capacidad de involucrar a equipos de todo tipo, especialmente en el ámbito de la museografía, pero también de las publicaciones culturales y del debate intelectual.
La Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte ha anunciat este viernes que ha aprobado la propuesta del director del Centro de Carme, José Luis Pérez Pont, responsable del Consorci de Museus, de otorgar el nombre de Carlos Pérez a la sala temporal situada en la planta baja del Centro de Cultura Contemporánea.
Considerado uno de los grandes nombres de la museografía de las últimas décadas, Carlos Pérez es un referente imprescindible del panorama artístico valenciano, que dedicó su trayectoria profesional a que Valencia dejara de ser lo que él denominó “la capital de la Tierra de la Modernidad Imposible”.
Pérez Pont ha explicado: “Con este tributo queremos llevar a cabo un acto de justicia simbólica por el papel innovador y crítico del trabajo que durante toda su vida desarrolló Carlos Pérez. Sus iniciativas en el campo de la pedagogía y la inclusión social a través del arte continúan resultando pioneras, puesto que es una referencia indiscutible para el nuevo Centro de Carme, donde estamos emprendiendo proyectos educativos que abren la puerta de la activación cultural desde la primera infancia”. Para inaugurar la sala, el Consorci de Museus realizará un acto de homenaje el 26 de enero, que estará presidido por el conseller Vicent Marzà.
Licenciado en Ciencias de la Educación por la Universitat de València, Carlos Pérez profundizó en el diálogo entre el arte moderno y los movimientos pedagógicos renovadores desde los años 70 con el diseño de materiales didácticos, con influencias de Maria Montessori o la Bauhaus y con el “Taller del niño”, un proyecto colectivo ubicado a la calle de Guillem de Castro, para fabricar y comercializar estos diseños vanguardistas que fue también pionero al dar trabajo a personas con diversidad funcional.
A mediados de los años 80 fue director general de Servicios Sociales de la Generalitat Valenciana y en 1989 entró en el Departamento de Didáctica y Comunicación de la IVAM, institución de la que después sería conservador de material impreso y conservador jefe de la colección.
En 2000 se incorporó como conservador al Museo Reina Sofía de Madrid, y en 2005 volvió a Valencia para hacerse cargo del programa expositivo del Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (Muvim), que definía las tres grandes líneas de la institución: el arte gráfico, la fotografía y el libro ilustrado.
A lo largo de su trayectoria profesional, escribió textos sobre artistas como por ejemplo Picasso, Steinberg, Grosz, Torres García, Depero y Gómez de Serna, entre otros. También escribió literatura de ficción, a veces bajo pseudónimo.
Reconocido internacionalmente, en 2004 el presidente de la República de Chile le otorgó la Orden de Bernardo O’Higgins en grado de comendador; en 2011 recibió la medalla de honor del Ministerio de Relaciones Exteriores checo, y en 2012, la Embajada de Francia le impuso la insignia de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.
