La Policía Local de Requena no tiene etilómetro, el dispositivo para detectar estados de alcoholemia, desde hace más de un año. Así lo ha denunciado el sindicato CCOO dentro de las diferentes reclamaciones de equipamiento que ha hecho ante lo que considera un estado de “precariedad” del cuerpo policial local.
Según CCOO “esta precariedad está motivada básicamente por la falta de recursos para la Policía Local junto con la inmovilidad de nuestros responsables para solucionarlos”, y advierte de que algunos ejemplos “lejos de ser banales, imprimen una inercia que, mantenida en el tiempo, se hace difícil de cambiar”.
En su enumeración destaca que llevan más de un año sin etilómetro, necesario para las tareas de seguridad vial, por lo cual no cuentan con un medio técnico pertinente para detectar o investigar el grado de alcoholemia de los conductores. Señala que hace más de un año el anterior aparato se retiró para ser revisado y que desde entonces no cuentan con el dispositivo, de lo que se ha alertado a la concejalía y que asegura que prometió la adquisición de uno nuevo desde 2017 para tener recambio durante las revisiones.
Ante esta situación el sindicato señala que los agentes deben recurrir al destacamento de la Guardia Civil de Tráfico a la hora de realizar las pertinentes pruebas cuando se detecta por la Policía Local un conductor ebrio o en la investigación de accidentes, “lo que sin duda duplica los recursos humanos y dilata el tiempo de espera de los conductores implicados”.
Por otro lado también denuncia la falta de pantallas protectoras de sobremesa para evitar contagios de coronavirus en los despachos de los grupos operativos, donde se toma declaración a las personas involucradas en cualquier suceso.
También reclama la instalación de aire acondicionado, puesto que únicamente se dispone en el despacho de jefatura y del personal administrativo, los cuales se encuentran cerrados por la tarde.
El mobiliario obsoleto es otra de las quejas de CCOO y lamenta que es usado “24 horas al día, 365 días al año”, lo cual provoca “dolores musculares a los agentes”, una circunstancia que ya ha sido denunciada desde hace más de tres años.