La Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente y las diferentes asociaciones agrarias y municipios interasados ha alcanzado un acuerdo in extremis a última hora de este jueves en lo referente a la autorización para la quema de paja de arroz.
Finalmente, desde Medio Ambiente han accedido a ampliar la superficie autorizada para llevar a cabo esta práctica en los campos del sur, más bajos y húmedos y por tanto más susceptibles de sufrir plagas, mientras los agricultares han aceptado reducirla en las tierras de interior.
Así, en total los agricultores de la zona de Albufera y alrededores podrán proceder a quemar la paja de arroz en unas 6.000 hectáreas de terreno, lo que supone entre un 50% y un 60% menos que el año pasado, según han informado fuentes de la Conselleria.
En cuanto al calendario de las quemas, empezarán entre el 2 y 3 de octurbe en las zonas más inundables por el riesgo de que se pueda pudrir la paja y se irá haciendo de forma progresiva y en función de la meteorología hasta diciembre.
En cuanto al resto de residuos, las mismas fuentes han explicado que se buscarán alternativas como el compostaje, lecho para ganado, e incluso para la elaboración de ninots falleros.
En este sentido, los investigadores y profesores de informática de sistemas y computadores, Miguel Sánchez, y de Bellas Artes, Rubén Tortosa, vienen desarrollando un proyecto en la Universitat Politècnica junto a los también investigadores Xavi Mas del Departamento de Restauración y Bienes Culturales y Jose Ramon Albiol del Departamento de Construcciones Arquitectónicas, basado en la creación de una masa realizada a base de serrín y paja de arroz que se pueda usar para elaborar fallas y que no sea contaminante.