Sin recursos para un curso de defensa personal a funcionarios y 7.656 euros para un taller de técnicas de combate a reclusos
El sindicato Acaip (Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias) denunciaba el pasado mes de agosto que la dirección del centro de Picassent había autorizado un curso de boxeo, body combat y otros deportes de contacto para los internos de la prisión, unas sesiones impartidas a hombres y mujeres por un recluso condenado por abusos sexuales a menores.
Desde la plataforma de mayor representación en el ámbito penitenciario, se trata de un “enorme despropósito”, ya que entienden que pone en “grave riesgo” la seguridad tanto de los trabajadores como de los internos. Así, advierten que las técnicas que se imparten “pueden ser utilizadas contra los funcionarios o contra otros reclusos”.
En este punto, recuerda que cada año son agredidos varios trabajadores y que las peleas y amenazas entre presos son “algo frecuente”, al tiempo que apuntan que no se trata de una actividad “orientada a la reinserción de los internos”, sino que se trata de un “mero entretenimiento de carácter violento”.
Acaip preguntó por el coste de los materiales adquiridos para dicho curso: “La administración penitenciaria reconoce que se han gastado un total de 7.656,33 euros en material para impartir dicho curso”. Las facturas facilitadas confirman que se adquirieron “todo tipo de protecciones, sacos, lona de ring, guantes, cascos, al menos 90 combas y hasta sujetadores deportivos”, además de recordar que las cuerdas de tales dimensiones “son consideradas siempre un objeto prohibido dentro de los centros penitenciarios, ya que pueden servir para realizar una fuga”.
En este sentido, lamentan que “mientras se gasta sin rubor alguno toda esta gran cantidad de dinero en este curso” para los reclusos, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias descarta el de defensa personal para los trabajadores, “que se venía realizando todos los años”, por “falta de fondos”.
