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Detección rápida de brotes y PCR a contactos de positivos, claves de la baja incidencia del virus en territorio valenciano

Sanitarios realizan pruebas PCR. EFE/Eliseo Trigo/Archivo

Carlos Navarro Castelló

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Las casualidades pocas veces se dan y menos en una situación tan grave como la actual pandemia. Según los datos del Ministerio de Sanidad, a 2 de octubre la Comunitat Valenciana es la que menos incidencia acumulada tiene de contagios, con 103,84 positivos por cada 100.000 habitantes en los 14 días anteriores y 42,13 en las siete jornadas anteriores.

La media española asciende a 269,49 infectados por cada 100.000 habitantes en las dos últimas semanas y a 110,64 en una semana. Madrid, la comunidad peor parada, presenta 647,91 casos en los últimos 14 días y 234,42 en el acumulado de una semana, periodo en el que le supera Navarra, con 330,63 casos por cada 100.000 habitantes.

Tanto la alta densidad poblacional como el hecho de ser un destino turístico potente son factores que elevan de forma exponencial el riesgo de transmisión. Sin embargo, ¿por qué entonces la Comunitat Valenciana, que incluye la tercera área metropolitana más grande, como es València con 1,5 millones de habitantes, y siendo uno de los principales referentes turísticos de España, presenta una incidencia tan baja de contagios?

Varias son las claves y tienen más que ver con un proceso de reestructuración por el que se apostó hace años, y que ahora permite un seguimiento de los contagios casi en tiempo real, que con inversión pura y dura en infraestructuras o PCR masivos.

Según la subdirectora de Epidemiología de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública, Herme Vanaclocha, “en el año 2005 se inició un proyecto en el que se entendía que debían estar en una misma red coordinada e integrada microbiólogos, infectólogos (especialistas de los hospitales en enfermedades infecciosas) y epidemiólogos de Salud Pública que llevan el control de lo que sucede en los hospitales y fuera de ellos”.

Vanaclocha explica que se creó “un sistema de información potente e integrado, una red que en tres años logró conectarse a todos los laboratorios, que notifican cada día todo lo que pasa y todo lo que ven, por lo que se sabe todo lo que está pasando en el sistema público casi en tiempo real”.

Con esta base de coordinación ya engrasada, explica, “se debaten y establecen los protocolos de una forma mucho más rápida porque partimos de una base de muchos años funcionando en red”.

Por otra parte, pese a que Salud Pública, como en el resto de autonomías, cuenta con una estructura débil, se apostó “desde el primer momento por trabajar de forma conectada con atención primaria, de forma que se puede acceder directamente al historial de cualquier paciente, y cuando a un sospechoso se le hace la PCR ya se sabe quiénes son sus convivientes para que se queden aislados hasta que haya un resultado de la prueba; todo esto agiliza mucho el estudio de contactos”.

La baja tasa de PCR es una de las cuestiones que critica la oposición en la autonomía valenciana, como explicación a esa reducida incidencia de contagios. Ciertamente, entre el 22 y el 28 de septiembre se realizaron 1.087,04 pruebas por cada 100.000 habitantes, la cifra más baja de España, solo superada por Melilla y Ceuta.

Vanaclocha lo argumenta: “Nuestro enfoque no es hacer PCR masivos porque sí, eso no corta el virus; hay que hacerlo de una forma muy focalizada a todo aquel que ha podido estar en contacto con positivos, pero hacer por hacer no tiene mucho sentido”.

Además, añade que la Comunitat Valenciana tiene “el triple de brotes que otras comunidades, pero muchos menos contagios porque esos focos se detectan rápidamente y mediante PCR a esos grupos y sus contactos, se confina a los positivos y se corta la transmisión, esa es la clave”.

Toda esta organización también ha permitido tener un seguimiento muy exhaustivo de la evolución de la pandemia en territorio valenciano y adoptar medidas concretas cuando se ha considerado: “Pasamos momentos difíciles en la segunda y tercera semana de agosto y fue cuando se decidió cerrar el ocio nocturno, entre otras medidas, como ha sido después confinar poblaciones como Benigànim o prohibir las reuniones de más de diez personas en la ciudad de València. Si ahora mismo no se adoptan medidas más duras es porque la situación no lo precisa, pero esto puede cambiar de la noche a la mañana y, si se deben endurecer, se hará”.

Sobre la alta incidencia del virus en Madrid, Vanaclocha prefiere no entrar en análisis concretos, pero sí considera que “lo tiene complicado por la alta movilidad y densidad de la población”. Como reflexión general, comenta que “se ha dejado de invertir mucho en Salud Pública y puede que la afección del virus en cada comunidad autónoma tenga relación con la situación en que se haya dejado este departamento”.

Así, lanza una advertencia: “La situación en Salud Pública es muy precaria, hace falta invertir en especialistas porque en cuestión de dos o tres años nos vamos a jubilar la mayoría y no hay sustitutos”.

Recursos materiales y medidas especiales

La Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública ha adoptado una serie de medidas este verano que han servido para contener la transmisión. Entre ellas, a principios del mes de julio se aprobó el cierre del ocio nocturno en la ciudad de Gandía, se confinó en agosto la localidad de Benigànim y se adoptaron medidas especiales para la ciudad de València, debido a la evolución epidemiológica que presentaba en ese momento.

En cuanto a medios materiales, desde el inicio de la pandemia se han adquirido más de 1.000 toneladas de productos sanitarios y hay reservas suficientes para los próximos 6 meses, y se ha incrementado el personal sanitario un 16% con más de 10.000 trabajadores extra en los hospitales y servicios de Salud Pública.

Sobre la disponibilidad hospitalaria, se ha duplicado la capacidad hasta las 19.000 camas, se han aumentado las plazas de UCI hasta las 1.200 (un 24% más que en la primera oleada), se han duplicado los respiradores hasta los 900, se han habilitado tres hospitales de campaña con capacidad para 1.580 personas y se han adquirido equipos para hacer hasta 14.000 PCR diarias.

Como en otras comunidades, la presión sobre la atención primaria es muy grande y no deja de generar problemas como las protestas de esta semana de los sanitarios de los centros de salud, que exigen más medios. La Generalitat Valenciana ha anunciado que iniciará un proceso de equipamiento para modernización y digitalización de la atención primaria, con la adquisición y reparto de un total de 6.600 equipos informáticos y 4.000 webcam que se completará a finales del presente año.

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