Una pequeña horchatera valenciana sienta a Facebook en el banquillo por cerrar su página
Món Orxata, una empresa de Valencia que factura menos de un millón de euros con la venta ambulante y on line de horchata, está a punto de conseguir algo parecido a un hito: sentar a un gigante como Facebook -8.000 millones de dólares de facturación en el primer trimestre de 2017- en el banquillo de un juzgado español por el cierre de su página.
Las vicisitudes de Món Orxata con Facebook comenzaron en enero de 2016. Entonces, la red social decidió cerrar la página de la empresa sin previo aviso ni explicación alguna, siempre según su relato. La vía para vender horchata en toda España quedó tocada. Todo el contenido volcado desde 2009 en esa web, perdido.
La multinacional no contestó los requerimientos, vía correo electrónico o teléfonico, de Món Orxata. Ni en España, ni en Irlanda, base del gigante californiano en Europa. La empresa valenciana no daba crédito ante lo que consideraban prepotencia de Facebook. Tampoco se explica el cierre de la página.
Cree no haber violado ni su política comercial ni la de contenidos. Facebook impone condiciones muy estrictas a sus usuarios. Ha censurado desnudos e imágenes de gente obesa y bloqueado páginas que promocionaban un libro sobre masturbación femenina.
En ocasiones, trolleos masivos consiguen retirar páginas. Un “acoso machista organizado” logró la depuración de una página feminista. Y, a veces, como la compañía reconoce, la aplicación automática de las condiciones de uso -hecha en base a algoritmos- cierra páginas sin motivo alguno.
En Món Orxata desconocen los motivos del cierre, pero su actividad no parece recaer en ninguno de los apartados de riesgo. En cualquier caso, ante la falta de respuesta de Facebook y al considerar arbitrario el bloqueo sufrido, llevó el asunto al juzgado.
Ahí la empresa estadounidense sí compareció. Para oponerse a la pretensión de Món Orxata, que pide una indemnización de 6.000 euros por los perjuicios causados. Facebook intentó parar el asunto alegando que, como establece su política de uso, cualquier litigio contra la empresa es competencia de la justicia de California.
Un juez de Valencia, con el apoyo del fiscal, ha dicho lo contrario. En un auto de 10 de mayo de 2017, declara la competencia de la justicia española para estudiar el asunto. El magistrado recurre a jurisprudencia -“la cláusula de sumisión a tribunales extranjeros tiene un carácter rigurosamente excepcional”- y cuestiona directamente la política de Facebook.
La “red social, con incuestionable trascendencia mundial dado los millones de personas que hacen uso de la misma, obliga a quien con ella contrata, sea persona física o jurídica, a someterse a los tribunales de Estados Unidos, lo que desde un punto de vista práctico dificulta o limita el derecho a la tutela judicial efectiva de esos usuarios”, dice el auto.
En base a ese y otros argumentos -“el coste desproporcionado que tendría para el demandante tener que presentar una demanda en Estados Unidos”-, y con el apoyo del fiscal, el juez rechaza el recurso de Facebook para que la justicia española se aparte del caso.
En Món Orxata creen que, muy probablemente, Facebook -concretamente, Facebook Irlanda: allí las multinacionales pagan menos impuestos- se sentará en el banquillo. Contra la última decisión del juez no cabe recurso. El resultado del proceso está por ver. De momento, Món Orxata, que se rehizo del golpe que le propinó el PP de Valencia cuando concedió sus puntos de venta a una empresa de tapizados, ya tiene de nuevo operativa su página en Facebook.
A pesar de todo, la empresa “se declara seguidora convencida de la red de redes”. Según un portavoz, su objetivo es doble: “restaurar el honor y prestigio vinculados a la identidad digital” y ayudar a que Facebook “cambie su política a la hora de dar de baja un perfil de forma que nadie más, empresas o particulares, vea pisoteados sus derechos”.