Esquerra Unida ante el reto de salir de la crisis y recuperar la normalidad
Esquerra Unida celebra este sábado el Consell Polític que convocará la asamblea de donde saldrá la nueva dirección de la formación de izquierdas. Así, el sábado 24 de febrero se realizarán las votaciones y el día 25 la asamblea extraordinaria que acabará con la crisis en la que se encuentra la formación después de que el máximo órgano de dirección entre asambleas reprobara a su secretario general, a quién incluso llegó a pedir su renuncia.
De momento, tres son las sensibilidades que conviven en EUPV y que, si no se producen acuerdos de última hora, se disputarán el liderazgo de la formación después de que su actual coordinador general, David Rodríguez, haya quedado en cuestión en los últimos meses a raíz de su polémico viaje a Cuba con motivo del funeral de Fidel Castro costeado con fondos públicos provenientes del grupo de Esquerra Unida en la Diputación de Alicante.
A los dos sectores que se enfrentaron en octubre de 2016, encabezadas por el propio Rodríguez, que podría intentar ser reelegido a pesar de su delicada posición, y por la diputada provincial en Valencia Rosa Pérez Garijo, se sumará, si no hay un acuerdo de integración de última hora poco probable, el candidato de la corriente que lidera la excoordinadora Glòria Marcos. Se trata de Rafa Pérez, que fue alcalde de Buñol entre 2015 y 2017 y que se presentaría como una especie de 'tercera vía' para intentar pacificar y recomponer una formación que se encuentra partida en dos mitades totalmente enfrentadas.
De momento, y gracias a la mediación de la dirección de Alberto Garzón, se ha conseguido alcanzar acuerdos entre los dos bandos enfrentados. Así, se acordó la convocatoria de un Consell Polític y se ha llegado a un acuerdo para el reglamento de la asamblea, que contempla la elección del nuevo secretario general por sufragio universal de todos los militantes, y no por delegados como sucedió la última vez.
Desde los diferentes sectores de EUPV, pese a sus evidentes diferencias, coinciden en señalar que hay que acabar con la situación actual. “No se puede dirigir Esquerra Unida con media organización en contra, todas las sensibilidades deben estar integradas en la dirección”, confiesan. Ahora falta por ver si la asamblea del próximo 25 de febrero, y la nueva dirección que surja de ella, sirve realmente para devolver a la normalidad a una organización que en poco más de un año se enfrenta al reto de recuperar su presencia en instituciones como la Generalitat Valenciana o el Ayuntamiento de Valencia.