Roberto Jaramillo: “Nunca ha habido un problema entre Podemos y Esquerra Unida y se ha demostrado cuando hemos trabajado juntos”
Roberto Jaramillo, (Salas de los Infantes, Burgos, 1985) es concejal de València en Comú desde 2015. El mismo proceso electoral le valió también para ser diputado de Gobierno Abierto en la corporación provincial de Valencia. Un año antes, se presentó a la Secretaría General del partido de los círculos en la ciudad contra Jaime Paulino, actual dirigente en funciones, que formaba parte del sector que apoyaba Pablo Iglesias. Paulino fue elegido por el 58% de la militancia, unos 1.800 apoyos en el último proceso interno que afectaba a la ciudad.
Aunque hay otros cuatro precandidatos -necesitan de 50 avales para ser candidatos oficiales-, Jaramillo representa la oposición interna al secretario general. Su programa, de hecho, es prácticamente contrario a la dirección que hasta ahora ha llevado Paulino. Aunque ambos coinciden en un aspecto: dar por muerta València en Comú, la plataforma con la que concurrieron a las elecciones municipales.
Con la candidatura Juntes Podem -en femenino para visibilizar su apuesta feminista y no ser “un macho diciendo cosas”-, el concejal de Innovación aboga por una “candidatura plural, participativa e integradora con la vista puesta en los próximos meses”, integrada por activistas y estructurada en trabajos sectoriales para conformar una ejecutiva de 9 personas. Los sectores, de salirse victorioso, serían: justicia social, justicia ambiental, feminismos, transformación económica y derecho a la ciudad.
Pregunta: ¿Cuál es el plan para 2019?
Respuesta: Nosotros apostamos por la confluencia, por ir a espacios más amplios, no solo en lo electoral. Lógicamente, los actores fundamentales son Esquerra Unida y Compromís. Ahora, para hacer una confluencia, hay un actor extra: la sociedad civil. Si no conseguimos que se involucre en la confluencia de partidos, no tiene las posibilidades de victoria o el mismo sentido para poder presentarnos juntos.
¿Y para la ciudad de Valencia?
Primero tenemos que hacer un programa electoral. Es momento de ponerse a ello con un proceso participativo, que requiere un tiempo. Ahí ponemos en valor lo que tiene nuestro proyecto vinculado a lo sectorial, que tienen que nutrir de contenido político potente a la candidatura que se presente. También quiero decir que el programa electoral de València en Comú es una de las mejores cosas que ha hecho la plataforma, con contenidos como Valencia Ciudad Refugio, de los derechos para las personas. Hay que recuperar parte de ese programa porque todo no se ha conseguido en cuatro años.
¿Los ejes sectoriales son un avance de propuestas políticas?
Los ejes sectoriales marcan cuales son los puntos estratégicos, aun no son acciones, no estamos en ese punto. Hay un trabajo que ya se ha hecho desde la ciudad y que hay que apoyar. Como el que ha hecho València en Comú vinculándose a los posicionamientos de Per l'Horta y asumiendo su decálogo. ¿Es un programa electoral en el que hay acciones para presentar en 2019? No, porque no estamos en ese punto. Señalamos los ejes sobre los que hay que vertebrar esa candidatura, que además aún no sabemos cómo será.
Con la nueva coordinadora, Rosa Pérez, parece que hay buen ambiente. Ya has dicho que queréis una confluencia con este partido. Pero en una entrevista dijiste que VeC había estado secuestrada por un grupúsculo de Esquerra Unida que torpedeaba su funcionamiento...
No era un problema de Esquerra Unida. Ese sector se presenta ahora en Podemos. Están en todo su derecho, les deseo fuerte y los inscritos decidirán. Nunca ha habido un problema entre Podemos y Esquerra Unida y se ha demostrado cuando hemos trabajado juntos, el trabajo con Rosa siempre ha sido positivo. En los posicionamientos políticos probablemente tengamos coincidencia al noventa y pico por cien y no me extrañaría que en formaciones como Compromís dentro de sus familias políticas tengan más divergencias que las que hemos tenido Rosa y yo este mandato.
¿Los conflictos internos dificultan la creación de un partido?
Sí. Hemos pecado, y deberíamos hacer autocrítica, de ombliguismo. Los procesos orgánicos son siempre desgastantes, no hay forma de que no lo sean. Ahora, creo que son una posibilidad de ilusionar. Me presento porque estoy ilusionado con el proyecto que hemos creado y mi propósito es ilusionar al resto, ser voz de lo que la gente está pidiendo.
Has comentado que queréis una candidatura con movimientos sociales al estilo de Barcelona o Madrid. Ambas ciudades cuentan con dos líderes muy conocidas, Ada Colau y Manuela Carmena, un factor muy importante. Aquí, ¿quién podría ejercer este papel?
Hay dos niveles, uno electoral, de hiperliderazgo, que son figuras visibles, muy importantes, pero se construyen. Es imposible no ver el liderazgo que ejerce Manuela Carmena, pero antes de que se presentase, ese liderazgo no existía, se construyó en torno a ella. El espacio municipalista, que luego fue Ahora Madrid, tuvo una construcción en paralelo, o previo a la construcción de la candidata. Creo que ahora estamos en ese momento, de construir un espacio amplio, ilusionante y con posicionamientos políticos. Y, a partir de ahí, pensar en candidatos y construir el perfil público que tienen que dar.
¿Qué diferencia el proyecto que has presentado del funcionamiento de València en Comú?
En lo teórico, en la idea del acuerdo y el espacio amplio, muy poco. Lo que pasa es que VeC no se ha convertido en una marca consolidada y no ha conseguido atraer a más gente. Creo que la dinámica interna ha centrifugado a mucha gente hacia afuera. Creo que hay que hacer autocrítica y que todos somos responsables, pero no se puede pretender que un marco que no ha funcionado, lo haga ahora. No es el espacio unitario que hubiéramos querido, hay que intentar que Podemos lo sea, pero mirando hacia el resto de fuerzas transformadoras.
Los datos de participación en los procesos internos son bastante bajos. ¿Crees que tenéis un problema para conectar con la sociedad?
Bueno... Que son bajos depende de con qué los compares. ¿Es baja si decimos que es un 20%? No es alta, lógicamente. Pero hay que ver de qué universo habla ese 20. Nosotros tenemos un espacio que ha puesto la prioridad en que cualquiera puede participar. En Podemos estatal hay cerca de medio millón de inscritos. Claro, decirle a todo el mundo que puede participar tiene ventajas e inconvenientes. Es más plural y permeabiliza mejor con la sociedad, pero abre la mano a que hay personas que se inscriban para votar una vez y no volver a hacerlo. Es normal, no podemos obligar a nadie a que participe. Creo que podemos hablar de una participación alta si hablamos de cuánta gente acaba votando en los procesos internos. Creo que en la anterior convocatoria fueron 1.500 personas para elegir al Consejo Ciudadano, es una cifra más que representativa. La vida orgánica interesa menos, me parece lógico, vamos a intentar que sea más ilusionante, pero creo que los números son aceptables. Además, si comparamos Valencia con el resto del Estado, que es la ciudad con más candidaturas y que la Comunidad Valenciana sea la que más procesos va a tener porque hay más inscritos habla muy bien de la participación... Un 20% puede sonar bajo, pero si lo analizamos en realidad hablamos de una participación alta.
¿Y los círculos?
Creo que tuvieron el momento de estallido con las elecciones europeas y que ha habido un reflujo es más que obvio. La gente se quema, llevamos tres años, y aguantar todas las semanas acudiendo a tu círculo a participar cuando tienes vida personal... Es complicado. La militancia constante y voluntaria es muy difícil de conseguir. Creo que hemos pecado de hablar poco con los círculos y de darles poca representación en la toma de decisiones. Una de las banderas de este proyecto es ese, devolverles la voz a los círculos, potenciar su trabajo... Eso hará que las personas que quieran involucrarse lo hagan más agusto y quieran volver.
¿Cuál va a ser el proyecto feminista de Podem?
Primero tenemos que destacar el éxito que supone para la sociedad el estallido desde el 8M. Es una materia trasversal y nadie debería apropiársela. Creo que Podemos ha hecho mucho para que la agenda feminista esté sobre la mesa, pero no es un mérito de Podemos. Afirmarlo es irreal y nadie lo debería hacer. Hay muchas organizaciones feministas que han hecho un trabajo espléndido en la ciudad de Valencia. A nivel interno, Podemos ha hecho mucho trabajo, consensuando cuotas de paridad mínimas y debemos seguir en esa línea, adaptando los documentos de las compañeras feministas. Nos corresponde hablar más con el movimiento feminista y adaptar sus propuestas donde tengamos la capacidad. Por ejemplo, en Las Naves vamos a igualar los permisos de paternidad y maternidad.
Las Diputaciones siempre se han visto como una entidad de funcionamiento opaco y caciquil. Tú que llevas el área de Gobierno abierto... ¿Cómo es ejercer de contrapoder dentro del poder?
Supone cuestionarse a uno mismo todo el rato. Si lo que uno está haciendo no está reforzando un sistema que no quiere... Cuando hablamos de Gobierno abierto, hablamos de empoderar a la ciudadanía y de distribuir el poder que ejerce un organismo hacia las personas. Nosotros trabajamos con los ayuntamientos y creo que hemos hecho una buena labor, hemos dado más dinero que nunca alos ayuntamientos para que lo destinen a estas funciones. Esta Diputación es muy municipalista, pero se viene con muchas contradicciones. Por ejemplo, que la elección de los diputados no sea directa, que sean cuotas de partidos. Creo que es un error y hace que esta institución no mejore, no cambie de siglo y no sea representante de la voz de la ciudadanía.