Por qué los corruptos tienen suerte con la lotería
Las técnicas para blanquear dinero son muchas. Joyas, coches de lujo, obras de arte...y hasta lingotes de oro. Todo remedio es bueno para convertir en legales los fondos de procedencias ilícita. Pero, a estos métodos se suma uno habitual en los casos de corrupción que acechan al PP valenciano: la lotería.
Según sospecha la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el PP de Valencia no solo habría blanqueado el dinero negro para financiar las campañas electorales a través de llamado 'pitufeo'. También habría utilizado los décimos de Navidad. Al menos, eso se desprende de las anotaciones contables realizadas por la secretaria del grupo municipal e imputada en la 'operación Taula', Mari Carmen García Fuster.
En la libreta denominada 'Deutsche Bank' aparece bajo el concepto de “ingreso lotería” la anotación de 60.000 euros. Aparte de la lotería y de las donaciones, en la sección de los ingresos solo está incluidas las cuotas de los afiliados. Lo que ha despertado las sospechas de la UCO es que la lotería se compute como ingreso antes incluso de que se abone. De hecho, su compra se registra días después, en 2016. Es decir, semanas después de celebrarse el sorteo.“La lotería se hacía para ganar fondos”, recoge el acta de declaración de la exconcejal de Cultura, María José Alcón, ante el instituto armado.
La lotería también se cruzó como protagonista en el saqueo de Emarsa. En medio de la instrucción del caso, el exvicepresidente de la Diputación de Valencia y presunto cabecilla de la trama, Enrique Crespo, tuvo un golpe de suerte. Le tocó un segundo premio de 125.000 euros por décimo, al igual que al expresidente de la Diputación de Valencia e imputado en la 'operación Taula', Alfonso Rus. Crespo, según un auto del juez del caso, distribuyó entre sus familiares hasta 22,7 millones de euros en décimos de lotería de Navidad. Con un objetivo claro: evitar un embargo judicial. El juez ante estos hechos ordenó bloquear un total de 12,4 millones de euros de cuentas bancarias de los familiares de Crespo.
Sin embargo, uno de los presos por corrupción que más suerte tuvo fue sin duda el expresidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra. Considerado por los expertos como un método perfecto para lavar dinero, durante el juicio al hombre que reinó en Castellón la Fiscalía Anticorrupción le interrogó por su extraordinaria suerte en la lotería durante la última década. Uno de los interrogantes que nunca se resolvieron del juicio al expolítico del PP fue saber qué pasó con los 2,2 millones de euros que supuestamente ganó en premios grandes entre los años 2000 y 2011.
Con una probabilidad de una entre muchos millones de ganar hasta cuatro grandes premios de la lotería, Fabra se jactó de ello. Y tras embolsarse dos millones en el premio gordo en 2008, afirmó sobre el siguiente sorteo: “Si me toca me sacaré la pirula y mearé en la sede de Izquierda Unida”. Tal cual.