Un hombre asesina a tiros a su expareja en Vinaròs
Un hombre ha asesinado este viernes a su expareja en el municipio castellonense de Vinaròs. Tras dispararla, se ha suicidado.
Tanto la mujer como el hombre, de 35 y 40 años, vivían en Alemania y tenían su segunda residencia en la localidad castellonense. Fuentes oficiales señalan que la voz de alarma la habrían dado los familiares de la pareja. Las primeras hipótesis apuntaban a que la mujer podría estar embarazada porque en el piso de la víctima había una cuna.
Se trata del tercer caso mortal de violencia machista en poco más de dos semanas que se ha producido en la Comunitat Valenciana después de los hechos ocurridos en Elda donde fue asesinada otra joven y en Alzira, donde un hombre degolló a su hija, según ha testificado, por venganza hacia su madre. En ese caso, la mujer había presentado cuatro denuncias contra su agresor antes, la última supuso el arresto del agresor, pero acabó siendo puesto en libertad.
En lo que va de año, 44 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas, según las estadísticas oficiales del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que contabiliza también a 23 menores huérfanos. Este sábado se celebra el día contra la violencia machista, que pedirá internacionalmente el fin de todos los tipos de violencia sobre las mujeres.
Juan Carlos Moragues, delegado del Gobierno, ha declarado pocas horas después del asesinato que la casa en la que se encontraba la víctima, llamada Catarina, estaba al lado de otro inmueble en el que habitaban sus padres. El presunto asesino era su expareja sentimental y viajó a Vinaròs desde Alemania, según explicó el delegado.
La muerte se produjo por un disparo que el hombre habría efectuado desde la entrada de la casa. Después se suicidó en ese mismo punto de la vivienda. Acerca del posible embarazo de la mujer asesinada del que se habló en un primer momento, Moragues ha explicado que “es un tema muy delicado, muy íntimo y personal, y hay que esperar un resultado de la autopsia”.
Fuentes conocedoras del caso explican que la primera sospecha sobre el hipotético estado de gestación partió de los servicios médicos de emergencia que vieron el cadáver. Según publica el diario Mediterráneo, la familia desmintió que Catarina estuviera encinta y atribuyeron la confusión a la existencia de una cuna en el inmueble, que era de alquiler.