El trencadís vuelve a lucir en la cubierta del Palau de les Arts
El Palau de les Arts de Valencia vuelve a lucir el trencadís en su fachada conforme al diseño original del arquitecto Santiago Calatrava, después de las obras de reinstalación de este material cerámico típicamente mediterráneo.
Según informa el estudio del arquitecto valenciano, en las obras se han empleado el mismo tipo de azulejos y los mismos adhesivos utilizados inicialmente, y la empresa que ha realizado las obras ha sido una compañía valenciana especializada que ya realizó la instalación de estos materiales en la Ópera de Tenerife, también diseñada por Calatrava.
Durante aproximadamente doce meses, las empresas constructoras de la UTE Palau de Les Arts, bajo la supervisión del estudio del arquitecto y de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (CACSA), han estado llevando a cabo las obras de rehabilitación de la fachada para devolverla su aspecto original.
En este momento, la última labor en obra tras la retirada de los andamios consiste en la limpieza de la fachada, con ayuda de alpinistas, y pequeños remates.
Después de analizar las causas que produjeron el inadecuado comportamiento del material y tras realizar numerosos ensayos de laboratorio, se estudiaron las diversas opciones para recuperar la fachada del edificio, y se concluyó que debía recuperar el aspecto original con el que fue concebido.
En la reinstalación del trencadís se ha usado el mismo tipo de azulejos y adhesivos que fueron usados originariamente, y las labores de colocación han sido realizadas por una compañía valenciana especializada subcontratada para la recolocación de este material en la fachada.
Las operaciones de control de calidad llevadas a cabo, añaden desde el estudio del arquitecto valenciano, han mostrado que los actuales valores de adhesión de los materiales “tienen un comportamiento óptimo y distan mucho del rendimiento de la primera instalación”.
Las obras, en cumplimiento del acuerdo entre las partes (CACSA, el despacho del arquitecto valenciano y la UTE constructora del Palau), “no ha supuesto ningún coste a los ciudadanos”, y existe además el compromiso de supervisar el mantenimiento e inspecciones periódicas del trencadís durante los próximos diez años.