Esto es lo que debes saber si compras alimentos por internet y no quieres disgustos
Según la Asociación Española de Codificación Comercial (AECOC), patronal de las empresas de fabricantes y distribuidores, el 42 % del gasto por internet en gran consumo se destina a la alimentación.
Los datos de Aecoc Shopperview revelan que en el primer semestre de 2022 un 27% de los usuarios de internet compraron productos del sector por comercio electrónico, tres puntos más que en el mismo periodo de 2021.
Es esta una tendencia que se viene mostrando positiva desde la irrupción de la pandemia de COVID-19 y el subsiguiente confinamiento, tal como reflejan los datos del VII Estudio Anual de E-commerce en España 2020, realizado por IAB Spain y Elogia. En el mismo se calculaba que en España 22,5 millones de personas de 16 a 70 años ya compraban por internet, lo que representa casi un 70% de la población total española.
De acuerdo con los resultados del estudio, los productos que se compraron con más intensidad de la habitual en 2020 fueron los relacionados con la alimentación (48%), seguidos de los del hogar (32%) y tecnología y comunicación (29%).
Lo más apreciable en la comparativa entre ambos estudios, el de 2022 y el anterior de 2020, aunque se hayan realizado por diferentes organismos, es cómo se ha mantenido una tendencia a la compra de alimentos en la red que fue forjada durante la pandemia con una subida importantísima respecto a años previos, pero que tras la recuperación de esta no ha descendido, sino que parece que ha venido para quedarse.
Comodidad de compra, sin desplazamientos ni riesgos y stock amplio, se citan en los estudios y encuestas entre los principales motivos por los que suele realizarse la compra online de alimentos. Pero deben tenerse algunas consideraciones para no tener problemas.
La información que debes tener en cuenta en tres pasos
La información que debes tener en cuenta, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN):
- A quién estás comprando: el vendedor tiene la obligación de incluir en la página web el nombre o denominación social; la dirección; el correo electrónico; otros métodos de contacto (teléfono, formulario de contacto, etc.); el número de identificación fiscal (NIF); los datos de inscripción en el Registro Mercantil; la información clara del precio de los productos o servicios, indicando si incluye o no los impuestos y gastos de envío; los códigos de conducta a los que está adherido y la forma de consultarlos electrónicamente.
- Qué estas comprando: en el caso de la alimentación, los productos deben cumplir con la legislación española y europea sobre alimentos y el etiquetado debe estar al menos en español. Debes recibir la misma información que si los estuvieras comprando de manera presencial antes de realizar el pago (denominación del alimento, lista de ingredientes, cantidad neta, condiciones de conservación, país de origen o lugar de procedencia, modo de empleo, etc.), excepto la de la fecha de caducidad o de consumo preferente y el lote. Esta información sí estará disponible en formato escrito en el momento de la entrega.
- Qué debes comprobar cuando los recibas en casa: fíjate bien en el estado de la compra, sobre todo si se trata de alimentos perecederos refrigerados o congelados (deberá mantenerse la cadena de frío durante el transporte y la entrega). Debes comprobar también que el pedido se corresponde con lo que has pedido, el embalaje está en buenas condiciones, el etiquetado es correcto y completo, y está indicada la fecha de caducidad o consumo preferente.
Comprar alimentos en Amazon
No está permitido comprar directamente a particulares si no están registrados como operadores alimentarios y no cumplen la normativa y requisitos sanitarios. En cuanto a las plataformas de venta como Amazon o eBay, así como las redes sociales, estas actúan en la mayoría de los casos como intermediarios y en sus páginas web sí se pueden vender y comprar alimentos de forma legal, pero estas no son responsables de los productos que comercializan.
Por tanto, estas plataformas deben indicar con claridad quién va a vender el producto. En caso de algún problema, la responsabilidad recae en el vendedor, no en la plataforma o red social.
De todas formas, las citadas plataformas suelen exigir garantías a terceros vendedores y aceptan quejas y reclamaciones aunque sean meramente informativas, pero que al final pueden llevar a Amazon o eBay a suspender a un vendedor cuando las quejas son muy elevadas.
La mejor opción cuando decidamos comprar alimentos en estas plataformas es leer antes los comentarios que dejan anteriores compradores y compradoras, tanto los más positivos como los más negativos, para hacernos una idea de los problemas con los que nos podemos encontrar. Las valoraciones, cuando tienen muchas opiniones, suelen ser una garantía informativa sobre la eficacia o no del servicio.
Consejos adicionales para comprar alimentos por internet
Aunque toda la información esté disponible y tengas todas las garantías de que estás realizando una compra seria en un comercio respetable, como pueden ser por ejemplo la mayoría de cadenas de supermercados que operan online en nuestro país, siempre hay trucos que tienes que conocer para que tu compra sea algo más rentable.
- Cuidado con la fotografía del producto. La imagen que te muestran tal vez no sea la más fiel a cómo realmente es el producto que estás comprando, no te dejes llevar por ella al realizar tu opción de compra. Si hay varias imágenes, observa las todas para hacerte una idea más aproximada.
- Exige información del precio por kilo. Todos los comercios, tanto en Internet como fuera, están obligados a dar información del precio por kilo del alimento que venden, pero no siempre lo hacen o lo hacen de modo que no siempre podamos acceder a ello fácilmente. Si nos cuesta ver esta información, deberemos sospechar de que nos están cobrando una relación euros-kilo exagerada.
- No te quedes con la oferta que te parezca más barata de buenas a primeras. Precisamente tener la relación entre euros y kilo nos sirve para medirlo. Las ofertas más jugosas que nos dan son realmente las que no salen a cuenta, ya que muchas veces lo que comportan dichas ofertas son productos caros con poca cantidad en la misma. Si pensamos en el bolsillo y en el ahorro y, por supuesto, tenemos un buen congelador, siempre es mejor optar por ofertas más caras pero que lleven más cantidad de un producto con buena relación de calidad y precio.
- Busca ofertas que permitan escoger el producto al corte. Especialmente para el producto fresco. Es una gran ventaja porque nos permite elegir la cantidad que queremos de un determinado producto, sobre todo, en pescados y carnes, y no nos obliga a quedarnos con ofertas que implican un elevado precio por una cantidad exagerada de producto, por ejemplo un salmón entero. Poco a poco los supermercados más reacios van aceptando esta opción, porque saben que fidelizan a su público.
Las nueve señales que te indican cuándo es mejor no comprar comida en internet
- La información no es completa: la dirección que aparece en la web no es exacta: aunque aparezca, no existe o coincide con la de otra empresa; solo figura un apartado de correos o no se ofrece un número de teléfono.
- Al realizar el pedido, la página web te redirige a otra.
- Los productos no llevan toda la información sobre sus características.
- La información sobre precios, garantía y el derecho de cancelación no es clara ni completa.
- Las ofertas son demasiado buenas para ser verdad. Desconfía de las ofertas demasiado atractivas.
- El sitio web da protagonismo a un producto “milagro”.
- El nombre de la web no es el esperado para una tienda de alimentos.
- Aparecen numerosos errores tipográficos y expresiones incorrectas que pueden ser el resultado de una traducción automática.
- El precio no se ofrece en euros.
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